Colm D’Rosario (Amundi): “Hay potencial en la deuda emergente en moneda local aunque el punto de entrada puede retrasarse”

Colm DRosario (Amundi)
Foto cedida

Colm D’Rosario es uno de los responsable de renta fija emergente de Amundi, un equipo que gestiona Amundi Funds II - Emerging Markets Bond Local Currencies, fondo con la calificación consistente del sello Funds People en España y Amundi Funds II - Emerging Markets Bond, fondo que ha obtenido la doble calificación de consistente y blockbuster en los últimos tres años.

El repaso de D’Rosario sobre lo que llevamos de año comienza por la serie de eventos idiosincráticos que han ocurrido: la crisis en Argentina, las elecciones turcas, las mejicanas y queda Brasil. En su opinión de cara al futuro “lo más significativo está siendo la reevaluación del escenario de crecimiento. Todavía nos gustan los fundamentales del mercado y todavía vemos crecimiento aunque quizás algo más bajo, en torno a un 5%. El año empezó con un tono más optimista, pero ha decaído algo, en parte por las amenazas de guerra comercial que están generado un clima de desconfianza e incertidumbre para el inversor, lo que puede tener un impacto negativo en el crecimiento. Esto unido a la subida de tipos en EE.UU. hace que, aunque se mantenga el escenario de crecimiento sincronizado, los riesgos sean algo más evidentes para los inversores, sobre todo en un entorno en el que además ya no habrá estímulos monetarios ilimitados”, afirma.

A pesar de la combinación de estos factores, los mercados emergentes “en conjunto todavía mantienen un ritmo de crecimiento saludable. En la última corrección de estos mercados, que no está tan lejos, hubo una buena limpieza del mercado, sobre todo en los balances de muchas grandes compañías como Vale o Petrobras, por lo que los balances están ahora más saneados. Por eso esperamos que las tasas de impago, que están bajas, se mantengan así”, apunta el especialista de Amundi. Aunque reconoce que los activos en moneda local están bajo presión, considera que “a medio plazo, teniendo en cuenta la caída que han sufrido las divisas, llegará el momento de añadir riesgo por este lado, aunque no todavía, porque a corto plazo no vemos un catalizador. Pero vemos potencial para un cambio de sentimiento respecto a la inversión en moneda local en el último trimestre de este año o el primero de 2019. Cuando llegue ese momento la deuda en moneda local volverá a ser una clase de activo atractiva”, señala. Sobre el segmento de inversión en divisas fuertes, D’Rosario explica que también ha sufrido por la debilidad de las divisas y los riesgos políticos. Aún así “los diferenciales no son muy amplios si se tiene en cuenta los datos históricos, y aunque hay que tener en cuenta que los mercados emergentes han evolucionado y se han transformado mucho, quizás puedan ampliarse algo más, pero a medio plazo todavía somos constructivos” apunta.

Distribución de activos

Sobre la distribución de la cartera global de emergentes, D’Rosario señala que han reducido algo el peso de la deuda local a favor de la moneda fuerte, y que en el conjunto de las carteras han reducido algo a duración de los diferenciales para pasar el verano con la expectativa de que de cara a finales de año las perspectivas mejorarán en cuanto al retorno total, porque el carry es bueno. Han reducido unos 30 p.b. desde los 5 años de finales de mayo.

Por países “estamos largos en Brasil, Sudáfrica y Argentina, aunque en este país estamos muy diversificados sobre todo en la deuda corporativa, que es más resistente. En Turquía hemos reducido peso debido a varios factores, entre ellos las elecciones y su efecto en el mercado. Aunque ya han pasado y ya conocemos el estilo de Erdogan, se trata de un país vulnerable a eventos externos como las subidas de las materias primas (Turquía es importador), las tensiones de Oriente Medio y la subida de tipos en EE.UU. En Asia estamos tenemos el mismo peso del índice porque las valoraciones están más ajustadas y hay que ser muy selectivos, aunque es un parte muy importante del mercado ya que las dos terceras partes de las emisiones corporativas son asiáticas. Es un mercado muy importante pero hay que ser muy selectivos” subraya.

También ha habido elecciones en Méjico, un mercado en el que están infraponderados. “El segmento de divisa fuerte no está muy barato y en el de divisa local el peso ha estado bajo mucha presión ante el proceso electoral. Además, en la deuda local hay muchas compañías expuestas a EE.UU. Esa combinación de factores nos hace ser cautelosos. Mientras no se aclaren, seguiremos infraponderados. En Brasil, también esperamos que haya un aumento de la volatilidad conforme se acercan las elecciones, pero en conjunto somos positivos respecto al mercado y además es un universo con una gran diversidad de opciones. No sólo se trata de la deuda soberana, es que además hay compañías que pueden beneficiarse de la debilidad de la divisa. Hay más opciones”, señala el gestor.

Desde el punto de vista sectorial hay preferencia por el sector energético, por el financiero segmento senior y son más cautelosos con el sector consumo por el efecto que la debilidad de las divisas pueda tener. Buscan algo que funcione mejor en caso de un crecimiento algo menor, más defensivos.

La construcción de la cartera

En la construcción de las carteras de los fondos, el equipo de deuda emergente de Amundi es flexible respecto al benchmark. “Funcionamos siempre con presupuestos de riesgo. Hay dos personas que vigilan estos presupuestos en el proceso de construcción y seguimiento de las carteras. Ese sistema mide los objetivos en términos de contribución del tracking error respecto al índice de referencia. Por eso, aunque tengamos grandes desviaciones y gestionemos fondos de alta convicción, al final el tracking error respecto a los índices no es tan elevado y podemos ofrecer una relación rentabilidad riesgo satisfactoria. Esa idea se complementa con la necesidad de dejar que analistas y gestores tomen riesgos. Ese doble enfoque es el producto del trabajo en equipo y produce retornos”, explica D’Rosario.

Sobre cómo el activo de la deuda emergente se puede ver afectado por el fin de la relajación monetaria en EE.UU., D’Rosario considera que seguirá habiendo demanda por esta alternativa de inversión. “Los fundamentales que sostienen este idea de inversión están todavía ahí y hay segmentos que han sufrido mucho, por lo que veo mucho potencial, sobre todo en la deuda local, conforme se recuperen las divisas. En la deuda soberana, los diferenciales están bajos, pero seguirá habiendo demanda porque el ritmo de normalización está siendo razonable y la prima de riesgo emergente ya está bastante incorporada en el precio”, concluye.