Cuestiones clave del mercado alternativo de renta fija

FernandoBarroso_Inverseguros2012
Imagen cedida

Dada la situación de partida de falta de acceso a los mercados de crédito por parte de las empresas de países periféricos, parece necesaria una salida que pueda aliviar esta situación.  Es necesario entrar en detalle en el funcionamiento de los mercados de renta fija actuales y en cuáles son los requisitos mínimos para los clientes objetivos de la propuesta sobre la creación de un mercado alternativo de renta fija (MARF) del Ministerio de Economía: los inversores institucionales.

Hay dos consideraciones esenciales antes de comprar cualquier bono en cartera, no sólo por los propios criterios del gestor, sino por las propias limitaciones del regulador. Estas dos consideraciones son el rating y la liquidez de la emisión.

En la propuesta del Ministerio de Economía y Competitividad se indica que “podría aceptarse la no exigencia de una calificación crediticia, siendo sustituida por un scoring”. En este sentido, y aunque personalmente estoy a favor de ir hacia un modelo de relativización del rating, el scoring puede ser un sistema peligrosamente simplista, donde no se recoja toda la información necesaria para el inversor. En relación a este tema, la propuesta plantea la sustitución del folleto por un documento informativo, lo cual suena a pérdida de información.

Parece que esto podría quedar solucionado con la entrada de la primera agencia de rating española, Axesor, con un formato inverstor-pay que busca la independencia en el análisis, evitando la relación de dependencia del emisor (cliente) con la agencia de rating (proveedor-analista independiente). Parece ser el primer paso a una agencia de rating de la zona euro, pero el camino para alcanzar la credibilidad necesaria y confirmar su independencia de organismos gubernamentales puede ser largo.

La liquidez es esencial para cualquier gestor de renta fija de una IIC armonizada dada la obligación de valoración diaria con aceptación de suscripciones y reembolsos. Es decir, debe invertir en activos que se puedan vender en cualquier momento. Se pueden establecer sistemas de valoración por comparables contra curva, como ha ocurrido en momentos de cierre de acceso a los mercados de crédito, pero estamos hablando de emisiones de un volumen de emisión muy pequeño, que en el mejor de los casos podrían rondar los 20-25 millones de euros.

Si se consigue centrar el tema del rating, creo que tendría mucho más éxito centrarse inicialmente en vencimientos cortos (máximo de tres años), potenciando el mercado monetario ampliable a 24 meses, donde los pagarés pueden jugar un papel relevante.

En conclusión, otras experiencias como las de Estados Unidos o el caso de Alemania, que creó un mercado de deuda específico para medianas empresas en 2010, que ya ha captado algo menos de 3.000 millones de euros, demuestran que tienen sentido dentro del engranaje de financiación de los mercados financieros.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los vehículos de inversión pueden acceder en las mismas condiciones y que, en concreto, las IIC armonizadas presentan limitaciones en su definición para poder acceder a estos mercados de forma masiva. Rating, liquidez y plazo serán los criterios para plantearse esta inversión.