Efama rechaza regular la figura de los intermediarios de los inversores en las juntas

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La asociación europea de la industria de la gestión, Efama, considera que actualmente existen “numerosos obstáculos que impiden a los accionistas un ejercicio eficiente de sus derechos de propiedad y voto en las compañías”. En su respuesta al documento de consulta lanzado por el regulador europeo, ESMA, en marzo, sobre la figura del proxy advisor (figura que sirve como intermediario y asesor entre la compañía y el inversor para ayudar a éste a ejercer sus derechos), considera que el foco del problema no sólo es el proxy advisor y pide a la autoridad que también afronte otros asuntos.

“El papel del proxy advisor no es el tema más importante: mejorar el proceso de voto, reducir su coste, reafirmar su confidencialidad o asegurar que las empresas no ejercen presiones injustificadas serían objetivos más prioritarios y Efama acogería muy positivamente estos trabajos”, dice en su documento de respuesta.

Para la asociación, existen preguntas abiertas y temas pendientes por aclarar con respecto a todo el funcionamiento de la cadena entre el inversor o dueño de la acción y el emisor, como las barreras operativas y legales que dificultan el ejercicio de los derechos de voto, los tiempos y el idioma de las notificaciones, las fechas límite de los votos, los obstáculos en la cadena de custodios, la falta de confirmaciones de voto o los requisitos para otorgar los poderes de los abogados en las reuniones. “Ambos extremos de la cadena, emisor y dueño, sienten que los actores intermediarios no están siendo suficientemente transparentes y están sujetos a varios conflictos de interés”, dice el documento.

Aquí es donde entra la figura del proxy adviser. Para Efama, la alta correlación que existe entre el consejo del asesor y el voto final no es un factor negativo ni un signo de sobredependencia de los clientes en los servicios de los proxy advisors, sino una muestra de que los consejos se corresponden con las necesidad y expectativas de los clientes, es decir, de su buena relación.

Además, la asociación considera que son más una fuente de información que de influencia, aunque algunos miembros de Efama sí subrayan la necesidad de instalar medidas eficientes para asegurar que el derecho de voto lo ejerce el inversor y no el asesor. “El ejercicio último de los derechos de propiedad sigue siendo responsabilidad del inversor y, por tanto, el uso de asesor no debilita esa responsabilidad”, recuerda Efama.

La asociación, sin embargo, sí es crítica con el tema de la transparencia y los conflictos de interés. “Existe una falta de transparencia con respecto a los conflictos de interés que los asesores afrontan, así como referente a las medidas que se toman para mitigar esos conflictos. Como aspectos propuestos para incrementar esa transparencia, señala los métodos analíticos utilizados en el asesoramiento, las políticas para prevenir los conflictos de interés, los procedimientos para lograr los análisis de la compañía o las políticas para asegurar las capacidades del asesor.

Cuatro soluciones

Para resolver estos problemas de transparencia y conflictos de interés, ESMA propuso en su documento cuatro soluciones, desde dejar las cosas como están y optar por la autorregulación hasta regular la actividad a nivel europeo. En este sentido, Efama opta por la opción más leve y considera que no se requieren medidas. “Debería dejarse que sean los proxy advisors y sus clientes los que determinen la transparencia requerida en cuanto a la mitigación de conflictos de interés y restricción de servicios”, dice el organismo. Si se ve en el futuro que esto no funciona, eso sí, estaría de acuerdo con la opción número dos, consistente en “impulsar el desarrollo de un código ético y de estándares de transparencia y conflictos de interés a nivel europeo”.

Efama piensa, “decididamente”, que recurrir a instrumentos legislativos a nivel de la UE no es aconsejable pues introduciría un régimen de autorización y supervisión que “constituirá una barrera de entrada y competición y llevará a una reducción del número de firmas de proxy advisors, y por tanto una mayor concentración y mayores costes para los clientes”, dice en su documento de respuesta.

En una reciente jornada celebrada en Madrid sobre estándares europeos para juntas generales y operaciones financieras (organizada por Emisores Españoles, la asociación de empresas cotizadas), Ángel Benito Benito, director general de Mercados de la CNMV, explicaba que la CNMV creó un grupo externo para responder a ESMA. Un grupo que se decantó por la tercera opción, consistente en la creación de un código elaborado por ESMA. Los miembros del grupo se  mostraron preocupados por los conflictos de interés y la calidad técnica de las recomendaciones de los asesores. “Estamos en una primera fase pero no descartamos una segunda con una regulación más positiva si la adhesión al código no es suficiente para paliar los riesgos”, decía Benito.