Crisis mundial e inflación global

Recientemente, el Presidente de China, Wen Jiabao, manifestaba: “el trabajo clave del Gobierno, durante el primer trimestre, es centrarse en el estricto control de los precios de los alimentos y del mercado de vivienda (inflación)”. La subida en el precio de la energía (petróleo) y productos alimenticios está haciendo avanzar la inflación en dirección a los cuatro puntos cardinales del planeta. Sin que de momento los datos sean dramáticos, en cualquier caso la tendencia apunta maneras, o bien, apunta tormenta.

Con el despegue de la inflación, su análisis y evolución empieza a ser tema recurrente en muchos debates económicos. La realidad es que el debate es amplio ya que la inflación sigue sin tener una contestación unanime en la Doctrina económica actual. Según cambia el apellido del Premio Nobel o la corriente económica, cambia la contestación. El origen, comportamiento y trasmisión de la inflación continúa siendo un hondo “agujero negro” de la macroeconomía, aspecto no trivial pues lleva a posturas divergentes en política monetaria (Bancos Centrales) y en política económica (Gobiernos). Pero,¿juega algún tipo de papel la inflación en la actual economía global?. Si así fuera, a la presente crisis habría que añadirle un incipiente nuevo desafio, ¿qué efectos se derivarán del cambio de rumbo de la inflación a nivel mundial en la presente no sosegada situación monetaria?.

Es plausible que la pérdida de poder de compra de las monedas más importantes esta en el origen o ha propiciado la elevación del precios de las commodities. Entre ellas destaca, por su efecto económico, el petróleo y derivados. La relación entre aumento o disminución del poder relativo de compra del dólar y petróleo es bien conocida. Asimismo es bien conocido que la subida del precio del petróleo afecta de manera directa a la inflación, siendo sus efectos en las economías emergentes más elevada que en las economías desarrolladas. Asimsismo todo ello afecta al crecimiento economico doméstico y mundial, como en alguna ocasión ha descrito detalladamente el Banco Mundial (2007).

Pero la subida precipitada de la inflación tal vez tiene, en mi opinión, un efecto más profundo y delicado en cada nación, modifica su “inflación diferencial”. ¿Qué es la inflación diferencial?. Los países compiten en términos de precios relativos. Así, y por ello, del enfado, por todos contemplado, de la Administración Obama con el Gobierno Chino a raiz de la infravaloración del yuan, que premia la astuta competitividad China y castiga el fairplay cambiario de USA. Al elevarse la inflación de cada país, no solo se afecta negativamente al poder de compra de sus ciudadanos (clase media, pensionistas..), sino que tambien se afecta a su competitividad exterior. Así, la inflación diferencial es vector crítico del sistema económico (en un marco global) ya porque afecta al nivel de competitividad relativo entre sistemas productivos ya por que afecta o moviliza de manera positiva o negativa los flujos monetarios exteriores (ahorro) y con ello la mayor o menor inversion y crecimiento (modelo Solow). La inflación diferencial tiende a corregirse a traves de la variación libre de los tipos de cambio, si bien, el proceso es imperfecto y siempre lesivo a corto plazo en aquellos que mantienen inflaciones diferenciales elevadas (negativas). Desde otra perspectiva podría decirse que la inflación diferencial es una extraordinaria fuerza competitiva que, en gran medida, pilota las variaciones del PIB de cada nación. En las naciones que mantienen bajas inflaciones diferenciales su crecimiento económico se acelerará, aunque, en detrimento directo de las naciones peor posicionadas en esta variable (menos competitivas). Lo expresado podemos extrapolarlo a la UE y como origen de la criticada falta de competitividad de España. Asimismo, esta externalidad negativa, es extrapolable a nivel mundial siendo origen importante del proceso de desconvergencia económica global o “Efecto Norte-Sur”. Si todos los países tuvieran la misma inflación y riesgo, la posibilidad del proceso de convergencia económica mundial llegaría a ser cierto algún día.

Desde el punto de vista monetario la inflación diferencial es la variable en donde se concreta a corto plazo la política monetaria y económica de un país frente a todas las políticas monetarias y económicas de otros países con los que se comercia y compite. Es una variable dinámica y exógena al querrer doméstico. Normalmente es afectada por políticas monetarias a corto plazo, y por las políticas económicas (productivas) a medio y largo plazo. Lo importante en macroeconomía no es la inflación en si misma sino la inflación diferencial, hipótesis contraria a la que mantiene el Banco Central Europeo. El óptimo de inflación a buscar por cada Banco Central existe cuando se logra el óptimo de inflación diferencial, siendo todo ello un objetivo dinámico y no estático. El criterio bien conocido del 2% de inflación del BCE, sería, de acuerdo a lo expuesto, erróneo.

Dado que cualquier política sobre inflación está directamente relacionada con la política de tipos de interés, cabe preguntarse ¿cómo gobernar un área monetaria de inflaciones dispares?. El BCE se enfrenta a un grave dilema de política monetaria. Tal vez por ello Trinchet se ha apresurado a negarlo, poniendo ya una venda en donde aún no es visible la herida (13 de Enero). La UE será de aquí a no mucho ingobernable monetariamente si las inflaciones de algunos países miembros se disparan (PIIGS y nuevos socios, Rumania, Bulgaria…). De ocurrir, el BCE tendrá que decidir entre continuar sin mover el tipo de interés a corto plazo, o moverlo al alza para frenar la presión inflacionista y el cambio de expectativas que se avecina a toda la Eurozona. Asimismo tendrá que decidir si mantener su política de compra de bonos de manera directa o por medio del Fondo de Estabilidad, (es indiferente), y con ello mantener estables y a ser posible reducir los tipos a largo plazo de los PIIGS (copia de lo hecho por la Fed). Si sube el tipo de interés a corto y/o restringe su política de compras de bonos, causara un intenso daño en la recuperación económica de los PIIGs (países inflacionistas a excepción de Irlanda en deflación), que se verán ante un sacrificio social aún mayor y tal vez a las puertas del default de la deuda soberana. Si no hace nada para frenar la presión inflacionista asimétrica y creciente, Alemania y Francia llevarán elevarán más que quejas. El BCE esta atrapado en una jaula de la que no puede salir. El dilema no es la jaula. El dilema es que no hay llave de la puerta. ¿Se romperá la cerradura (el Euro)?.

El efecto de la inflación diferencial aquí planteado y descrito, es un fenómeno económico intuido timidamente desde hace ya largo tiempo. Así, por ejemplo, el Premio Nobel Paul Samuelson escribía en los años 80 “cuando comparamos los resultados económicos, debemos distinguir la competitividad de un país de su productividad. La competitividad se refiere al grado en que los bienes de un país pueden competir en el mercado; depende principalmente de los precios relativos de los productos. Sin embargo, la competitividad es muy distinta de la productividad de un país, que se mide por medio de la producción por unidad de factor, por ejemplo, la producción por hora trabajada. La competitividad de Estados Unidos disminuyó notablemente durante la década de 1980. La disminución no se debió a que el crecimiento de la productividad disminuyera durante ese período; de hecho, ocurrió lo contrario, pues creció más deprisa en los años ochenta que en la década anterior. El deterioro de la competitividad de Estados Unidos registrado en la decada de 1980 se debió a que la apreciación del dólar elevó los precios norteamericanos en relación con los de sus socios comerciales. Esto nos lleva a una cuestión fundamental que plantea la competitividad, los países no son inherentemente poco competitivos, sino que se vuelven poco competitivos cuando sus precios se desajustan debido a que el tipo de cambio está sobrevalorado”.

Se podría concluir que, con la aparición de la inflación, la crisis mundial ha cambiado. La crisis ha entrado en su segunda fase. A la lenta recuperación económica global le ha salido un nuevo desafio. Lamentablemente el más difícil entre los posibles, la inflación global. Inflación global que nacida de la depreciación de las monedas fuertes, se ha colado como es tradicional en las commodities y ahora centrifugara las penas de los países ricos entre los emergentes y entre todos los países existentes. Inflación global que pudiera impulsar la todavía incipiente guerra de divisas y asimismo dar nuevos brios al cuestionamiento del dólar como moneda reserva del sistema financiero mundial. El año 2011 sentenciará hacía donde se inclinará la balanza.