Deuda, prima de riesgo y financiación del estado

Esta crisis está sirviendo para que la cultura financiera aumente en nuestro país. Ya no sorprende oír en las tertulias hablar de la prima de riesgo y las subastas de Deuda como temas habituales.

La importancia que se le dio a la prima de riesgo como indicador “adelantado” de un posible rescate tuvo su momento álgido en el mes de julio del 2012, cuando superó niveles insospechados por la gran mayoría (yo perdí una apuesta con un amigo).  En esos momentos,  con la prima en 620 puntos y vencimientos de Deuda muy importantes en el mes de Octubre, el famoso rescate parecía inminente.

¿Qué ha pasado desde entonces? Varias cosas buenas y alguna mala.

La prima de riesgo se ha situado en 300 puntos y el bono del Tesoro Español a 10 años en el 4,25% (nivel más bajo desde 2010).

El Tesoro Público ha conseguido más del 40% de la financiación de todo el año y, lo que es más importante, reduciendo el tipo medio (3,83%) y alargando el vencimiento medio  (6,33 años). Grandísima labor de esta institución.

Entonces, ¿lo que pagamos por los intereses de la Deuda es mucho menos? Ahí está la mala noticia, la carga de intereses es mayor porque el volumen de Deuda ha aumentado mucho.

La deuda del Estado ha pasado de 475 millardos en 2009 a 711 en febrero de 2013 pero, si incluimos Comunidades Autónomas y entidades locales, según la oficina estadística europea, nuestra Deuda ha pasado de 565 millardos en 2009 (54%/PIB) a 883 en 2012 (84%/PIB).

¿Y esto es preocupante?

En estos días se ha generado un intenso debate entre distintos economistas sobre los importantes errores que al parecer contenía  un estudio que tuvo mucha repercusión en 2009 elaborado por dos prestigiosos profesores de Harvard. Su argumento principal era que en aquellos países que se superaban un nivel de Deuda sobre el PIB del 90%, el crecimiento de su economía en los siguientes años era muy bajo.

Desde mi punto de vista creo que lo preocupante es, no solo el nivel de Deuda (no olvidemos que hay que pagarla), sino también quienes son tus acreedores.  En otras palabras,  cuál es nuestro nivel de deuda externa. Por ahí es por donde pueden venir los problemas.

Puede encontrar éste y otros artículos en el blog de Guillermo Aranda en Atl Capital.

Foto: Antonio Tajuelo, Flickr, Creative Commons