¿De verdad son las opciones instrumentos tan peligrosos?

En muchas ocasiones se ha dicho que las opciones son instrumentos muy peligrosos y que pueden provocar pérdidas muy cuantiosas para los que las usan, y es cierto, pero siempre que la gestión de estos instrumentos se produzca de una forma errónea.

Las opciones sobre índices o sobre acciones que utilizamos en el mercado español, cuando son instrumentos listados, tienen una cámara de contrapartida (en la mayor parte de los casos MEFF o EUREX) que nos dan garantía de las operaciones realizadas, de tal manera que no tenemos riesgo de contraparte (que tan peligroso se demostró años atrás en los casos de Lehman o Bear Sterns); las cámaras se encargan de liquidar, diariamente, las pérdidas y ganancias de las posiciones existentes y de pedir las garantías por las posiciones abiertas que existan y hasta la fecha no conocemos casos de ninguna cámara que haya tenido problemas.

Por otro lado los instrumentos en sí, las opciones y los futuros, son instrumentos que permiten dar una versatilidad mayor a las carteras, nos permiten elegir niveles de compra o niveles de venta para los valores que tengamos en la cartera, nos permiten hacer inversiones pensando en grandes movimientos del mercado o en movimientos de poca profundidad o a corto plazo, podemos cubrir la cartera una vez alcanzado un resultado esperado, sin renunciar a las posibles revalorizaciones que pudiera tener el mercado o solo renunciando a una pequeña parte, veámoslo con unos ejemplos.

La existencia de las opciones permite implementar nuestra visión de mercado de una forma mucho más precisa. Asi si nuestra visión es alcista podemos comprar contado o bien utilizar opciones que nos permiten ajustar nuestra estrategia de una forma mucho más precisa a la visión de mercado, introduciendo matices como por ejemplo muy alcista o leve movimiento alcista. Lo vemos con dos ejemplos.

La compra de una call nos permite, a cambio del pago de una prima, (mas alta cuanto mayor sea la volatilidad de mercado y mas cercano el precio de ejercicio) poder comprar una acción concreta a un precio determinado, eliminado el riesgo de que si compramos el activo y este cayera perderíamos toda la caída que este hubiera sufrido. Podemos comprar hoy (16 septiembre 2011) una acción de Telefónica a 14.08 Euros y ganar todo lo que suba la acción o perder todo lo que baje (además de cobrar los dividendos que esta acción pague), alternativamente podemos a cambio del pago de una prima de 0.73 euros por acción tener derecho a comprar esa misma acción a 14.5 Euros por acción hasta el 16 de marzo de 2012, podernos por tanto ganar todo lo que suba la acción por encima de 14.5 pero si esta bajara o cotizara por debajo del 14.5 la máxima perdida de esta operación será la prima pagada por la opción (0.73 Eur) mientras que con el contado perderíamos todo lo que esta cayera. Esta estrategia es recomendable siempre que esperemos movimientos importantes en la cotización o cuando no queramos asumir riesgos de caídas importantes en la cotización, como por ejemplo en la situación actual.

Por otro lado la venta de una put nos impone la obligación de comprar un activo a un determinado precio (nosotros elegiremos el precio al que queremos tener la obligación y que será normalmente un nivel inferior al precio actual de mercado) a cambio de esa obligación recibiremos una prima tanto mayor cuanto mayor sea la volatilidad de mercado y más cercano este el precio al que nos comprometemos a comprar. Podemos comprar acciones de Santander hoy (16 septiembre 2011) a 5.94 Euros por acción o comprometernos a comprar acciones de Santander hasta el 16 marzo 2012 a un precio de 5.59 euros por acción y a cambio de ese compromiso ingresamos una prima de 0.75 euros por acción. Si la acción sube con el contado se ganara todo lo que esta suba mientras que con la opción el máximo beneficio esta dado por la prima ingresada. Si la acción cayera, con el contado perderíamos todo lo que la acción bajara, mientras que con la opción, hasta que el mercado no cayera por debajo del nivel de la put vendida no perderíamos nada, además tenemos la prima ingresada para reducir la perdida originada. Este tipo de estrategia está recomendada cuando se esperan movimientos alcistas pequeños en la cotización del valor, en ese caso la opción es más rentable que el tener las acciones. Si el mercado cayera mucho también sería una mejor alternativa. Por el contrario si el mercado subiera de forma notable la tenencia de las acciones sería la mejor alternativa.

Como podemos ver estas dos estrategias con opciones son estrategias alcistas, pero que no son exactamente iguales, no es lo mismo esperar revalorizaciones del 20% que del 5%, ni que el riesgo de equivocarse (y por lo tanto el mercado baje) sea mayor.

 

Existen adicionalmente muchas combinaciones de opciones que en función de la visión de mercado o en función de las circunstancias como volatilidad, percepción del riesgo, preferencia por uno u otro valor o tiempo hasta vencimiento, hará que sean recomendables o no. Existen momentos propicios para unas estrategias y otros para otras.

Los instrumentos en sí no son lo peligroso, como no es peligroso un coche por el mero hecho de que pueda circular a 180Km/H; el coche será peligroso si la persona que lo conduce no respeta las normas de tráfico y se empeña en circular a esa velocidad por una carretera comarcal. Lo mismo ocurre con las opciones, las opciones vendidas (no las compradas, ya que en estas solo se puede perder la prima pagada originalmente, y por tanto desde un principio sabemos cuál es nuestra máxima perdida) al solo exigir el desembolso de una parte pequeña como concepto de garantía al venderlas, nos podrían llevar a pérdidas importantes si la cantidad de opciones que vendemos es elevada y no se adecúa a la cartera que estamos gestionando.

Para evitar esos problemas deberemos tener gente conocedora y formada en este tipo de productos, unos departamentos de riesgos que controlen las posiciones tomadas, y utilizar las cámaras de compensación que diariamente nos informen de las posiciones que tenemos en el libro, así como del nominal que estamos invirtiendo; pero esto es algo que ya existe en la mayor parte de los partícipes del mercado español, por lo cual no vemos razones para que estos instrumentos no puedan ser utilizados de una forma más amplia.
 

Es evidente que cualquier instrumento que permita una mayor diversificación de nuestras decisiones de inversión o que nos permita reducir riesgos es algo positivo, es un instrumento que aporta valor a nuestra cartera y como tal deberían ser vistas las opciones, como un instrumento mas dentro de la cartera que en combinación con las acciones permite una mayor amplitud de alternativas; lo que por supuesto hay que evitar son los “profesionales” que por desconocimiento del producto o por no controlar bien los riesgos hagan una mala gestión de estos productos.

 

Javier García Cervera,  profesor Instituto BME