Cómo navega un gestor de renta variable británica por la tormenta del Brexit

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BMiz, Flickr, Creative Commons

La incertidumbre ha dominado la escena política británica desde el referendum hace más de dos años y aunque apenas restan días para la fecha señalada para el Brexit no se sabe cuándo ni cómo Reino Unido saldrá de la Unión Europea. Los inversores han respondido a un periodo tan prolongado de dudas con importantes salidas de dinero. Tal es así que la exposición de los inversores a la bolsa británica ha vuelto a niveles de 2008, según la encuesta a gestores de BofAML.

“Es fácil perderse en el ruido político”, reconoce Richard Colwell, responsable de renta variable UK de Columbia Threadneedle, “pero nosotros invertimos en compañías no en el flujo de noticia”. La renta variable británica no es su política ni su economía, insiste el experto. Por eso, tras meses de importantes salidas de capital, encuentra oportunidades interesantes en medio de la tormenta del Brexit. “Los mejores momentos para invertir han sido cuando tocaba ser valientes mientras los demás se sienten incómodos. Si esperas a la claridad puedes perdértelo”. 

Mientras los inversores particulares se han resguardado en otros nichos, los profesionales sí han movido ficha. La prima de riesgo de la renta variable británica se mueve cerca de niveles propios de 2008 o 2012. Es una ventana de oportunidad que están aprovechando empresas globales, quienes han reactivado el ciclo de M&A (fusiones y adquisiciones) en la región. Como ejemplo reciente está la compra de la famosa cadena de cafeterías inglesa Costa Coffee por parte de Coca-Cola, además a un precio por encima del mercado. “A los inversores les preocupa demasiado los resultados del próximo trimestre mientas las corporaciones piensan en el valor de la franquicia”, sentencia el gestor. 

Por su parte, Colwell encuentra dos grandes áreas en la renta variable británica que los inversores están descuidando:

1- Compañías dependientes del Brexit o la economía británica

Las perspectivas negativas para la economía británica no se pueden ignorar. Si Reino Unido se separa de la Unión Europea hay compañías que serán castigadas, pero como defiende el gestor, hay empresas que aún están a tiempo de mejorar su modelo de negocio. En fondos como el Threadneedle UK Equity Income Fund, con sello Funds People Calificación Consistente, no están haciendo un órdago por aquellos valores que más se beneficiarían de un acuerdo -los bancos o las constructoras- pero sí han pescado en lo que el experto define como “patitos feos”. A Colwell le gusta recordar una frase para tiempos difíciles: “Nunca hay que desaprovechar una recesión. Hay empresas que están creando valor en tiempos donde otras corren para recortar costes”.

Un ejemplo de ideas que están incorporando a sus carteras es la cadena británica ITV, castigada en bolsa también por los temores a lo que implicará el auge de plataformas digitales para su futuro. “El mundo en estos momentos asume que todos los disruptores serán los ganadores, pero la realidad es que probablemente sea algo a medio camino”, explica el gestor. 

2- Las internacionales penalizadas por su lugar de cotización 

Un importante porcentaje de las compañías que cotizan en la bolsa británica son negocios internacionales. Es clave recordarlo ya que eliminar el impacto de la volatilidad de la libra ofrece más claridad a su balance. Porque pese a que de británicos tienen poco más que la localidad de su fundación, estás compañías han sido fuertemente penalizadas. Como se aprecia en el gráfico a continuación, muchas se mueven con descuentos significativos frente a competidores europeos por el mero hecho de cotizar en el FTSE

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Las preocupaciones del mercado ante el Brexit son comprensibles, hasta cierto punto. “Las compañías no han estado sentadas de brazos cruzadas hasta ver el resultado final”, defiende Colwell. “Se han organizado mucho mejor que el gobierno británico, tomando medidas como asegurarse de que no les afectará una caída en la mano de obra disponible o construyendo inventario”. 

Con todo, el experto se muestra optimista. “Estamos más positivos con la renta variable británica ahora que hace cinco años”, reconoce.