Economía y mercados, relación amor y odio

Kamil Molendys, Unsplash

No pudo ser. Esperemos que sea un simple retraso temporal. Pero un principio de acuerdo entre Irán y los países occidentales hubiera sido una importante noticia para arrancar la semana. Sé las limitaciones de un acuerdo de estas características, lo que no le resta atractivo. Pero, como he dicho antes, no pudo ser. Así, nos quedaremos pendientes de las posibles novedades en China en términos de reforma económica (no política). Y naturalmente, seguiremos hablando de los bancos centrales. ¿No están cansados? Bueno, al menos sólo nos resta apenas un mes y medio para dar por zanjado este 2013 y entrar en el prometedor año de la recuperación 2014.

La relación entre economía y mercados, algo normal, se ha convertido ahora casi en una relación de amor y odio. Por un lado, cuando se publica un dato económico en EEUU todos nos congraciamos con que sea una economía capaz de superar los obstáculos (restricción fiscal, tensiones políticas e incertidumbre - que no inestabilidad- en los mercados). Pero, inmediatamente después, tememos que esta resistencia se convierta en una importante baza a la hora de valorar el inicio de la reducción de las compras de deuda mensuales por la Fed. Admito que cada vez tengo más apuro al decirlo.será que no me acostumbro.

En definitiva, es casi una cuestión de lotería acertar con el comportamiento final del mercado ante estos datos positivos. A la baja, al alza, a la baja, al alza..y así hasta el final. El viernes, tras los buenos datos de empleo en octubre, la sorpresa fue mayúscula: la bolsa norteamericana se anotó una subida superior al 1 % no sólo venciendo al resto de las bolsas mundiales que acabaron en negativo si no también cerrando la semana en positivo también frente a las caídas del resto. Máximo a máximo diario. Es obvio: el mercado quiere subir. El dinero lo explica. Pero, la racionalidad va en contra: euforia, sobreprecio, sobrecompra, riesgos políticos, riesgos desde la Fed.riesgos y más riesgos que son obviados por unos inversores que no se quieren perder la tendencia alcista. Aunque el momentum ya no sea tan fuerte.

Al final, es la Fed la que dirige los acontecimientos a corto plazo. O las expectativas sobre sus futuras decisiones.  Y los dos últimos trabajos "teóricos" desde el Organismo abogan por mantener el estímulo monetario más allá de lo previsto para asegurar la recuperación. Obviamente, no dicen nada como retirarlo luego. Y no indagan sobre los riesgos que afectan a la credibilidad de la Institución o la propia dificultad y eficacia de las medidas. ¿El coste? No se analiza. Es interesante que estos estudios se publiquen en un momento como este. De hecho, también los hubo ante el primer QE1 considerándolo como un ejemplo, limitado, del buen hacer de las medidas excepcionales (ya hemos visto como no lo son) en política monetaria. La cuestión de fondo es que la eficacia de estas medidas excepcionales puede ser cuestionadas en la zona EUR por los problemas estructurales pendientes de resolver.

Pero, ¿por qué no han funcionado como se esperaba en Estados Unidos? Seis años tras el inicio de la crisis, tres tras zanjar la recesión, en Estados Unidos la Fed no debate dar marcha atrás en las medidas tomadas sino más bien comenzar a limitar las nuevas. O ampliarlas. No, los estudios no aluden a la razón de fondo de por qué algo excepcional se ha convertido en normal. Y tampoco a la falta de experiencia a la hora de plantear los potenciales riesgos a medio plazo. ¿No estará en este preciso punto su fallo? Si fuera así sería un tanto irónico: son los excesos de la política monetaria los que se convierten en un lastre para la recuperación.

Mientras, en Europa seguimos hablando del importante papel del BCE en la recuperación al mismo tiempo que la damos por hecho. Me ha llamado la atención un interesante artículo, centrado sobre España, donde el autor admite que espera que haya sorpresas positivas derivadas de los resultados empresariales para recuperar la inversión. No, no habla del 16% de aumento de los beneficios del Ibex (provisiones, extraordinarios, España/internacional, efecto escalón, regulación..cada empresa es un mundo) del Q3 como de los resultados alcanzados por el conjunto empresarial en la primera mitad del año. Considera que la "mayoría de los economistas que somos pesimistas" nos veremos sorprendidos. Yo admito que he pensado mucho (dentro del poco tiempo que me deja mi hijo Jorge para pensar.tiene examen de Cono hoy lunes) sobre las posibilidades de sorpresas positivas en la economía española a corto plazo.

Así, consideró que podría haberse producido un ajuste excesivo en el empleo en el pasado reciente que podría sorprendernos a corto plazo aunque con empleo temporal; considero que el elevado output-gap sin duda se saldará con un aumento de la producción (infrautilizada), probablemente debemos considerar que hay un gasto de consumo reprimido que podría explotar a corto plazo, amortizaciones que se podrían reflejar en inversión. Al final, sin duda noticias positivas a corto plazo. Pero, tras considerarlo, inmediatamente pienso en su duración. Sí, la cuestión ya no es la recuperación como su sostenibilidad. Esto es para España y para el resto de las economías de la zona euro.

Esto fue lo que nos dijo S&P sobre Francia. Y es un sólido argumento detrás de la decisión del BCE el jueves pasado. Porque, lo que está claro, es que un escenario de este tipo no es propicio para una elevada inflación. De hecho, por el contrario, la baja inflación es un problema más a considerar. El BCE tendrá que tomar medidas adicionales para combatirla. Pero, por favor, bien explicadas y anticipadas. El resto les toca a las autoridades políticas, nacionales y europeas.

Autor de la imagen: Perrenque, Flickr, Creative Commons