Deuda corporativa emergente, ¿encaja con lo que busca el inversor?

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PulgoSaltaMundo, Flickr, Creative Commons

“Como una alternativa a la inversión en crédito, la deuda corporativa emergente ofrece atractivas rentabilidades y un nivel de diversificación mucho más amplio del de la mayoría de las carteras de renta fija global”. Y no sólo eso. Esta clase de activo también ofrece a los inversores significativas oportunidades de alfa, ya que los fundamentales continúan mejorando y su aportación a los mercados de crédito se sitúa a un nivel más consistente con la contribución de los mercados emergentes a la economía global. Así lo cree Gorky Urquieta, codirector de Mercados de Renta Fija Emergentes en ING Investment Management.

Según explica, aunque esta clase de activos está creciendo en liquidez y profundidad, aún es limitada en términos de inversores y análisis. “Esto se debe al hecho de que la información corporativa es más difícil de evaluar, la calidad y el volumen de la información puede variar, y existen factores del propio país, política y gobierno corporativo que pueden jugar un importante papel”, afirma el experto. Pese a ello, el interés por esta clase de productos es cada vez mayor. Lo demuestra el hecho de que el ING IM EMD Corporate Bond haya alcanzado los 100 millones de dólares en patrimonio. El fondo, que se lanzó en 2011, ofrece una rentabilidad del 15% en lo que va de año.

Víctor Rodríguez, responsable de Gestión de Carteras de Deuda Corporativa Emergente en ING IM considera que “la mejora en los estándares contables, el entorno regulatorio y las finanzas soberanas de muchos países en Asia, América Latina y Europa del Este, han proporcionado estabilidad y estándares globales más uniformes a los emergentes”. “De hecho, mientras los países desarrollados siguen luchando contra el elevado endeudamiento, los mercados emergentes –que tienen menos exposición a los factores que condujeron a la crisis en 2008– han sido capaces de continuar en la senda del crecimiento, mejorando sus fundamentales y progresos estructurales a largo plazo”.

En este sentido, desde la gestora holandesa señalan que los ocho principales países emergentes –China, India, Brasil, Rusia, México, Corea, Indonesia y Taiwán– generan más de la mitad del crecimiento del PIB mundial, mientras que algunos datos fundamentales, como es el caso del ratio de deuda pública respecto al PIB y el déficit fiscal que presentan estas economías, son mucho menores que en los mercados desarrollados.