¿Conviene invertir en volatilidad?

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Anlopelope, Flickr, Creative Commons

Con las bolsas de todo el mundo al alza, muchos inversores parecen haberse olvidado de la volatilidad y, sin embargo, acontecimientos como el fin de los programas de estímulo de los bancos centrales podrían generar unos niveles de volatilidad considerables en los próximos años. Cuatro expertos afiliados a Natixis Global Asset Management comparten sus opiniones en el último informe de la gestora francesa.

Kevin Kearns, gestor de carteras de Loomis, Sayles & Company, cree que “el exceso de deuda del mundo desarrollado provocará volatilidad en los mercados en los próximos años”. Kearns ve muchas opciones para explotar esta volatilidad en diversas clases de activos, como materias primas, renta variable, renta fija y divisas. “Se pueden usar estrategias de carry, perspectivas de curvas de tipos y de crédito y oportunidades de valor (long/short) entre el mercado de contado y el de derivados”.

El gestor también cree que el agresivo programa de expansión cuantitativa del Banco de Japón está generando atractivas oportunidades para invertir en la volatilidad de los tipos de interés japoneses. Kearns opina que “el mundo confía demasiado en los bancos centrales porque casi la mitad de todas las recesiones han sido causadas por errores en sus políticas. Por eso, en los próximos tres a cinco años estaremos muy atentos a los repuntes de volatilidad provocados por el fin de las medidas de flexibilización cuantitativa”.

Vincent Chailley, director de Inversiones de H2O Asset Management, coincide con el diagnóstico de Kevin Kearns. “Ahora mismo tenemos un mercado en el que todo sube pero las políticas monetarias tendrán que volver a la normalidad si queremos acabar algún día con este entorno de bajos tipos de interés”.

Para protegerse de los movimientos bruscos que podría provocar el fin de las medidas expansivas de los bancos centrales, Chailley recomienda “empezar ya a añadir estrategias asimétricas, sobre todo de volatilidad, para proteger las carteras de shocks asimétricos extremos. La volatilidad es una de las mejores formas de cubrir las carteras frente al riesgo, sobre todo ahora que los ‘activos refugio’ han perdido parte de su atractivo”.

Emmanuel Bourdeix, responsable de estructurados y gestión de volatilidad en Seeyond, ve muchas similitudes entre el mercado de renta variable de 2013 y el de 2004-2007. “Los tipos de interés también estaban bajos en esa época y los enormes flujos de liquidez empujaban a los inversores de renta variable a comprar sistemáticamente tras cada corrección”. El experto cree que, aunque la volatilidad seguirá siendo moderada “veremos repuntes puntuales asociados a acontecimientos geopolíticos, agitación social o temores sobre el fin de las medidas de expansión cuantitativa”.

Con respecto a estas medidas expansivas, Michael Buckius, CFA y director de Inversiones de Gateway Investment Advisers, no ve una clara estrategia de salida pero espera que venga acompañada de cierto crecimiento económico en varios países desarrollados, “lo que contribuiría al éxito”. No obstante, anticipa que los mercados tardarán en digerir el fin de los estímulos monetarios y que esto provocará periodos de mayor volatilidad, por lo que recomienda a los inversores que asignen parte de su cartera a estrategias de gestión de la volatilidad.

Buckius también cree que los inversores deberían invertir en volatilidad como clase de activos. “Los inversores deben buscar valor en cualquier parte del mercado. La volatilidad es una fuente de rentabilidad un tanto inusual, pero a medida que los inversores se vuelven más sofisticados, aprenden que existen otras opciones de inversión más allá de la renta variable, la renta fija y la liquidez”.