Diez razones por las que apostar por el mercado europeo

Diez
Arquera, Flickr, Creative Commons

“Lejos de ser un momento para evitar invertir en Europa, creemos que los titulares que han girado en torno a la crisis de deuda de la eurozona han creado una oportunidad de inversión no sólo para la renta variable europeo, sino que también para su mercado de bonos”. Así lo afirman en Henderson Global Investors, cuyos expertos enumeran hasta diez razones por las que creen que los inversores deben considerar invertir en el Viejo Continente. La primera: la robusta salud financiera que muestran sus empresas. “Rara vez han tenido una salud corporativa tan fuerte. Sus cuentas avergüenzan a la mayoría de los gobiernos, con unos niveles de efectivo en niveles récord y una deuda neta que se ha reducido de manera constante”, aseguran desde la entidad.

En un artículo publicado por la gestora, los expertos de la entidad señalan como segundo punto a favor de las empresas europeas unas ganancias empresariales bastante sólidas, a pesar de que el ritmo de beneficios se ha moderado como consecuencia de la situación macroeconómica. “El precio de las acciones no han reflejado el crecimiento de los ingresos y, por consiguiente, las acciones europeas se negocian actualmente por debajo de su media histórica a 30 años. En este sentido, Europa es, de entre los desarrollados, el mercado de renta variable más barato, por lo que la posibilidad de recalificación es mayor”.

Tercera razón: Mayores ingresos por dividendos que los que ofrecen los bonos del gobierno. “Las acciones europeas también parecen atractivos en términos de ingresos. Las acciones se encuentran actualmente en la rara posición de ofrecer a los inversores una renta superior a la deuda pública. A diferencia de los bonos, que permanecen estáticos, los dividendos de la empresa ofrecen un potencial de crecimiento a medida que los ingresos de las empresas vayan mejorando, algo que ha ocurrido en el primer semestre del año con el 63% de las empresas que integran el MSCI Europe Index, que aumentaron su dividendo.

Cuarta razón: exposición global. “Las empresas europeas están demostrando tener éxito como puerta de entrada al mundo. Nombres famosos como Nestlé, Burbery o BMW tienen una presencia global, con operaciones en el extranjero que empequeñecen sus negocios domésticos. Muchas de ellas han conseguido aumentar su exposición global en los últimos cinco años y siguen expandiéndose fuera de sus mercados nacionales. Las empresas europeas se encuentran entre los principales beneficiarios del crecimiento de los mercados emergentes. Permiten al inversor jugar al crecimiento global con un gobierno corporativo sólido”, señalan.

Quinta: diversidad sectorial. Europa ofrece opciones de inversión considerables. El MSCI Europe Index está formando por 450 compañías con una amplia distribución entre diferentes sectorial. Sexta: la actividad en operaciones de fusiones e integraciones podrían impulsar los precios al alza, después de que en los últimos años estos procesos fuesen aparcados para concentrarse en el fortalecimiento de sus balances. Las empresas están explorando oportunidades para ampliar su cuota de mercado y posicionarse frente a sus rivales. Séptima razón: las acciones europeas vinculadas al mercado inmobiliario ofrecen ingresos estables.

Punto octavo: una atractiva rentabilidad. Mientras que la posición financiera más sólida de las empresas ha sido parcialmente reflejado en unos precios de los bonos más elevados (y en consecuencia menores rentabilidades), el constante nerviosismo que rodea a la crisis de la deuda soberana significa que los rendimientos de los bonos corporativos se mantienen en niveles atractivos. En este sentido, la novena razón apuntada por Henderson señala que los precios de los bonos no reflejan plenamente la mejora empresarial. Y, décima razón: dado que las empresas se han concentrado en reforzar sus balances, la expectativa de impagos se mantienen bajas.