Cómo planificar la jubilación según nuestras necesidades

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Cedida por BBVA AM

TRIBUNA de Ana María Camblor, especialista de producto planes de pensiones, BBVA AM. Comentario patrocinado por BBVA AM.

Como refleja la VI Encuesta del Instituto BBVA de Pensiones, planificar la jubilación sigue siendo, en general, una de las asignaturas pendientes de la sociedad española. Según sus resultados, 3 de cada 4 jubilados, no conocían el importe de su pensión hasta 6 meses antes de alcanzar la jubilación y, pese al elevado grado de preocupación que muestran los encuestados por el futuro del Sistema Público de Pensiones, el 54% aún no ha comenzado a ahorrar para la vejez. Sin embargo, dado el aumento de la esperanza de vida, la situación actual del mercado laboral y la creciente preocupación por la sostenibilidad y suficiencia del Sistema Público de Pensiones, resulta evidente que planificar nuestra jubilación no sólo es algo recomendable, sino, casi, necesario.

Para ello tan sólo es preciso seguir unos sencillos pasos que nos ayudarán a asegurar nuestra salud financiera en el futuro y a mantener el ritmo de vida deseado una vez alcanzado el momento de la jubilación:

  • Calcular nuestra futura pensión por jubilación: Es importante estimar cual será la pensión por jubilación que vamos a cobrar del Estado para calcular cuánto dinero adicional vamos a necesitar al mes o al año para mantener nuestro nivel de vida actual o alcanzar el nivel de vida deseado en el futuro. Actualmente existen varios simuladores / calculadoras de pensión pública a nuestra disposición, tanto en la web de la Seguridad Social, como en otras webs de entidades privadas. En concreto, en BBVA contamos con una herramienta que permite realizar este cálculo fácilmente a partir de 3 datos (fecha de nacimiento, salario y años de cotización) https://www.bbvaassetmanagement.com/am/am/es/es/particular/herramientas/mi-jubilacion/calculadora-pension-publica/index.jsp
  • Establecer un plan de ahorro: En este caso debemos hacernos las siguientes preguntas:
  • ¿Cuánto?: Una vez establecido el nivel de ingresos con el que pensamos que vamos a poder disfrutar del retiro deseado, el ahorro necesario será aquel que cubra el diferencial entre los ingresos procedentes de la pensión pública y nuestras necesidades económicas, calculado teniendo en cuenta la esperanza de vida. Para facilitarnos este análisis, también existen distintos simuladores que nos permiten proyectar las inversiones en el largo plazo según distintos perfiles de riesgo (como la Calculadora de inversiones de BBVA) y/o nos permiten calcular cuánto es necesario aportar anualmente para alcanzar un objetivo de ahorro en un plazo determinado (como el Simulador de aportaciones de BBVA).
  • ¿Cuándo?: Cuanto antes comencemos a ahorrar, más capital habremos acumulado cuando llegue el momento de la jubilación y mejor aprovecharemos el efecto de la capitalización compuesta en el largo plazo. Además, al disponer de más tiempo por delante, nuestro objetivo de ahorro se convertirá en una meta más llevadera que si pretendemos alcanzar el mismo ahorro en un número menor de años.  
  • ¿Cómo? La forma óptima de canalizar el ahorro en el largo plazo es estableciendo un plan de ahorro periódico. De esta forma el esfuerzo de ahorro es menor –ya que se distribuye a lo largo del año y se crea el hábito del ahorro – y, además, se diversifica el momento de entrada al mercado, compensando momentos buenos, con otros menos oportunos.
  • Elegir el producto más adecuado a nuestras necesidades: Una vez establecida nuestra previsión de cara a la jubilación, el siguiente paso será contratar aquel producto o productos que mejor se ajusten a nuestras preferencias y necesidades. En este sentido, los Planes de Pensiones, son una solución de ahorro diseñados específicamente para este propósito: actuar como una especie de hucha del ahorro para la jubilación con el objetivo de complementar la pensión pública una vez nos retiremos. Además, durante la fase de acumulación, cuentan con una importante ventaja fiscal (ya que las aportaciones a Planes de Pensiones dan derecho a una reducción en la Base Imponible del IRPF hasta un límite anual de 8.000 €), permitiendo diferir la tributación y obtener un ahorro fiscal.  No obstante, ésta no es la única ventaja: además, los planes de pensiones son un producto óptimo para canalizar el ahorro para la jubilación por la amplia variedad de planes existentes, cuyas diferentes características cubren las necesidades de los distintos perfiles de clientes, desde el más tradicional al más sofisticado y desde el más conservador al más dinámico.  En este sentido, en BBVA contamos con un amplio catálogo que está formado tanto por planes monoactivo de renta fija y de variable, como mixtos tradicionales, como por soluciones de inversión diversificadas y a medida para quien busca ahorrar hasta la jubilación en un único producto que evolucione  en el tiempo (Gama Ciclo de Vida: BBVA Jubilación), o para quien que prefiere la gestión activa adaptada a su perfil de riesgo (Gama BBVA Multiactivos) o para los que buscan productos innovadores que permitan limitar las pérdidas y consolidar las ganancias (BBVA Consolidación 85). Tampoco hay que olvidar que los Planes de Pensiones permiten la posibilidad de traspasar de un producto a otro (tanto en la etapa de acumulación de ahorro, como en la etapa de disposición) sin impacto fiscal y, además, están gestionados por equipos de profesionales con una gran capacidad de análisis y seguimiento de los mercados, un estricto control del riesgo y la posibilidad de invertir en mercados fuera del alcance de un inversor minorista.

Por último, para llevar a la práctica con éxito la estrategia anteriormente mencionada existe un factor fundamental sin el cual el ahorrador difícilmente conseguirá su objetivo: la motivación. Este factor es especialmente relevante cuanto mayor es la distancia al final de la vida laboral, ya que tendemos a tener una visión de corto plazo y a priorizar los gastos del presente infravalorando las necesidades del futuro. No obstante, para intentar fomentar esa motivación, lo ideal es proyectar el estilo de vida que deseamos tener en el futuro (etapa que durará muchos años, tal y como aumenta la esperanza de vida), analizar el nivel de ahorro necesario para alcanzar dicho objetivo y establecer un plan para cumplirlo.