Cómo resolver el problema de liquidez en el mercado de renta fija

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A lo largo de los últimos meses, se ha ido extendiendo entre los inversores la preocupación por la liquidez del mercado de bonos y el reciente repunte de la volatilidad –que, según diversos expertos, se moverá este año en niveles más elevados que en 2014– complica la situación. “Los mercados suelen obsesionarse con lo negativo en vez de con lo positivo, y esta vez no es diferente”, señala Gene Frieda, estratega global en Moore Europe Capital Management, en una tribuna publicada recientemente en el Financial Times.

“El temor a que Grecia abandone la eurozona, a la desaceleración del crecimiento chino, al exceso de oferta petrolera o a unos datos de crecimiento e inflación peores de lo esperado han sido señalados como los culpables del repunte más fuerte de los últimos tres años”. Sin embargo, el experto atribuye este incremento de la volatilidad a otro factor: la transformación que han experimentado los mercados financieros desde 2008.

“Los esfuerzos para hacer más seguro el sistema financiero se han centrado en aumentar las ratios de capital de los bancos y penalizar las actividades consideradas de mayor riesgo con mayores costes de capital”. Frieda argumenta que esta situación ha provocado que los bancos se muestren cada vez menos dispuestos a intermediar en mercados bajistas, lo que se ha visto reflejado en una fuerte reducción de los inventarios de títulos de deuda de los bancos.

Por otro lado, los programas de expansión cuantitativa puestos en marcha por los principales bancos centrales han empujado a los inversores a buscar rentabilidad en activos de mayor riesgo y, por lo general, menos líquidos. En opinión de Frieda, esta combinación de intensa regulación y políticas monetarias no convencionales está detrás de los desequilibrios que se observan en la liquidez de los mercados de renta fija.

“La menor liquidez crea la ilusión de que los rallies del mercado se ven respaldados por la fortaleza subyacente cuando, de hecho, parte de esa fortaleza es simplemente una función del deterioro de la profundidad del mercado”, alerta el experto, quien advierte de que, al juzgar la fortaleza de los fundamentales por el comportamiento de los mercados de activos, se ha generado “una falsa sensación de seguridad sobre la solidez de la recuperación estadounidense y la resistencia de la eurozona a nuevos shocks”.

Frieda identifica algunos de los riesgos, como el hecho de que la intermediación de crédito esté pasando de las entidades bancarias a la no bancarias,“generando una dependencia cada vez mayor de las grandes gestoras de activos que proveen crédito”, o la tendencia, generalizada entre bancos y gestoras, de ofrecer liquidez diaria para activos de renta fija con duraciones largas y, con frecuencia, ilíquidos.

Posibles soluciones

Frieda comparte tres medidas que, en su opinión, podrían contribuir a resolver el problema de liquidez en el mercado de renta fija. “En primer lugar, la definición de lo que constituye un activo líquido para un fondo de inversión, tanto en EE. UU. como en Europa, no es coherente con las nuevas definiciones impuestas a los bancos, por lo que deberían actualizarse para clasificar los activos en categorías que reflejen mejor la liquidez del mercado subyacente”,

“En segundo lugar”, continúa, “las condiciones de reembolso de los fondos que invierten en activos menos líquidos deberían ajustarse a la liquidez real de los activos”. Por último, el experto aboga porque los reguladores ayuden a “coordinar soluciones colectivas por parte de las gestoras para crear nuevas plataformas que permitan mejorar la liquidez de los mercados de renta fija”. “Al intentar resolver los problemas del sistema anterior, los reguladores han creado nuevos problemas y deberían acabar con estos desequilibrios antes de que las consecuencias sean más graves”, concluye.