¿Compramos dólar?

Desde que el gobernador del BCE afirmase el verano pasado que haría todo lo necesario por defender la supervivencia del Euro (“Within our mandate, the ECB is ready to do whatever it takes to preserve the euro. And believe me, it will be enough”), la divisa europea ha llegado a revalorizarse cerca de un 15% frente al dólar. Así, ha pasado de niveles de 1,20 dólares por euro a finales del pasado mes de julio hasta llegar a superar la cota del 1,37 a principios de febrero. En ello han tenido que ver diversos factores, destacando entre ellos el creciente apetito inversor por la zona Euro, al descartarse un escenario de ocurrencia extremo (salida de Grecia –y otros países-).

También han colaborado a esta apreciación del Euro el inicio de devolución de LTROs al BCE por parte de la banca europea (reducción del balance del BCE frente al de la Reserva Federal norteamericana) y los débiles datos de PIB americano en el cuarto trimestre de 2012, que han llevado a algunos inversores a cuestionarse (de forma momentánea) el diferencial de crecimiento entre Estados Unidos y Europa.

En los últimos días, sin embargo, y fundamentalmente tras la rueda de prensa de Mario Draghi a principios de febrero, el Euro se ha depreciado hasta la zona de 1,34 USD/Eur. Entendemos que los fundamentales de Europa no justifican niveles de divisa como los alcanzados en febrero, y que la moneda europea debería continuar depreciándose en el corto plazo, apoyando así el crecimiento de exportaciones (tan necesario en economías con una demanda interna seriamente lastrada por los duros ajustes fiscales) y evitando presiones deflacionistas sobre los precios domésticos.

A esta depreciación adicional del Euro frente al dólar podrían contribuir varios factores, entre ellos la reciente percepción de mayor riesgo en torno a la Eurozona, que podría mantenerse en el corto plazo ante las tensiones políticas en varios países periféricos, a lo que se suman otros temas de relevancia (reestructuración en Irlanda, rescate a Chipre) y sin olvidar los problemas estructurales en una economía tan relevante como la francesa. También se añade el hecho de que la reducción del balance del BCE frente a la Reserva Federal no será tan significativa (el propio BCE afirmaba en su reunión de febrero que el exceso de liquidez en la Eurozona se mantendría elevado) y la confianza en que la economía americana recuperará mayores ritmos de crecimiento en los próximos trimestres.

Los débiles datos del último trimestre de 2012 son achacables a factores puntuales (caída de gastos de defensa, inventarios, huracán Sandy, incertidumbre en torno al “fiscal cliff”), no extrapolables a próximos trimestres, por lo que el diferencial de crecimiento de Estados Unidos frente a la Eurozona debería volver a hacerse patente con los datos correspondientes al primer trimestre de 2013. Para el conjunto del año, esperamos un crecimiento en Estados Unidos del 2% frente a un crecimiento “cuasi nulo” en Europa. Todo ello nos lleva a pensar que el Dólar debería seguir ganando posiciones frente al Euro.

Natalia Aguirre Vergara

Directora de Análisis y Estrategia de Renta 4

Autor de la imagen: Adriá Fontcuberta, Flickr, Creative Commons