Corrección en los mercados y el petróleo: claves y consecuencias de lo que está pasando

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Razvan Chisu on Unsplash

Mientras Europea dormía los mercados han encontrado una nueva razón para pulsar el botón del pánico. Quienes se animasen a comprar con las caídas de la semana pasada han tenido este lunes un crudo despertar ante la realidad que supone invertir en tiempos de volatilidad.

Resumamos la tragedia. Esta madrugada el barril de petróleo Brent, el de referencia en Europa, ha abierto con caídas del 30%. Es la caída intradiaria más grande desde el 17 de enero de 1991… cuando empezó la Guerra del Golfo. A su vez, los futuros de los índices americanos apuntaban a caídas del 5%; un movimiento dramático que se materializó en la apertura en las bolsas europeas. El Eurostoxx 600 se anota su peor caída desde 2016 y varios índices están a pocos escalones de entrar técnicamente en un mercado bajista. La renta variable japonesa, por su parte, ya lo ha hecho, al abrir con una corrección del 6% esta sesión.

Tal es la búsqueda de refugio que el yen japonés llegó a subir un 3% frente al dólar americano. Y por primera vez en la historia toda la curva del Tesoro americana se mueve por debajo del 1%. Sí, incluso la emisión de 30 años. La apertura del mercado americano ha dado otro ejemplo más de la presión vendendora. Las cotizaciones se tuvieron que suspender 15 minutos después de que abrieran con caídas de más del 7%. Es la mayor caída diaria del Dow Jones desde la crisis de 2008. El pánico se apodera del mercado pese a que la Reserva Federal ha anunciado el lunes que aumentará la inyección de liquidez. 

¿Qué está pasando ahora en los mercados? Las firmas internacionales analizan las claves y consecuencias de todos los movimientos actuales.

1. Y ahora qué le pasa al petróleo

Por si la expansión del coronavirus no da motivos suficiente para abrazarse a la cautela, este fin de semana una disputa en la OPEP y aliados ha desencadenado una grave corrección en las materias primas.  

Todo empezó el pasado jueves. Con el objetivo de hacer frente a la menor demanda de crudo por el coronavirus, la OPEP propuso retirar por su parte un millón de barriles diarios de la producción y así mitigar el efecto en precios. Pero también pidió que los estados aliados (el OPEP+) colaborase con la retirada de otros 500.000. A lo que Rusia se negó. Esa negativa de un país tan influyente ya llegó el viernes al Brent a anotarse un desplome del 9%. ¿Por qué esa postura? “Rusia ha tomado medidas duras para contener su presupuesto doméstico, así que ahora pueden permitirse un petróleo más bajo”, explica Randeep Somel, director de renta variable global de M&G.

La respuesta no tardó en llegar. "Arabia Saudí ha declarado una guerra de precios en el mercado del petróleo", resume con franqueza Mark Lacey, responsable de materias primas de Schroders. Redujo el precio de venta oficial en 7-8 dólares por barril en Europa y Estados Unidos, y 4-6 dólares por barril en Asia. Este supone el mayor recorte de precios desde al menos 2004, recuerda el experto. "Además, se está informando a nivel local de que Arabia Saudí aumentará las exportaciones hasta en 800.000 barriles diarios en un mercado que ya está sobrecargado". En su opinión, el movimiento podría costar al país unos 120.000 millones de dólares, ya que el precio actual no es rentable. "De hecho, los precios actuales del petróleo están significativamente por debajo de los niveles de break-even de todos los productores de la OPEP. Es difícil prever que estos precios puedan sostenerse sin recortes significativos en los programas fiscales, lo que a su vez llevaría a un importante malestar", argumenta.

¿Cuáles podrían ser las consecuencias? Para Esty Dwek, responsable global de la estrategia de mercados de Natixis IM, el mayor impacto se dará en el mercado de high yield, donde el sector energético es un componente muy grande, pero no descarta que el ensanchamiento de los diferenciales contagie a otros segmentos. Paul O’Connor, responsable del equipo de multiactivo del Reino Unido de Janus Henderson, también ve foco de volatilidad en la deuda high yield, y añade los bonos emergentes: “El riesgo ahora es que los reembolsos de los inversores se acelerarán en un momento en que la liquidez del mercado ya está bajo presión. Aún así, corrección ha sido tan rápida que empiezan a haber oportunidades. Los mercados de crédito han pasado de estar sobre comprados a sobrevendidos de la noche a la mañana”,

En cuanto a la industria en sí, “la presión sobre los precios se sentirá más en las zonas productoras de petróleo de esquisto, donde se espera que el crecimiento disminuya significativamente este año. Además, las regiones productoras podrían enfrentarse a disturbios sociales”, analiza Michel Salden, gestor de Vontobel AM. “Sin embargo, las perspectivas han mejorado, ya que los precios del petróleo a más larga duración llegarán a un mínimo debido al aumento de los costes de producción a largo plazo. Los productores de petróleo de esquisto verán bloqueado su acceso a la financiación barata y dejarán de actuar como productores marginales de swing a 50 dólares por barril. Independientemente de los movimientos actuales, se prevé que los mercados del petróleo pasen a tener una insuficiencia estructural de oferta para 2023-2025. Esto se debe a que los principales productores de petróleo no invirtieron en nuevos proyectos de infraestructura y los de esquisto han estado favoreciendo los dividendos en lugar de los gastos de capital para apoyar las nuevas instalaciones de producción”, cuenta el experto.

No hay que olvidar la lectura positiva y una que impulsó a los mercados tras la crisis del crudo de 2016. “La caída del precio del petróleo apoyará el crecimiento en los países importadores. Hay una transferencia de ingresos de los productores de petróleo a los consumidores, y eso podría impulsar el crecimiento global si los consumidores gastan más. Cada caída de 10 dólares en los precios del petróleo transfiere alrededor del 0,3% del PIB mundial de los productores a los consumidores”, recuerda Shamik Dhar, economista jefe de BNY Mellon Investment Management. Y Sebastien Galy, estratega senior de estrategia macroeconómica de Nordea AM, coincide. Los precios mucho más bajos del petróleo son una transferencia a gran escala de partes de los mercados emergentes a los mercados desarrollados, menos en los Estados Unidos y Noruega, recuerda. "A medida que el mercado de renta variable se rinde, uno debe recordar estas verdades esenciales: la flexibilización monetaria, los precios fuertemente más bajos del petróleo y el estímulo fiscal finalmente tendrán un impacto positivo", sentencia.

También puede ser bueno para la industria. Nicolas Robin, gestor de materias primas en Columbia Threadneedle Investments, añade dos puntos importantes: “Si bien los precios más bajos inevitablemente resultarán en una reestructuración de la industria, también creará un estímulo masivo para las economías emergentes y al mismo tiempo reducirá los incentivos económicos de los cambios a largo plazo hacia los vehículos eléctricos y las energías renovables. Después de un período de turbulencia, es probable que la industria petrolera vuelva más resistente a mediano plazo.”

2. La deuda no se libra del risk off

Estos son los últimos movimientos del mercado, pero no hay que dejar de lado las señales de preocupación que ha estado mandando la renta fija. Llevamos dos semanas duras en los mercados de bonos. “El sentimiento de risk off reina”, resume Wolfgang Bauer, de M&G. “Miro a mi pantalla esta mañana y el iTraxx Xover, el termómetro del riesgo de crédito en high yield europeo, ha saltado a su nivel más ancho desde mediados de 2013. A la vez, el bund alemán a 10 años ha caído al mínimo histórico del -0,8%”, cuenta. El movimiento tan brusco en los mercados de crédito se resume claramente en el gráfico que comparte:

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La renta fija es quizás el punto que más preocupa a las gestoras. Desde PIMCO, Joachim Fels, asesor económico global de la gestora, alerta sobre las potenciales grietas en el ciclo de crédito estadounidense en un entorno de flujos de caja corporativos menguante, lo que podría derivar en un ajuste fuerte de las condiciones financieras que a su vez impactase en la economía real.