Comparativa de rentabilidades entre un fondo de renta variable y el mismo producto en formato ISR

Cerezas
Thomas Quaritsch, Unsplash

Hasta el momento, los estudios académicos que se han publicado sobre la Inversión Socialmente Responsable (ISR) arrojan conclusiones contradictorias sobre si adoptar un enfoque de este tipo da como resultado mejores rentabilidades a largo plazo. Por ahora, la respuesta a esa pregunta no está del todo clara. Los hay que determinan que sí y los hay que apuntan justo en el sentido contrario. Sin embargo, desde un punto de vista de análisis de producto, se pueden realizar ejercicios muy interesantes, como por ejemplo el de comparar cuál ha sido la rentabilidad anualizada neta generada en los últimos cinco años por un fondo de inversión concreto con el retorno anualizado cosechado en el mismo periodo por el mismo producto, pero a través de un vehículo puro de ISR que sigue criterios de exclusión.

En realidad, en el mercado es difícil encontrar gestoras que comercialicen dos estrategias exactamente iguales en los dos formatos, pero las hay. BMO Global Asset Management, con una dilatada trayectoria en inversión socialmente responsable (lanzó su primer fondo ISR en Europa en 1984), cuenta con dos fondos de renta variable emergente: el BMO LGM Global Emerging Markets Growth & Income y el BMO Responsible Global Emerging Markets Equity, ambos gestionados por LGM Investments, el centro de excelencia de la firma canadiense en lo que respecta a inversión en Asia, países emergentes y mercados frontera. El BMO LGM Global Emerging Markets Growth & Income fue creado en 2009, mientras que el BMO Responsible Global Emerging Markets Equity fue lanzado al mercado en 2010.

El primer fondo es una de las estrategias con las que la gestora que en Iberia dirige Luis Martín se ha abierto camino en España, lo que le permite disfrutar de la calificación Blockbuster Funds People. El segundo es el mismo producto, pero con mandato de sostenibilidad. Si se comparan ambas carteras, el solapamiento es de aproximadamente el 75%. La única diferencia es que en el fondo responsable los gestores desestiman de antemano la inversión en compañías tabaqueras, en empresas de la industria armamentística y en valores relacionados con el juego.

Tanto el BMO Responsible Global Emerging Markets Equity han generado en los últimos cinco años unos resultados extraordinarios, lo que les ha permitido a ambos situarse en el primer cuartil de rentabilidad a uno, tres y cinco años. Pero… ¿cuál de los dos ha ofrecido al inversor un retorno más elevado?

Si comparamos la rentabilidad generada por la clase institucional del BMO LGM Global Emerging Markets Growth & Income con la ofrecida por la estrategia del fondo responsable (con un coste parecido a la de la clase institucional, ya que la clase institucional fue lanzada a principios de este año y no cuenta con suficiente track record) se observa que el producto ISR lo ha hecho mejor tanto en términos de rentabilidad como volatilidad.

Concretamente, el BMO Responsible Global Emerging Markets ha ofrecido a sus partícipes una rentabilidad anualizada a tres años del 11,97%, frente al 8,39% del BMO LGM Global Emerging Markets Growth & Income. Y, además, lo ha conseguido con una volatilidad ligeramente inferior (13,02% frente al 13,14%). Es decir: la versión ISR ha generado 3,5 puntos más de rentabilidad, asumiendo un riesgo menor. Si ampliamos el plazo del análisis a los cinco años, los resultados también le son favorables a la estrategia que invierte con criterios responsables, con un retorno anualizado del 4,95% para el BMO Responsible Global Emerging Markets, frente al 3,87% del BMO LGM Global Emerging Markets Growth & Income.

El objetivo de los gestores de ambos fondos es invertir en las empresas que se benefician directamente de la mayor demanda de productos y servicios en el mundo emergente. Eso significa huir de compañías cíclicas que dependen de factores exógenos y apostar por valores más vinculadas al consumo básico. En la práctica, esto supone ponerle la equis a sectores y mercados que históricamente han tenido un importante peso en los índices emergentes y apostar por aquellos países en una etapa de desarrollo aún primaria. La única diferencia entre ellos es que uno -el BMO Responsible Global Emerging Markets- aplica criterios de exclusión para ser un producto que invierte de forma socialmente responsable.