Contextualizando en el marco europeo la recaída en recesión de la economía italiana

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Foto cedida

La recaída de la economía italiana ha hecho saltar todas las alarmas. El PIB de Italia se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre del año, lo que hilado al -0,1% registrado en el primer trimestre sitúa técnicamente al país en recesión por tercera vez desde 2007. El Gobierno de Matteo Renzi ha querido quitarle hierro al asunto, al asegurar que las reformas introducidas darán fruto a largo plazo, pero lo cierto es que la respuesta de los mercados ha sido negativa, con caídas en la práctica totalidad de las bolsas europeas. Según Azad Zangana, economista europeo de Schroders (en la imagen), "durante algún tiempo fue difícil distinguir entre los distintos países periféricos de Europa. Sin embargo, este año, aquellos países que han implantado reformas estructurales y han mejorado su competitividad, como España e Irlanda, han destacado por encima del resto. En cambio, aquellos países que han adolecido de lentitud y de poca disposición a aceptar reformas, como Italia y Francia, han sido un lastre para el conjunto de la economía de la zona del euro".

Pero, pese al mal dato publicado en Italia, es importante contextualizar el marco en el que se produce este hecho. “La unión monetaria está haciendo progresos para emerger de la crisis de la deuda soberana” afirman los economistas de Schroders Keith Wade, Azad Zangana y Craig Botham en un reciente informe de la gestora con visiones estratégicas para los próximos meses. “El cambio institucional seguido ha mejorado la resistencia del sector bancario, mientras que se introdujeron garantías para proteger la deuda soberana”, añaden. En general, su visión sobre la evolución de las economías de la eurozona es positiva, aunque también son conscientes de que no se han disipado todos los riesgos: “Aunque la economía está mejorando, sigue siendo vulnerable a los shocks, especialmente al no haberse acelerado el crecimiento hasta niveles más sanos”.

Un ejemplo de esta debilidad a ojos de los expertos han sido los mediocres datos macroeconómicos publicados en las últimas semanas. Por ejemplo, los PMIs cedieron en mayo y junio, mientras que los datos de producción industrial en Alemania, Italia y Francia también han sido inferiores a lo esperado por el consenso. “Sólo España ha asistido a mejoras en el segundo trimestre (1,1%), con la primera estimación sobre el PIB del segundo trimestre sorprendiendo al alza al fijarse en un 0,6%”, indican. En base a estos datos, los economistas de Schroders plantean una pregunta incómoda: “Los datos de la producción industrial sugieren que el PIB de la eurozona podría ser negativo en el segundo trimestre. ¿Podría ser el comienzo de otra recesión?”

De momento la respuesta es no, dado que consideran que “los indicadores líderes mencionados todavía no son una preocupación, pues anteriormente a estas caídas habían sido muy fuertes en comparación con el consenso, con un crecimiento interanual entre el 1,5% y el 2%”, explican. La previsión del equipo de Schroders es un crecimiento del PIB del 1% para 2014 en la eurozona. Además, avanzan que los datos adelantados sobre el PMI correspondiente a julio reflejan una recuperación. “Si se confirma cuando se publiquen los datos finales, debería ayudar a disipar los temores sobre una eurozona retrocediendo hacia otra recesión”, concluyen.

Para los representantes de la gestora británica, Francia supone una luz de advertencia, puesto que, de los cuatro estados miembro de mayor tamaño, ha sido una rémora durante los últimos tres a cuatro meses, mientras que su PMI compuesto ha estado por debajo de los 50 puntos desde mayor.

¿Dónde están los indicios claros de recuperación?

Los economistas constatan que el área que ha registrado mayores mejoras dentro de la eurozona ha sido el sector minorista, que ha sido impulsado por la mejora de la confianza del consumidor.  Este repunte, a su vez, lo atribuyen a dos factores: la baja inflación –incluso deflación en algunos países- y la mejora de los mercados laborales. También hacen notar el regreso del sector industrial a niveles normales de actividad, aunque con puntualizaciones ya que el sector servicios sigue estando por debajo de su media de largo plazo, mientras que el sector de la construcción todavía está en una situación muy difícil.

“Después de una recesión, esperaríamos que muchos, que no todos, estos sectores estuvieran publicando cifras de actividad por encima de las medias, pero de momento sólo vienen del lado minorista. Esto puede ser explicado por la falta de un ingrediente vital para una rápida recuperación, la disponibilidad de crédito”, aseveran Wade, Zangana y Botham. Los economistas recuerdan lo importante que es que empiece a funcionar la economía real, que vuelva a fluir el crédito hacia empresas y familias.

También señalan que el BCE juega un papel clave, como nuevo supervisor único del sistema bancario europeo. “El BCE debería publicar los resultados del test de estrés a la banca (AQR) al final del verano, pero los cambios en las reglas y el escrutinio adicional puede haber dado pie a los bancos, de media, a reducir el tamaño de sus carteras de crédito. Este proceso no debería estar llegando a su final, y junto con la nueva ronda de liquidez (TLTRO), los economistas consideran que deberían empezar a verse al fin los primeros signos de actividad de préstamos hacia finales de 2015. “La eurozona necesita ver un repunte de los préstamos para incrementar la inversión empresarial y el gasto de los consumidores, que tienen un efecto multiplicador sobre la economía. Más préstamos es la clave para liberar nuevo crecimiento y reducir la vulnerabilidad de la economía de la eurozona”, concluyen desde Schroders.