“Cualquier cartera diversificada debería tener al menos un 10% en materias primas”

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Joel Filipe (Unsplash)

Empezó a trabajar en la industria de las materias primas hace casi 30 años y el paso del tiempo no ha hecho sino consolidar su fe en este tipo de activo. Para David Donora, gestor del fondo Enhanced Commodities y responsable del equipo de materias primas de Threadneedle - formado también por Nicolas Robin y Daniel Belchers-, “toda cartera diversificada debería tener al menos el 10% de su patrimonio en materias primas”, pues son un activo descorrelacionado con los bonos y las acciones, lo que ayuda a reducir la volatilidad, además de proporcionar retornos absolutos, suponer una historia de valor contra la depreciación de las divisas y servir de cobertura frente a la inflación.

Y precisamente nos encontramos en un escenario en que las presiones inflacionistas no sólo afectarán al mundo emergente precisamente ante la subida de precios de alimentos y materias primas, sino también al desarrollado. “Continuaremos viendo una subida de la inflación de forma global que también se sentirá en los bolsillos”, afirma Donora. Preguntado por las potenciales consecuencias de una subida de tipos de interés generalizada para solventar el problema, reconoce que algunos activos, como oro, podrían sufrir si las medidas monetarias son fruto de una verdadera vuelta de la confianza económica, pero cree que, aun así, los tipos seguirán estando en niveles históricamente bajos en el mundo occidental. “Los grandes consumidores no son los europeos, por eso una subida de tipos no tendrá un gran impacto”, añade.

Además de ser un buen momento de invertir en materias primas ante la vuelta de la inflación, señala tres motivos clave que favorecen la apuesta por este activo. En primer lugar, el crecimiento global, liderado por los mercados emergentes, que son grandes consumidores de commodities de todo tipo, incluyendo energía, metales industriales o petróleo. “El aumento de las clases medias y el poder adquisitivo, así como el desarrollo industrial en todas las regiones, incluyendo África, llevan a un mayor consumo y ese desarrollo está conduciendo a un punto de inflexión en el mercado de materias primas, impulsando su precio y generando inflación que deriva en una apreciación de sus divisas”, comenta Donora, que sitúa su crecimiento en niveles de entre el 8% y el 10%. El experto explica que el consumo de materias primas no va a bajar con esas ratios de crecimiento. “Si hay una desaceleración del crecimiento económico es posible que disminuya, pero no es mi escenario central”, aclara. Por eso, todas las miradas están puestas en mercados como el chino.

El segundo motivo que favorece a estos activos son las tensiones entre oferta y demanda, especialmente intensas en el caso de metales como el cobre o el paladium, el petróleo y commodities agrícolas como el maíz, el algodón, el trigo, la soja, el azúcar o el café, ante catástrofes naturales y continuas interrupciones de la oferta por otros motivos. Por eso en su fondo actualmente sobrepondera el cobre, el plomo, el níquel, la plata o la gasolina, así como el trigo (con una exposición significativa de en torno al 10%), habiendo sido positivo también recientemente con la soja y el azúcar, si bien ahora mueve sus posiciones hacia terreno neutral. El equipo de Donora infrapondera el aluminio y el gas natural, pues unos buenos fundamentales no impiden la generación de precios excesivos. “Somos gestores activos y buscamos buenas oportunidades a precios razonables, pues siempre se produce esta dinámica de sobrevaloraciones, que aprovechamos para hacer ventas y tomar beneficios”, explica; algo que están haciendo ahora con el gas natural o los granos.

En tercer lugar, como factor positivo está el problema de deuda de los gobiernos occidentales que “están más preocupados por lograr la reelección que por solucionar los problemas y toman medidas equívocas”, que, por ejemplo, llevarán a la debilidad de sus divisas, especialmente el dólar, moneda en la que se fijan los precios de las materias primas. Precisamente por eso es positivo con respecto al oro, que refleja esa debilidad de las divisas y está relacionado con su estabilidad. “EEUU está inmerso en una guerra de devaluación y además los inversores utilizan el oro como forma de preservar su riqueza”, afirma. También es alcista con el petróleo, teniendo en cuenta el lento desarrollo de las energías limpias, y hace hincapié en que las materias primas son una inversión a largo plazo que desde 1960 hasta ahora han ofrecido retornos un 5% por encima de las tasas de los activos libres de riesgo, es decir, en torno al 10% anual, algo más que las acciones.

De ahí el éxito de su fondo Threadneedle Enhanced Commodities, lanzado en junio del año pasado y que ya cuenta con un patrimonio de 105 millones de euros. Se trata de un producto UCITS III long-only que invierte directamente en materias primas, ya registrado en la CNMV y que cuenta con un objetivo de batir en seis puntos porcentuales al índice Dow Jones UBS y con una volatilidad de entorno al 16%, apoyándose en la experiencia de su hedge fund sobre materias primas, este último lanzado en noviembre de 2008, que puede invertir en renta variable de compañías relacionadas con estos activos. Pero para Donora, la inversión directa tiene las ventajas de prescindir del riesgo de las compañías y de los países, y estar únicamente vinculada a su precio, además de permitir una “exposición pura a las materias primas”. El experto señala también las posibilidades que permite la inversión directa, única capaz de ofrecer acceso a todo el rango de commodities.

“El acceso a activos como el algodón o el azúcar sólo es posible con inversiones que tengan directamente como subyacente la materia prima en sí”, comenta. El equipo gestiona en total 135 millones de dólares: 30 en el hedge fund (que en 2009 ofreció retornos superiores al 9% y en 2010, al 14%) y 105 milones en el fondo long-only. “Es uno de los productos en los que creemos de cara a este año, pues hay mucho interés en Europa”, comentan desde la gestora.