“Cuando el inversor centra su atención en un hecho concreto, el mercado se vuelve miope”

Lonergan
Foto cedida

“Las emociones son un factor muy importante  en el mercado. Los precios deberían fluctuar en función de cuál sea el crecimiento de la empresa y la constancia con la que las compañías incrementen el dividendo. Sin embargo, no es así. Las valoraciones se mueven mucho más de lo que deberían, hasta el punto de sufrir violentas oscilaciones. Eso es lo que genera la oportunidad”. Esta es la visión en la que Eric Lonergan, gestor del M&G Macro Episode Fund, basa su trabajo: identificar situaciones y circunstancias concretas que hayan empujado a los mercados a un comportamiento irracional y rentabilizarlo.

En una presentación celebrada en Londres con motivo del tradicional International Media Day que cada año organiza la entidad, el experto de M&G Investments explica que el fondo invierte en una amplia gama de futuros de índices para renta variable, contratos a plazo de divisas, permutas de tipo de interés y todo tipo de derivados con una gran liquidez, así como planes de inversión colectiva, depósitos, warrants e instrumentos del mercado monetario. A la hora de hacerlo, el primer paso es localizar aquellos episodios que hayan sido provocados por el nerviosismo de los inversores y no respondan a criterios fundamentales, independientemente de cuál sea su duración a lo largo del tiempo.

“Lo que en realidad cotiza es la experiencia. Las emociones explican una parte muy importante de la evolución de los mercados y el inversor tiende a relacionar. Ahora mismo, por ejemplo, la banca se vincula al riesgo”. A su juicio, el peso del entorno es evidente. Ni siquiera los profesionales de esta industria están a salvo de su influencia. “Si un gestor que está sentado a nuestro lado tiene una posición contraria a la tuya puede llegar a ejercer cierta influencia sobre ti”. ¿Cómo evitarlo? Lonergan tiene un método muy sencillo: “el secreto está en tratar de discernir si el episodio que se está produciendo responde a una cuestión meramente emocional o si, por el contrario, se debe a cuestiones fundamentales”.

En su opinión, “cuando los inversores se focalizan en un hecho muy concreto, el mercado se vuelve miope”. Existen varios casos recientes. Uno de ellos sería, en su opinión, el terremoto y posterior tsunami que arrasó parte de la costa este de Japón. Otro, los efectos de la Primavera Árabe. “Ambos tienen en común el hecho de ser episodios que han sido capaces de mover al mercado de una manera muy brusca a partir de criterios meramente emocionales”, indica el experto. “De la evolución de los índices se desprende que, a menudo, los seres humanos no son tan inteligentes como se presume”.

Al final, de lo que se trata es de entender lo que está sucediendo y de sacar partido a las ineficiencias que estos acontecimientos provocan en el mercado. Eso, siempre que no exista de antemano una línea trazada que no deje margen a la sorpresa. En ese caso, la oportunidad no existe. Pone como ejemplo el anuncio realizado por la Reserva Federal respecto a su compromiso de mantener los tipos de interés en el entorno del 0% hasta finales de 2013. “Si la autoridad monetaria estadounidense dice de antemano cuál va a ser su política, yo no tengo mucho que hacer”, reconoce Lonergan.

“Sin embargo, lo que no ha dicho la Fed es que el impacto de la crisis europea es más fuerte que el efecto del Quantitative Easing”. La crisis de deuda que atraviesa la eurozona podría hacer del mercado europeo un lugar interesante para el gestor. “Aunque el inversor ha diferenciado entre lo que es el núcleo de Europa y la periferia, la entrada de Italia en la crisis de deuda ha difuminado la línea que separa ambas categorías. Así, si se desata el pánico, esto podría afectar de lleno al mercado italiano dado el elevado endeudamiento del país. Hoy en día, en Europa no existen activos completamente libres de riesgo”.

En su opinión, la llave para resolver los problemas que arrastra la eurozona no la tiene Merkel, sino Draghi. “Alemania no tiene la capacidad por sí sola de frenar una posible ola de pánico, entendiéndose en este sentido lo que considero el que podría ser el principal problema, que no es otro que el de una fuga de depósitos”. En cambio, Lonergan considera que el BCE sí tendría en su mano detener dicha escalada de miedo e incertidumbre a través de nuevas operaciones de refinanciación a largo plazo (LTRO). “No obstante, esto sólo lo haría en el caso de que la crisis alcance de lleno al núcleo de Europa”.

Para los que se han mostrado decepcionados con la última intervención pública realizada por el presidente de la autoridad monetaria europea, el experto de M&G Investments recuerda que desde hace tiempo Draghi ha sido muy claro al decir que no aprobará un Quantitative Easing. “A veces, da la sensación de que el mercado no escucha a los que dictan la política económica. A decir verdad, lo que sucede en la eurozona es bastante predecible. Las cosas podrían empezar a cambiar si Alemania, tal y como esperamos, entra en recesión…”.