Consejos para sobrevivir a la liquidación de un ETF

Kamil Molendys, Unsplash

En las dos últimas semanas se han producido dos anuncios de cierres de ETF, con Claymore y Grail planeando cerrar fondos que han fracasado a la hora de enganchar a los inversores. El primero cerrará cuatro fondos de renta variable que tenían activos de 35 millones de dólares, mientras el segundo está cerrando las puertas de dos fondos activamente gestionados con 3 millones de dólares de patrimonio cada uno. En lo que va de 2010, una treintena de ETF ha cerrado.

Según ETF database, en los próximos años veremos una oleada de consolidaciones y cierres en el espacio de fondos cotizados. Según los datos más recientes del National Stock Exchange, más de 350 ETF mantienen activos totales de menos de 25 millones de dólares, muchos de los cuales son relativamente nuevos y están alcanzando el mejor momento en su curva de crecimiento. GXG es un buen ejemplo de un ETF que creció lentamente; o el ETF Colombia lanzado a principios de 2009 y que en junio de este año tenía sólo 13 millones de patrimonio. En los dos meses que han pasado desde entonces, sus activos han crecido hasta tener más de 50 millones de dólares.

Pero muchos otros ETF con menos de 25 millones en activos difícilmente atraerán jamás el interés de los inversores, y muchos operarán probablemente en números rojos. Como a los emisores de ETF no les gustar perder dinero, eso significa que cientos de fondos podrían tomar decisiones difíciles.

Vender o no vender

El proceso de cerrar un ETF es generalmente muy similar entre los diferentes emisores. Se anuncia el último día de cotización, y los accionistas del fondo tras esa fecha ven sus acciones automáticamente convertidas en cash en el último día de operación. Así que los inversores normalmente tienen dos opciones: vender sus participaciones antes del último día o mantenerlas hasta la distribución de liquidez del último día.

Ambas estrategias conllevan riesgos. Los ETF cierran sus puertas debido a la falta de interés de los inversores, por lo que generalmente los volúmenes de negociación son bajos. Como el mercado no está interesado en comprar una posición que se convertirá en cash en un futuro cercano, encontrar comprador para un ETF que está en proceso de liquidación requiere vender con descuento con respecto a su valor liquidativo. Una opción por tanto menos atractiva que esperar al reparto de cash equivalente al valor liquidativo del fondo cotizado.

Sin embargo, el tema de cierre de costes puede complicar el proceso de liquidación. Cuando un emisor de ETF está cerrando una porción de su línea de productos, a menudo asumirá los costes legales y otras comisiones asociadas con el cierre de un fondo. El otro riesgo de esta vía es la incursión en ganancias de capital, con la consiguiente eliminación de las ventajas fiscales que los ETF tienen sobre los fondos de inversión, pues cuando el ETF vende su última posición tiene el potencial de declarar ganancias de capital si alguna de las posiciones se ha apreciado, y esas ganancias se distribuyen con el cash a los inversores.

Cada escenario de liquidación es diferente: cotizar con primas o descuentos, el tratamiento de los costes de cierre y las potenciales ganancias de capital pueden cambiar la estrategia. Si se puede cerrar la posición al precio del valor liquidativo sin incurrir en indeseadas consecuencias fiscales, tiene sentido hacerlo y evitar incertidumbres de cara al cierre del fondo. Si no, habrá que medir los costes de cada escenario y determinar la mejor vía.