Cómo interpretan las gestoras el último mensaje lanzado por Mario Draghi

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European Parliament, Flickr, Creative Commons

La vuelta al trabajo de Mario Drahi ha sido dura. Tras el parón veraniego, el presidente del organismo que dicta la política monetaria de la eurozona ha sido especialmente difícil. El presidente del BCE ha tenido que rebajar las previsiones de crecimiento e inflación para la eurozona para los próximos tres años, que de cara a 2015 son ahora del 1,4% y del 0,2% para 2015, respectivamente (para 2016 la previsión es ahora del 1,7% y del 1,1%, en cada caso), así como decir –aunque esto es algo que no se ha discutido en el Consejo de Gobierno que ha presidido- que estaría dispuesto a extender el programa de compra de deuda más allá de septiembre de 2016 “en caso de que fuera necesario” si la ralentización de las economías emergentes y la caída del precio del petróleo afectan a la inflación y a la recuperación de la zona euro. Todo ello el día en el que el máximo responsable de la autoridad monetaria europea cumplía 68 años.

"Las posibilidades que tiene el BCE en materia de política monetaria no tienen límites y el programa seguirá en funcionamiento hasta que se haya producido un sustancial ajuste en la senda de la inflación", aseguró. Aunque considera que todavía es pronto para saber si los acontecimientos de las últimas semanas pueden tener un efecto duradero sobre los objetivos de inflación o si es una situación transitoria, ha elevado del 25% al 33% el límite de títulos de deuda gubernamental que puede adquirir de cada emisión. “Este anuncio fue la gran sorpresa”, apunta Scott Thiel, director de inversiones de renta fija de BlackRock. Al experto también le llamó especialmente la atención que el presidente del BCE pusiese el foco en la reciente volatilidad registrada por los mercados y por indicadores de corto plazo.

Pero quizás lo que más inquietud haya generado haya sido el tono. “Draghi se mostró muy pesimista. El tono del mensaje indicaba un nivel de preocupación que no escuchábamos desde el comienzo del QE y dejó entrever que el BCE tiene el dedo en el gatillo en caso de que exista algún peligro de no lograr los objetivos de su política monetaria”, afirma Andrew Mulliner, gestor de renta fija de Henderson Global Investors. Para James Athey, gestor de inversiones en Aberdeen, Draghi se ha visto obligado a caminar una vez más sobre la cuerda floja en un acto de equilibrio en relación a la comunicación de su estrategia.

“Por un lado, no quiere acabar con la confianza en la eurozona, que ha demostrado una notable capacidad de resistencia en un escenario de sentimiento global débil y de aumento de la volatilidad. Pero asimismo, tiene que reconocer que la rebaja de las previsiones de crecimiento mundial, el endurecimiento de las condiciones financieras y la caída de los precios del petróleo hacen que sea cada vez más improbable que el BCE cumpla con su objetivo de inflación en el medio plazo. El BCE ya ha reducido sus previsiones de inflación, lo que ha tranquilizado a los mercados pues ha enviado una señal de que el BCE está dispuesto a tomar más medidas si fuese necesario”, señala.

En su opinión, aunque Draghi no lo ha dicho abiertamente, lo que se vio en la conferencia de prensa ha sido más que un recuerdo del ‘haré todo lo que sea necesario’, famosa frase que se considera el principio del fin de la crisis de deuda. “El BCE probablemente tendrá que extender su programa actual de flexibilización cuantitativa, pero ni podrá ni querrá hacerlo de forma inminente. A Draghi le costó un gran esfuerzo conseguir el respaldo necesario para poner en marcha el QE por lo que una extensión del programa requerirá tiempo y de un mayor deterioro del panorama, antes de que veamos ninguna acción”, asegura el experto.

Implicaciones para la inversión

Según Michael Bell, estratega de mercado global de J.P.Morgan AM, la principal conclusión para los inversores es que el BCE" está preparado para actuar si aumentan los riesgos bajistas para el crecimiento y la inflación. Pese a la significativa mejora que ha registrado la economía europea desde principios de año, el crecimiento nominal en la región –crecimiento real más inflación– sigue siendo bajo en comparación con EE.UU. y el Reino Unido. Además, el crecimiento de las economías del núcleo sigue dependiendo en gran medida de la evolución de la economía mundial, por lo que la región es vulnerable a una situación en la que las perspectivas de crecimiento mundial se deterioren más de lo que espera el consenso. No obstante, en igualdad de condiciones, el compromiso mostrado por Draghi debería beneficiar a los activos europeos a corto plazo, sobre todo a las empresas europeas orientadas al consumo interno y a la deuda corporativa high yield", asegura.

Comportamiento del euro/dólar