¿Cuáles son los mayores retos para las EAFI?

Kamil Molendys, Unsplash

El conocimiento de la figura de la EAFI, la apreciación de las diferencias frente al negocio de bancos y cajas, su aceptación y la disposición a pagar por sus servicios, la superación de la excesiva bancarización del ahorro en España y la baja cultura financiera, una clara definición de sus funciones, el mantenimiento de la independencia o la lucha contra las entidades que operan sin control son los mayores retos que afronta la figura del asesor independiente en España, según la opinión de algunas EAFI ya aprobadas.

Víctor Alvangonzález, consejero delegado de Profim, considera clave que los potenciales clientes entiendan las ventajas de su modelo de negocio frente al de bancos y cajas, es decir, “que se conozca su existencia y las ventajas que aportan”. Para Borja Durán, socio director general de Wealth Management, el mayor problema es la falta de conocimiento, tanto por parte de los integrantes del sector financiero como del público en general, aunque cree que con el tiempo se superará. “En nuestro caso, una vez que los clientes han conocido nuestra forma de trabajo, se quedan gratamente sorprendidos de las ventajas que obtienen al contratar los servicios de una EAFI”, afirma Ana Fernández, directora ejecutiva de AFS Finance Advisors.

En la misma línea se pronuncia Cristóbal Amorós Arbaiza, de Amorós Arbaiza, que cree que lo más difícil es “la aceptación por parte de los inversores, que ven innecesario pagar por el asesoramiento porque creen que ya lo reciben de sus bancos” y apela a su reconocimiento. De hecho, para Félix González, socio director general de Capitalia Familiar, el mayor reto es superar la excesiva bancarización del ahorro en España y, sobre todo, la insuficiente cultura financiera del ahorrador medio frente a la de otros países europeos”.

Menos adelantados

Las comparaciones con el resto del mundo también se hacen inevitables para David Levy, socio fundador de DiverInvest Partners, que cree que es un grave error que los clientes no valoren ni estén dispuestos a pagar por ese asesoramiento, al contrario de lo que ocurre en otros lugares. “Los clientes españoles deben profesionalizarse para conseguir posicionar a las EAFI de la misma forma que lo están en mercados más desarrollados en este sentido como Francia, Reino Unido o EEUU, donde asesoran más del 60% del mercado”, añade.

En esa misma línea se pronuncia Javier Flores, key account manager de Dracon Partners, que señala la falta de cultura financiera y la falta de costumbre por pagar por el asesoramiento, señalando el reto de luchar contra las entidades que actúan sin ningún control. “Se echa de menos un mayor nivel de inspección y contundencia sobre las entidades que actúan al margen de la regulación y que perjudican a la reputación de las EAFI”, afirma, apelando al paraguas administrativo para asegurar un crecimiento sano.

Otro de los retos clave es que no se dejen contaminar y que mantengan la independencia. “Ya hay EAFI que pertenecen a grupos financieros que gestionan y comercializan fondos de inversión”, advierte Alvargonzález. Otro enemigo de la independencia, según el experto, es la arquitectura guiada: “Una empresa con este tipo de modelo es menos independiente que una que trabaja al 100% con arquitectura abierta”, apostilla. Un factor imprescindible teniendo en cuenta que “en la independencia y la profesionalidad radica el éxito” de esta figura, pues el sector se vería muy perjudicado si contara con menor grado de ambas.

En los albores de las EAFI

Para Belén Alarcón, de Abante Asesores, el primer problema es el “arrancar” la andadura y en este sentido señala “la ilusión y el empuje con los que están empezando los nuevos proyectos en España, que invita al optimismo”. Con todo, el mayor reto es “ser capaz de ayudar al inversor en los problemas reales que le puedan surgir”, afirma.

Por otra parte, Cristóbal Amorós Arbaiza, de Amorós Arbaiza, señala también que las EAFI “están pendientes de definirse mejor”, pues en términos estrictos sólo pueden asesorar sobre inversiones financieras, dejando al margen otro tipo de asesoramiento, algo con lo que discrepa. “Un buen servicio debe acompañarse de conocimientos y consejos en otros campos, como el tributario. De hecho, con frecuencia vemos operaciones financieramente interesantes pero desaconsejables desde el punto de vista fiscal y creemos que el asesor debe contar con amplios conocimientos y medios en aquellas parcelas que puedan afectar a las decisiones de inversión”, añade.