Las reformas propuestas por el Gobierno de Peña Nieto para modernizar las estructuras productivas de México fueron recibidas con aplausos y gran expectación por los mercados. Sin embargo, son un proceso largo, especialmente la reforma energética que abordan los analistas de Compass Group. “Desde enero del 2013, el mercado empezó a incluir en sus precios las distintas reformas estructurales que el presidente Peña Nieto anunció para su mandato, lo cual hizo que el mercado mexicano tuviera un desempeño superior al resto de mercados de América Latina (rentabilidades de 0.8% del MSCI México vs -3.4% del MSCI Latam desde enero 2013 a la fecha)”, recuerdan en la entidad chilena.
De esta forma, en los precios ya estarían incorporados gran parte de los avances que propone la reforma energética. Sin embargo, aseguran en Compass, el “cómo y cuándo” estas leyes se pongan en marcha pueden sorprender positivamente a los inversionistas.
Además, en los expertos de la entidad esperan que según se vayan materializando las reformas y sus efectos positivos en la economía y así, en las utilidades de las empresas, “se vería un alivio en las valorizaciones de las empresas mexicanas”. Éstas se encuentran en máximos históricos “y por sobre las de sus pares latinoamericanos”. El dato al que hacen referencia es el de precio / utilidades proyectado a 12 meses en 23 veces para México mientras que el promedio de 10 años está en 17, 4 veces.
Hace ya año y medio que se anunció la reforma energética, mientras que fue en enero cuando el presidente promulgó las leyes secundarias de la reforma energética. La reforma busca fomentar el desarrollo del sector con atracción de inversionistas privados y creación de un fondo soberano con los excedentes del sector. “Lo anterior obedece a que, a pesar de ser la industria energética una de las más relevantes para la economía mexicana (el país es el décimo productor mundial de crudo con una producción diaria de 2,55 millones de barriles y reservas probadas por 10,070 millones de barriles y es uno de los principales exportadores de petróleo a EEUU siendo estas casi 12% de las exportaciones totales), ha venido experimentando un estancamiento en los últimos años, no sacándole el suficiente provecho al potencial del país”, explican en Compass, y recuerdan que la producción de petróleo ha caído un 25% desde 2004 mientras que la importación de gasolina asciende ya hasta la mitad del consumo total.
Con estos ingredientes en forma de estadísticas, el equipo de Peña Nieto optó por una serie de medidas, entre las que destacan que Pemex y CEE pasarán de ser empresas estatales a empresas productivas estatales. Esto significa que se modificará su funcionamiento orgánico. Asimismo, se abre el sector a la inversión privada, habrá cuatro reguladores en el mercado y se creará el fondo soberano ya mencionado con el nombre de Fondo del Petróleo Mexicano. Adicionalmente, Peña Nieto atrajo “el interés de los inversionistas” con otras medidas que deben acelerar la reforma.
Compass espera que además de que la reforma tenga un impacto positivo en el sector, también debería tenerlo en otros sectores ligados a la energía. Además, el abaratamiento de la energía traería incrementos de eficiencia en todas las industrias. “Los beneficios para la economía estarán dados por el mayor atractivo que generará el país para los inversionistas extranjeros (se estima que la Inversión Extranjera Directa se incrementará en USD 350-400 millones en la siguiente década) y posterior a ello las ganancias vendrán por el incremento en la producción de petróleo, gas y electricidad”.
Los analistas de Compass hacen referencia a estudios que estiman en un 1% del PIB el efecto de la reforma energética, con 2,5 millones de empleos creados de aquí a 2025. Esto “generará eficiencias en diversos sectores productivos por la caída en el precio de las tarifas de luz y del gas natural y en términos de cuentas fiscales, la creación del Fondo del Petróleo Mexicano ayudará a la estabilización de los ingresos del fisco”.