Consecuencias para el inversor de una política monetaria atrapada en los tipos cero

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European Central Bank, Flickr, Creative Commons

La semana pasada estuvo marcada por dos mensajes clave por parte de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo. La Fed abrió la puerta –si se lee entre líneas- a volver a bajar tipos, mientras que Mario Draghi confirmó que terminará su mandato sin subir ni una vez los tipos de interés y aún con una política claramente de estímulos monetarios. Analizamos de la mano de las gestoras internacionales qué consecuencias tiene para el inversor

Las firmas extranjeras lo ven claro. “La reunión del BCE es otra confirmación más de que los bancos centrales están dando pasos hacia una política acomodaticia y no restrictiva”, interpretan desde Unigestión. “La política dovish de bancos centrales está actualmente impulsada por la geopolítica y su disposición a ser preventiva en lugar de reactiva para mantener el impulso del crecimiento. Esto fue lo confirmó el Banco de la Reserva de Australia en su última reunión y los comentarios recientes de la Fed”.

Como recordatorio, Mondher Bettaieb-Loriot, director de crédito corporativo de Vontobel AM, resume los puntos clave de la última reunión de BCE así: Draghi indicó que la normalización de la política del BCE está aún muy lejos, ya que ahora estamos nos movemos en un mundo que ya no es normal, lo que justifica una política de tipos bajos durante más tiempo, lo que garantiza que el precio del dinero se mantenga en los niveles actuales hasta mediados de 2020. Las reinversiones del programa de compra de bonos también continuarán durante un período de tiempo prolongado después de la primera subida de tipos, y la definición de este plazo suele ser de un año. Así pues, las reinversiones de unos 200.000 millones de euros al año durarán al menos hasta mediados de 2021, lo que supone un gran apoyo.

En opinión de Bettaieb-Loriot esto sigue siendo bastante positivo para los mercados de deuda pública y de crédito de la eurozona, ya que el nuevo TLTRO al final creará un exceso de liquidez y garantizará que los bancos puedan refinanciar a bajo coste. Una de las consecuencias de esto es que habrá menos emisiones de bonos bancarios, ve el experto. Pero otros, como Unigestión, se mantienen cautos a medio plazo. “Dada la reciente estabilización en el panorama general y la inflación, que no representa ninguna amenaza en esta etapa, seguimos siendo largos en activos growth, pero con coberturas dada la reciente escalada de la guerra comercial”, justifican.

Incluso la Reserva Federal dio un paso más para confirmar que el periodo de normalización ha tocado su final. Los comentarios inaugurales de Jerome Powell en una conferencia en Chicago, sugieren que la Fed está vigilando de cerca el impacto de los eventos comerciales sobre el crecimiento, y que la política monetaria actuará apropiadamente para apoyar la expansión económica. Así los mercados descuentan con un 92% de probabilidad un recorte de tipos para el anuncio de septiembre, recuerdan desde Monex Europe. 

Pero es que hay quienes opinan que el BCE también podría llegar a ser tan acomodaticio como la Fed. “Tanto los recortes de los tipos de interés como el reinicio del QE forman parte del debate”, sentencia Paul Diggle, economista político de Aberdeen Standard Investments. También en esa línea, François Rimeu, estratega senior de La Française AM, no descarta sorpresas en el próximo foro del organismo presidido por Mario Draghi, que tendrá lugar en Sintra del 17 al 19 de junio. Como bien señala, en la rueda de prensa de la semana pasada Draghi dejó caer que algunos miembros del organismo habían planteado la posibilidad de recortes adicionales de los tipos de interés, pero también de nuevas compras de activos. “La elección del instrumento a utilizar, en caso de que se considere necesario, puede depender de la naturaleza del choque”, analiza Diggle. Si es necesaria una flexibilización porque la evaluación del BCE del entorno de crecimiento e inflación se modera en relación con el nuestro, el instrumento elegido puede ser el QE. Si se requiere una relajación debido a que los recortes en los tipos de interés de la Reserva Federal significan una apreciación del euro, los recortes en los tipos de interés pueden ser la opción preferida. Y si se utiliza la flexibilización porque Europa se ve envuelta en una guerra comercial con los EE.UU., ambos podrían utilizarse juntos.

Qué consecuencias ha tenido ya

Hay que recordar que hace ya cinco años que el BCE empezó a aplicar tipos de interés negativos en su facilidad de depósito. Esto es, que los bancos comerciales europeos pagan por el privilegio de depositar fondos en el BCE, en vez de percibir intereses sobre sus balances netos. ¿Qué efectos notables ha tenido en este tiempo? Para los expertos de DWS, no ha sido la panacea pensada.

Los bancos comerciales se han mostrado reticentes a repercutirles el coste a sus clientes. La mayor parte del sector privado y prácticamente todas las cuentas de ahorro de particulares, no pagan nada por este concepto. “La razón es sencilla: si los tipos de interés se reducen demasiado, es posible que los ahorradores decidan cancelar sus depósitos bancarios y guardar el dinero en efectivo”, explican desde DWS. Entonces quién se ha llevado la peor parte del cambio de política se preguntan. Pues los propios bancos.

Las financieras han compensado la diferencia aumentando sus beneficios en otros productos. Sin embargo, eso solo ha sido posible en mercados con un sector bancario muy concentrado, según precisan desde DWS. En otros, la presión se ha notado en los márgenes.  “No parece la mejor forma de fomentar la concesión de préstamos”, argumenta la gestora alemana.