Cómo leer correctamente el rebote en V del PMI manufacturero de China

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A medida que China va despertando poco a poco de la cuarentena impuesta tras la expansión del Covid-19, el mundo mira hacia sus cifras macroeconómicas como espejo de lo que le podría esperar al resto del mundo. Y si bien el inversor puede estar tentado a buscar esos primeros vestigios de optimismo, hay que tener cuidado para leer con precisión los datos.

Este martes salió el dato PMI de marzo, que mide la actividad sectorial en China. En el mes que dejamos atrás el sector manufacturero rebotó el 35,7 de febrero al 52 de marzo mientras que el de servicios pasó del 29,6 al 52,3. En el gráfico que comparte a continuación Philippe Waechter, jefe de investigación económica de Ostrum AM (una gestora de Natixis IM), se aprecia claramente ese rebote en V.

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Pero hay que tener mucho cuidado con la manera en la que se leen estas cifras. Como bien señala Trinh Nguyen, economista senior especializada en Asia Emergente de Natixis, hay que ser conscientes de que estos datos son una comparativa mes a mes. Es decir, que mide el sentimiento empresarial respecto a febrero. Es positivo que mejore, sí, pero el verdadero análisis se podrá hacer comparando los datos interanuales, entre marzo de 2019 y marzo de 2020.

Es un tema matemático. Nguyen lo explica con un ejemplo de las rentabilidades anuales frente a las mensuales. Si comparase el rendimiento de 2020 del S&P 500, diría que pierde un 20%, pero si lo desglosamos por meses, en febrero habría perdido un 26%... pero en marzo habría ganado un 10%. “Pero no hay que olvidar que al final del día está en negativo en el conjunto del año”, recalca.

Además, recalca dos puntos: que esto es una encuesta de sentimiento empresarial, no los datos firmes. Y que ya vivimos un rebote similar en plena crisis de 2008.:

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De las cifras PMI Waechter se llevaría varias conclusiones. Todos los indicadores apuntan a una recuperación frente a los niveles de febrero, pero muchos siguen por debajo del umbral de 50 (el que indica una mejora o empeoramiento), lo que en su opinión, sugiere que esa mejora no es homogénea y que la recuperación de la economía china no es tan grande como se sugiere. Además, recuerda que en la encuesta hay un sesgo hacia el sentimiento de las grandes compañías públicas. “De ahí las expectativas de un fuerte rebote en la actividad de los próximos meses”, apunta.

Además, desgranando los datos veremos que la mejoría está atada al país asiático. La producción y los nuevos pedidos han subido del 50, pero las exportaciones e importaciones se mantienen por debajo. “Esto refleja que la demanda doméstica se ha recuperado más rápido que la externa”, resumen desde ING.

Se vuelve a cenar fuera

Dicho lo anterior, cada vez son más los datos de actividad en China que invitan a un mínimo de optimismo. El consumo chino lanza un rayo de esperanza en el naufragio económico provocado por el coronavirus: la vida regresa lentamente a la normalidad en el país donde comenzó la pandemia mundial, afirman desde Fidelity. “Calculamos que más de la mitad de los restaurantes de las grandes ciudades chinas ha reabierto, a tenor de la información obtenida de las empresas que los explotan, aunque muchos funcionan menos horas de lo habitual”, afirma Ned Salter, director de análisis de renta variable de la firma. Y así se refleja en el gráfico que comparte:

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“En general, a las cadenas de comida rápida les está yendo mejor que a los establecimientos de gama alta, ya que muchos clientes prefieren pedir para llevar para minimizar el riesgo de contagio. Para tranquilizar a los comensales, los propietarios de los restaurantes han tomado medidas sanitarias como la desinfección regular y una mayor distancia entre mesas”, cuenta.