Cómo explicar a un cliente conservador la caída en el mercado de renta fija

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El mes de marzo ha sido quizá uno de los peores meses para los inversores, y lo ha sido independientemente de su perfil de riesgo ya que, si bien han sido las caídas de más del 30% de los mercados de renta variable las que han protagonizado la gran parte de los titulares, han sido otros los crash los que más movimientos por parte de los inversores han registrado. Se trata de las fuertes caídas que se han visto en la amplia mayoría de los sectores que componen el universo de la renta fija, con excepciones notables como los bonos públicos estadounidenses. Por ejemplo, el índice Bloomberg Barclays Global Aggregate retrocedió un 3% en el mes de marzo y esas caídas crecen hasta el 7% en el caso del Barclays Global Corporate y hasta el 14% en lo que respecta al índice Barclays Global High Yield.

Caídas que se han producido pese a que los bonos son el tipo de inversiones que más debería haberse beneficiado de la resurrección de los planes de estímulo aprobados por los bancos centrales en las últimas semanas y que, además, vienen a confirmar que esa histórica descorrelación entre renta variable y renta fija no entiende de pandemias. “En un ciclo económico normal, el recorte de los tipos es la medicina habitual para una crisis, pero las circunstancias actuales están lejos de ser normales. El recorte de tipos ahora logra poco más que proveer de liquidez a los bancos, que ya tienen bastante”, afirma Philipe Lespinard, responsable de renta fija de Schroders.

Ante la insuficiencia de los planes de estímulos para contener el efecto de este cisne negro llamado Covid-19, crece el miedo a que se sucedan las quiebras empresariales, sobre todo en los segmentos de deuda con más riesgo crediticio y de ahí que sean los productos de high yield y de deuda corporativa los que se estén quedando con los mayores reembolsos. “Los diferenciales de deuda corporativa se ampliaron hasta niveles más dolorosos durante su máximo reciente, especialmente en los bonos investment grade, que registraron un máximo de 341 puntos básicos, mientras que los diferenciales de los bonos high yield mundiales llegaron a 1.094 puntos básicos . La carrera por conseguir liquidez entre amplias franjas de la comunidad inversora se cree que ha distorsionado aún más las valoraciones de los mercados de bonos corporativos y de otras clases de activos (incluido el oro)”, explica Steve Bramley, director de inversiones en Renta fija de Fidelity.

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De hecho, según los datos de Bofa Securities, la semana pasada se vieron reembolsos por valor de 61.200 millones de dólares en los fondos de investment grade, lo que supone un nuevo récord y, por primera vez en las últimas nueve semanas se registraron más reembolsos que suscripciones en los fondos de bonos gubernamentales. Y lo mismo ha sucedido a pequeña escala en el mercado español ya que, según los datos adelantados de Inverco, son las categorías de renta fija mixta y renta fija las que más reembolsos acumularon en el mes de marzo.

Y es que la aversión al riesgo que puede tener un inversor con un perfil arriesgado y alta inversión en bolsa no es la misma que tiene un inversor con un perfil moderado y una cartera más orientada a la renta fija, lo que lleva a muchos a claudicar de un mercado que nadie sabe cuándo empezará a recuperarse.

No obstante, pese a esa incertidumbre que planea sobre la economía, a diferencia de las caídas vistas  en renta variable, que han pintado de rojo la evolución de las bolsas en el conjunto del año, muchos índices de renta fija siguen aguantando en positivo en el conjunto del año y, además, parece que empiezan a recuperarse de las pérdidas del último mes.

Al fin y al cabo, según recuerda Didier Saint Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac , “la renta fija constituye una clase de activos muy distinta a la renta variable, dado que si el emisor no quiebra, el titular puede estar seguro de que recuperará el valor nominal del título a vencimiento. Así pues, el precio de los bonos puede ser extremadamente volátil y es posible que se produzcan importantes problemas de liquidez, pero los bonos de los emisores que logren salir indemnes de este periodo sin precedentes pueden, en estas circunstancias, ofrecer puntos de entrada muy interesantes”.

Eso sí, también habrá compañías que no sobrevivan a esta virulenta crisis y de ahí la necesidad de realizar correctamente la selección de bonos que se incluyen en cartera. “El lado positivo de las recientes perturbaciones es que las valoraciones de la deuda corporativa son visualmente tan atractivas ahora como en cualquier otro momento desde la crisis financiera mundial Eso plantea una gran oportunidad a los gestores activos de renta fija para que refuercen su exposición en títulos, regiones y sectores desde una óptica selectiva”, explica Bramley.