Dos Nobeles, un Secretario de Estado y un CIO: algunas conclusiones del Amundi World Investment Forum 2019

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Entre otros, porque el cartel del Amundi Invstment Forum estaba lleno de estrellas consagradas del mundo de la inversión.

William Nordhaus, Premio Nobel de Economía de 2018, abrió la conferencia hablando de su especialidad: la economía del cambio climático. Para Nordhaus es importante poner más presión sobre las emisiones de dióxido de carbono, así como apoyar las tecnologías que contribuyan a capturar o reducir las emisiones. En opinión del Premio Nobel, es necesario que las emisiones de CO2 tengan costes más elevados para, precisamente, incentivar un mayor desarrollo tecnológico. Asimismo los mercados deben incorporar los riesgos del cambio climático en sus valoraciones, fijándose en las huellas de carbono, desarrollando test de estrés sobre los potenciales efectos y abogando por la transición ecológica.

En conversación con el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, Nordhaus volvió a recalcar la necesidad de tener una orientación mucho más largoplacista, algo que el gobernador considera muy necesario pero complicado por las dinámicas de los mercados. El gobernador subrayó el compromiso de los bancos centrales con iniciativas como el TFCD (Task Force on Carbon Disclosure) para potenciar un mejor conocimiento sobre los datos reales de las emisiones de carbono y poder avanzar en el impulso de las finanzas verdes.

En la mesa redonda sobre macroeconomía, Carmen Reinhardt, profesora de Sistema Financiero Internacional en la Harvard Kennedy School, eligió el término ralentización sobre el de recesión para definir el futuro inmediato de la economía mundial. Reinhardt no cree que vaya a haber una bajada muy significativa de los tipos en EE.UU., y aseguró que para extender un ciclo ya de por sí muy largo, es esencial que no haya más políticas que afecten negativamente al comercio internacional. En su opinión, la crisis económica de 2008 fue el primer gran golpe a la globalización y es de esperar que en los próximos años la contribución del comercio mundial al crecimiento global sea menor. El enfrentamiento entre EE.UU. y China es no sólo comercial, sino que también se extiende a la influencia geopolítica, al control tecnológico y al liderazgo, aunque espera que haya episodios temporales de paz.

Por su parte, Natacha Valla, subdirectora general de Política Monetaria del BCE, señaló que el término “japonesización” para definir la situación de la economía europea le parecía excesivo. Por una parte, Japón es mucho más homogéneo que Europa, donde hay países con economías en distintas situaciones, algo que a veces puede ser un desafío. Y por otra, los europeos no son tan patriotas a la hora de apoyar a su mercado de bonos.

John F. Kerry, Secretario de Estado de EE.UU. entre 2013 y 2017, durante el segundo mandato del Presidente Obama y muñidor entre otras iniciativas, del acuerdo de la COP 21 en París en 2015  y del acuerdo nuclear con Irán, señaló que en un momento internacional que parece dominado por el caos, “la nostalgia no es la solución, el progreso lo es”. Para Kerry, los políticos deben prestar atención a lo que hay detrás del enfado de muchos votantes. Sobre el cambio climático, Kerry recalcó la necesidad de cambiar la política energética, algo para lo que confía en la contribución y el impulso del sector privado.

Richard Thaler, Premio Nobel de Economía en 2017 por sus estudios sobre finanzas conductuales, señaló que tras una vida estudiando cómo ayudar a los ahorradores a superar los sesgos que les impedían ahorrar para la jubilación mediante distintas técnicas, ahora estaba empezando a estar preocupado por la etapa post-jubilación, teniendo en cuenta el aumento de la esperanza de vida. En opinión del Premio Nobel, la inercia es nuestro gran problema como ahorradores. El no hacer nada es nuestro gran enemigo y hay que pensar en sistema de asesoramiento que nos den más facilidades, aunque advirtió que entre unos asesores y otros, puede haber grandes diferencias.

Pascal Blanqué, director de inversiones de Amundi.

En una entrevista concedida a Funds People, el director de inversiones de Amundi, Pascal Blanqué abordó el tema de un posible cambio de régimen en la economía mundial. En opinión de Blanqué, los cambios de régimen ocurren cuando el antiguo ya no es tolerado, algo de lo que hoy en día hay múltiples evidencias, como el enfado de muchos votantes, el anémico crecimiento económico y las presiones para cambiar las políticas públicas.

Para algunos economistas, como los que defienden la teoría de la Política Monetaria Moderna (MMT), el escenario de baja inflación y tipos de interés en mínimo puede alargarse y permitir un mayor endeudamiento público, pero para Blanqué la inflación no está muerta, ya que el cambio de régimen podría llevarnos de nuevo a los 70.

¿Por qué a los 70? Blanqué se explica: “los años 30 suelen ser la referencia más usada, pero veo más un cambio hacia los 70 porque eran más igualitarios, y ahora mismo hay una percepción aguda de la desigualdad en muchas sociedades. En esa década, el papel del mercado laboral pesaba más que los beneficios, había un mayor endeudamiento público y más inflación. Todo terminó con la llegada de Paul Volcker a la Fed, con las subidas de tipos, que inauguraron la era en la que estamos ahora, con ausencia de inflación pero no de la inflación de los precios de los activos, y un menor crecimiento de los salarios que se tiene que ver compensado por la subida del endeudamiento privado”.

Blanqué señala también que el crecimiento económico se va a hacer más doméstico, ya que la contribución del comercio mundial va a disminuir. “En ese escenario, la diversificación geográfica funcionará mejor y también la inversión en distintas divisas”.

Sobre cómo la distribución de activos se verá afectada y ateniéndose a la historia, Blanqué advierte de que bonos y acciones tendrían un comportamiento negativo, pero los bonos ligados a la inflación, el oro, las materias primas y los activos reales, deberían tener una mejor evolución y proteger las carteras.

En estos cambios de era, lo difícil puede ser el coste de actuar con demasiada anticipación, señala Blanqué, que añade que en el corto plazo no ve un cambio inminente.