Cuatro razones para invertir en bolsa japonesa

Desde Schroders consideran que el mercado japonés constituye actualmente una de las oportunidades de inversión más atractivas en el campo de la renta variable. Hasta ahora, la bolsa japonesa se ha visto lastrada por las malas perspectivas macroeconómicas para el país, pero desde la gestora británica señalan que Japón cuenta actualmente con varias palancas de crecimiento que podrían llevarle a batir al resto de mercados desarrollados.

Uno de los principales atractivos que presenta la economía japonesa es su vinculación al crecimiento asiático. “La caída de las exportaciones durante la crisis fue especialmente severa, pero una vez la economía mundial ha comenzado a salir de la recesión, el rebote en el crecimiento está siendo igualmente fuerte”, explica Nathan Gibbs, gestor del Schroder ISF Japanese Equity Alpha. Según el experto, el mercado asiático, y particularmente la economía China, suponen el principal mercado de las exportaciones niponas, por lo que su dependencia de las economías desarrolladas es cada vez menor. “Las exportaciones a la Unión Europea no llegan al 20% del total, por lo que si se producen dificultades en este mercado –por ejemplo, a raíz de la crisis de la deuda soberana-, el impacto sobre la economía japonesa no sería realmente significativo”, señala Gibbs.

Otra de las variables cuya mejora podría indicar que Japón se halla próximo a la recuperación es la inversión en bienes de equipo. Desde que comenzó la crisis este gasto se redujo a niveles extraordinariamente bajos debido al fuerte descenso de las ventas, lo que ha tenido un efecto negativo en la economía del país. Sin embargo, Gibbs considera que la inversión en bienes de equipo comenzará a recuperarse gradualmente en los próximos doce meses. “La demanda de herramientas de maquinaria ya ha comenzado a rebotar”, explica el gestor.

Por el lado de las valoraciones, el experto afirma que el mercado ha subestimado la capacidad de las compañías japonesas para salir de la crisis. “Las empresas han reducido los costes drásticamente en los últimos tres años para enfrentarse a una recesión muy dura, con el agravante de la deflación. Además, ahora que se inicia la recuperación, los beneficios operativos están comenzando a recuperarse”, comenta. De hecho, Gibbs prevé que el beneficio por acción de las compañías niponas llegue a duplicarse en los próximos doce meses, algo que las valoraciones de las compañías no han puesto en precio. “La recuperación ocurrirá más pronto y será de mayor calado de lo que todos esperan”, añade.

Finalmente, el gestor considera que las acciones japonesas están claramente infravaloradas con respecto a las de otros mercados desarrollados. Así, el precio sobre el valor en libros (price to book) se encuentra en niveles del 1,2. Un nivel muy bajo tanto en términos históricos como en comparación con las acciones estadounidenses o europeas. Por otro lado, Gibbs también prevé una importante mejora en el ROE de las compañías, que podría llegar, de media, a niveles del 8%-9% en los próximos dos años.

En el lado negativo, el experto recuerda que Japón continúa enfrentándose a un problema de envejecimiento de la población, si bien el impacto no se dejará notar en el corto plazo. Con respecto a la deflación, Gibbs no espera grandes cambios, aunque tampoco sorpresas negativas, y afirma que la divisa se encuentra en niveles “confortables”.  En palabras del gestor, “no creo que el Banco de Japón suba los tipos en 2010, mientras que tarde o temprano los bancos centrales de otras economías comenzarán a hacerlo, de modo que es poco probable que los diferenciales de tipos respalden un yen más fuerte”.

En cuanto al nuevo gobierno japonés –que se encuentra en manos del PJD tras 55 años casi ininterrumpidos de gobierno del PDL-, Gibbs considera que los cambios han sido mínimos y no especialmente positivos. Califica al nuevo gobierno como “ligeramente más pro consumo y ligeramente menos pro negocios y gasto público que el anterior, y con una menor influencia sobre el banco central”.