Conclusiones sobre la psicología del inversor a partir del examen a los flujos de 2016

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Hay dos cosas que se pueden afirmar con seguridad sobre el 2016. La primera, que fue un año de crecimiento modesto. La segunda, que fue más incierto que otros años. El alto voltaje de los acontecimientos que se sucedieron durante 2016 tuvo un reflejo directo sobre los flujos a fondos, y así lo recoge el informe anual de Morningstar sobre flujos globales de activos. Como aperitivo, tres conclusiones sobre el comportamiento inversor a las que han llegado los analistas de la firma: “Los inversores cada vez están más centrados en 1) gestionar o reducir el riesgo; 2) controlar los costes; y 3) maximizar la calidad”.

El año 2015 terminó con un saldo neto de 314.000 millones de flujos hacia fondos cross-border (fondos domiciliados en paraísos fiscales como Luxemburgo o Irlanda y distribuidos principalmente en Europa, pero también en Asia, Latinoamérica y Oriente Medio). Los flujos totales del año pasado siguieron arrojando un saldo positivo, pero de tan sólo 138.000 millones de dólares. La región que más contribuyó fue EE.UU., que atrajo 288.000 millones en suscripciones, frente a los 260.000 de 2015. El resto de flujos se distribuyeron uniformemente entre las otras tres grandes regiones que distingue Morningstar: cross-border, Asia y Europa.

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A escala mundial, la tendencia de los flujos también fue a la baja: si 2015 terminó con suscripciones netas de 1 billón de dólares, la cifra de 2016 cayó hasta 728.000 millones, “señalizando la decreciente confianza del inversor en mercados globales”. El otro aspecto que observan desde la consultora es el hecho de que, en términos generales, al mantenerse el crecimiento en niveles bajos (salvo honrosas excepciones como India y China), “cuando los retornos potenciales futuros son así de débiles, la gente tiene más reticencia a invertir”.

Si se desglosan los datos en base a la tasa de crecimiento orgánico (flujos sobre activos iniciales), Asia registró la tasa más fuerte de crecimiento, un 11,4%. Desde Morningstar aclaran que parte de este crecimiento “ha estado alimentado por las compras de ETF del banco central de Japón”. Las otras regiones que exhibieron una tasa robusta de crecimiento fueron África y, en menor medida, Canadá y Latinoamérica. Las economías desarrolladas (EE.UU., Europa y cross-border) vieron tasas similares a las del crecimiento de sus PIB.

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“El crecimiento cross-border es particularmente impresionante porque ya es la segunda categoría de mayor tamaño, y las categorías grandes y maduras normalmente tienen más dificultad para crecer a tasas altas”, explican desde la firma. Oriente Medio registró un crecimiento negativo “debido a la debilidad del precio del petróleo”.

¿Qué activos atrajeron más flujos?

Los autores del informe afirman que “los otros números se quedan pequeños en comparación con los 412.000 millones y los 196.000 millones que entraron en renta fija y fondos monetarios el año pasado”. La tercera categoría que atrajo más dinero, pero a una distancia considerable de las otras, fueron los activos alternativos, con 42.000 millones. “El hecho de que los inversores se volvieran hacia la renta fija en 2016 después de dos años consecutivos de canalizar dinero hacia renta variable es un cambio significativo”, aseveran desde Morningstar. Sus analistas realizan una serie de interpretaciones sobre estos movimientos.

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Respecto a EE.UU., después de un mercado alcista de ocho años, “y con un nuevo presidente y con la Fed empezando a subir tipos, los inversores temen que la tendencia esté a punto de cambiar”. Europa, en cambio, “continuó experimentando sus propios problemas, con la inestabilidad procedente del Brexit actuando como una ola después de que la ola de refugiados sirios creara tensión civil y pusiera presión sobre las economías que los recibieron y tuvieron que apoyarles”.

Otra posible interpretación a esta demanda masiva de renta fija es que, a pesar incluso de los tipos negativos, el activo volvió a generar retornos atractivos a lo largo de 2016, “lo que puede explicar parte de los flujos, de inversores que buscaban retornos más elevados”.

Los expertos insinúan que el panorama podría no ser tan benigno en 2017: cabe recordar que las elecciones presidenciales de EE.UU. en noviembre provocaron una notable corrección al alza de la rentabilidad de los bonos estadounidenses. A este movimiento se ha de sumar la segunda subida de tipos de interés de la Fed, efectuada en diciembre, así como la decisión del BCE de reducir el ritmo de compras de bonos soberanos. Desde Morningstar subrayan que “la Fed señalizó que le gustaría subir los tipos de interés dos o tres veces en 2017, lo que pondría mayor presión sobre los fondos de renta fija en el año que está por delante”.

¿Cómo han evolucionado los flujos a lo largo del tiempo?

El gráfico adjunto ilustra la distribución de los flujos a fondos por grupos de categorías globales. En él se observa la evolución a lo largo del tiempo de la asignación de activos de los inversores. La conclusión que extraen los expertos es que “el inversor medio no es bueno midiendo los tiempos del mercado”. Un ejemplo: “Después de la crisis financiera de 2008, cuando las valoraciones de la renta variable eran muy baratas, la mayor parte de los flujos se fueron a renta fija. A pesar de que la bolsa estadounidense era una de las clases de activos con mejores retornos, los inversores lo evitaron. Esto es sorprendente, porque los flujos normalmente siguen a la rentabilidad”.

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Esa insistencia en la renta fija sigue presente nueve años después, a pesar de que los tipos de interés estén en mínimos históricos. “Una tendencia tan consistente e inquebrantable indica que 1) los inversores prefieren activos con menor riesgo que las acciones y 2) los inversores estaban buscando lo que puedan considerarse, en el entorno del año pasado, retornos impresionantes”. La cuestión, como se explicaba anteriormente, es que la renta fija generó retornos atractivos en general hasta noviembre de 2016, cuando la corrección causó que muchos fondos de renta fija experimentaran retornos negativos. Por tanto, la gran duda para 2017 es si “la renta fija continúa atrayendo flujos positivos a pesar de que los tipos estén más altos”.