Cómo generar un cupón del 5% con una gestión de la vieja escuela: la nueva propuesta de Amundi y First Eagle

Robert_Hackney
Foto cedida

“En el entorno actual, ha crecido la necesidad de un estilo de inversión de la vieja escuela”. Quien realiza esta afirmación es Robert Hackney, director ejecutivo de First Eagle Investment, el socio americano de Amundi. Hackney ha viajado a España desde Nueva York para presentar en sociedad al First Eagle Amundi Income Builder Fund, un fondo que se puede situar dentro de la corriente de productos de generación de rentas por la que también están apostando otras gestoras, pero gestionado en este caso con una filosofía particular en la que destaca la apuesta por la renta variable de calidad con un marcado sesgo value. 

Este fondo lleva tan sólo cuatro meses registrado en Europa con formato UCITS, pero la estrategia original fue lanzada en 2011 y registrada en el mercado estadounidense en 2012. ¿Por qué lo lanzan First Eagle y Amundi ahora en Europa? “Necesitamos las rentas para poder vivir. Las personas deben prepararse para un periodo de 40 ó 50 años en el que van a vivir de rentas y para ello hay que construir esas rentas, y la mejor manera de hacerlo es invertir en acciones que paguen dividendo y en crédito”, avanza Hackney.

El experto explica que el producto trata de proporcionar una alternativa de ahorro ante la escasez de oportunidades de inversión en todas las clases de activo. Por ejemplo, observa que en renta fija “se ha pasado de la rentabilidad sin riesgo al riesgo sin rentabilidad, no hay mucho margen para que los tipos sigan contrayéndose”. Es un problema que afecta al ciudadano corriente, y el representante de First Eagle así lo constata: “La gente no quiere perder nivel adquisitivo, es el mayor problema de los ahorradores actualmente”. 

Si la renta fija ya no es un lugar seguro para quienes desean obtener rentabilidad con bajo riesgo, el equipo de First Eagle razona que “la única manera de huir de la depreciación de la divisa es apostar por las compañías, porque tienen poder de fijación de precios”. Aquí aparece el segundo problema, que la renta variable es más volátil que la renta fija. Por ello, se fijan en las empresas con capacidad para pagar dividendos sostenibles en el tiempo y las seleccionan a través del acercamiento marca de la casa de First Eagle, el margen de seguridad

Se trata de buscar e identificar compañías que están cotizando con un descuento significativo sobre su valor intrínseco y que además demuestran capacidad y voluntad de devolver sus deudas. Esta noción de margen de seguridad, imprescindible para evitar el deterioro permanente del capital, también se aplica al proceso de selección de renta fija corporativa para la cartera de este producto. “Hemos casado al equipo de renta variable value con el equipo de crédito, pero con la visión no de ir a la caza de la rentabilidad vía cupón, sino de buscar margen de seguridad”, resume Hackney. 

De esta forma, la renta variable tiene un peso en cartera entre el 40% y el 65%, mientras que la parte de crédito (que incluye tanto deuda con grado de inversión como high yield) va a suponer entre un 25% y un 45% de la cartera. Adicionalmente, el fondo puede invertir entre un 5% y un 10% en liquidez o deuda soberana y alrededor de un 5% en títulos relacionados con el oro, pero en este caso como una inversión a largo plazo que se utiliza como un reflejo de la confianza del mercado en el ciclo económico. La parte de renta variable contiene en torno a 120 valores, y la de renta fija unas 100 emisiones. “No creemos en las carteras concentradas, preferimos construir pequeñas posiciones muy diversificadas”, aclara Hackney en este punto. 

El objetivo final del fondo es entregar un cupón anual del 5% distribuido trimestralmente. El director ejecutivo de First Eagle habla de cifras cómodas: la cartera está generando una rentabilidad por dividendo entre el 3 y el 4,5%, mientras que el crédito está rindiendo un 6%. Para evitar el impacto de impuestos, se emplea el capital para el pago de dicho 5% anual, y se utiliza el exceso de rendimiento para incrementar el capital del fondo. Con esta estrategia se persigue cumplir el doble cometido con el que ha nacido el fondo: hacer crecer el capital y generar rentas a largo plazo.