Diferencia entre bonos verdes y bonos sociales/sostenibles

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Cedida por NN IP

TRIBUNA de Bram Bos, gestor principal de la cartera de Bonos Verdes en NN Investment Partners. Comentario patrocinado por NN Investment Partners.

El mercado de bonos verdes ha experimentado una rápida expansión. El volumen de nuevas emisiones ascendió a 112.000 millones de euros en 2017, superando los 73.000 millones de euros de 2016, gracias a las mejores directrices y taxonomías, al decidido respaldo político y a la intensificación de la demanda de los inversores. Además de crecer, el mercado se ha ampliado con nuevos productos de inversión que marcan una diferencia, como los bonos sociales y sostenibles que contribuyen a la prosperidad social y al bienestar ambiental. Su rasgo distintivo es el destino de los fondos captados: con los bonos sociales se financian inversiones, nuevas o no, en bienestar social, y los bonos sostenibles aportan tanto ventajas ecológicas como sociales. Estos productos benefician a todas las partes interesadas: proporcionan un modelo de financiación innovador a los emisores, aumentan la transparencia en el mercado y contribuyen a la sociedad en su conjunto al mejorar el bienestar ambiental y social.

En los últimos años, la creciente popularidad de los bonos verdes ha llevado a una diversificación considerable en el mercado. Aunque el grueso de este mercado sigue denominado en euros, cierta diversificación en la moneda de emisión ha permitido atraer más inversión extranjera.

Los bonos verdes también exhiben un espectro de calificaciones relativamente amplio, que va desde la categoría con grado de inversión (69%) hasta sin grado de inversión (5%). Los bonos AAA constituyen el 21% del total. No obstante, más de una cuarta parte de todos los bonos verdes carecen de rating asignado por una agencia de calificación.

En cuanto a los emisores, hasta ahora los mercados de bonos verdes, sociales y sostenibles han estado dominados por emisores relacionados con el sector público, como administraciones sub-soberanas y agencias. Los gobiernos de numerosos países se han propuesto objetivos de fomento de la inversión en proyectos relacionados con ESG, que financian vía emisión de bonos verdes, sociales o sostenibles. Sin embargo, esta tendencia está empezando a cambiar. El sector financiero representa ya el segundo emisor en el mercado de bonos verdes, sociales y sostenibles, con el 32% de los bonos verdes y el 19% de los bonos sociales y sostenibles.

NN IP tiene una trayectoria de 20 años en el campo de la inversión responsable y sostenible y ha sido un signatario activo de los Principios para la Inversión Responsable (PRI) desde 2008. En 2016 lanzó el NN (L) Euro Green Bond Fund, primer fondo de bonos verdes en recibir tanto la Etiqueta de Financiamiento Climático LuxFLAG como la Etiqueta TEEC francesa. El NN (L) Euro Green Bond Fund ha sido el fondo de esta clase con mejor rendimiento en los últimos años y se ha convertido en mayor fondo verde de renta fija del mercado.

Bram Bos, gestor principal de la cartera de Bonos Verdes en NN Investment Partners es de la siguiente opinión: De cara al futuro esperamos una transformación sectorial en el mercado de bonos verdes. En el primer semestre de 2018 observamos una creciente participación de sociedades financieras y empresas, estas últimas activas sobre todo en los sectores industrial y de suministros públicos.

A diferencia de los bonos verdes, los bonos sociales y sostenibles carecen de variedad por país, sector, moneda y calificación crediticia, por lo que les llevará más tiempo cerrar la brecha. A medida que el mercado madure, los bonos sociales y sostenibles seguramente contarán con el impulso del sector público, que tiene más visos que las empresas de financiar iniciativas orientadas a la prosperidad social.

A medida que estos mercados continúen madurando, esperamos que la amplitud de los bonos verdes, sociales y sostenibles aumentará en términos de país, sector, moneda y calificación crediticia. A los inversores que buscan asignar de forma más sostenible su riqueza esto les brindará oportunidades adicionales de invertir en prosperidad social y bienestar ambiental sin sacrificar la estrategia o los rendimientos.