Citi advierte de la salida de flujos de la renta variable ante la crisis japonesa

El terremoto de Japón, añadido a la creciente incertidumbre en los países de Oriente Medio y el norte de África y la crisis soberana de la UE, ha iniciado un periodo caracterizado por una mayor sensiblidad y aversión al riesgo, un sentimiento traducido en la salida de flujos de los fondos de renta variable hacia los de bonos en la semana concluida el 16 de marzo, según los datos de EPFR comentados por Citi en un informe. Según esas cifras, 8.300 millones de dólares salieron de los fondos bursátiles globales, los mayores reembolsos desde junio de 2010, mientras 500 millones entraron en renta fija.

 

Según su análisis, dentro de la categoría de fondos de renta variable global, Japón fue la única región que registró suscripciones en la última semana, de 86 millones de dólares, aunque fueron debidas a las entradas en los ETF (785 millones de euros), pues el resto de fondos sufrió salidas de 700 millones. Detrás de esa fuerte demanda por los fondos cotizados nipones podría estar el programa de recompra de activos del Banco de Japón, que le permite intervenir en el mercado de renta variable. Kenji Abe, estratega de Citi en el país, cree que al menos 370 millones se deberían a sus intervenciones, si bien desde EPFR creen que también los números podrían reflejar el impacto técnico de los inversores que buscan tomar posiciones cortas en renta variable nipona.

Por primera vez en 10 semanas, los mercados desarrollados sufrieron salidas, que fueron además las más crudas desde noviembre de 2010, alcanzando los 6.100 millones de euros. También continaron las salidas de los emergentes, de 2.200 millones, por octava semana seguida. Así, la renovada cautela de los mercados sigue obligando a las gestoras a permaner atentas, y a reaccionar a los sucesos, a veces con distintas medidas. Así, mientras Groupama AM se ha posicionado de forma más defensiva, Abante Asesores relativiza las consecuencias económicas de lo ocurrido en Japón y hace hincapié en las oportunidades de compra. Por su parte, Goldman Sachs AM, hace hincapié en las consecuencias económicas de la subida del crudo ante el rechazo a la energía nuclear tras la crisis nipona.

El argumento de Groupama AM es que aún no se conoce la amplitud de la catástrofe en un país con problemas de crecimiento. Así, considera que las consecuencias directas, tanto para Japón como para el resto del mundo, parecen moderadas a largo plazo –pues los gastos de reconstrucción deberían sostener el crecimiento tras caídas a corto plazo del PIB nipón y las exportaciones de los países desarrollados al país representan un pequeño porcentaje sobre el total, si bien algunos sectores industriales dependientes de los proveedores japoneses como el tecnológico o el automovilístico podrían disminuir su ritmo de producción-, pero las consecuencias indirectas son potencialmente importantes: “El impacto sobre las anticipaciones de los agentes privados podría ser muy negativo debido a la acumulación de incertidumbres y provocar una sensible bajada de sus gastos de consumo y de inversión”, explica.

Por eso, han tomado una postura más defensiva en renta variable, recortando la exposición a Japón, donde además han llevado a cabo una revisión de las elecciones sectoriales. “En este contexto bajista en los mercados de renta variable japoneses y con el fin de anticipar un eventual agravación, seguimos reduciendo fuertemente nuestras posiciones sobre el mercado japonés en nuestras asignaciones mundiales. Así, la exposición en nuestras carteras globales se sitúa alrededor del 5% mientras que Japón representa cerca del 9% del MSCI World”, comentan. No obstante, creen que si la crisis desencadenara una reacción bajista en los índices occidentales sería una oportunidad de aumentar posiciones en renta variable en EEUU y Europa.

En renta fija, teniendo en cuenta las incertidumbres, apuestan por un movimiento de "flight-to quality" a corto plazo y por ello han incrementado la sensibilidad a los tipos al 100% (contra el 95% a principios de mes), manteniendo la exposición de infraponderación a los paíes periféricos europeos, disminuyendo la sensibilidad al crédito y doblando la liquidez hasta el 10%. En las carteras internacionales, vuelven a ser neutrales con respecto a Japón, así como sobre los bonos ligados a la inflación.

Grandes oportunidades de inversión

Por su parte, J. Casasús, director general Abante, explica en su blog que el impacto económico en Japón es mucho menor al humano y descarta que las consecuencias sean de gran calado en este sentido. “La tragedia humana causada por el terremoto es evidente, pero que pueda tener un gran impacto en la economía mundial lo es mucho menos y en algunos momentos los mercados han reaccionado como si fuera a ser así”, comenta. Así, considera que ha habido una sobrereacción con las caídas de los últimos días y por ello cree que es buen momento para hacer compras. “Los mercados no son buenos valorando fenómenos que tienen muy baja probabilidad. O bien les otorgan una nula probabilidad, y luego viene el susto cuando de vez en cuando se materializan, o bien les confieren una probabilidad exagerada y panican en exceso cuando los riesgos son pequeños. Esta vez me pega que están pecando más de lo segundo”, dicen en Abante.

Por eso apuestan por la toma de posiciones, tanto en los índices occidentales como el de Japón. “Con las connotaciones que los términos nuclear, radiactividad o atómico tienen, el mercado a corto plazo va a seguir estando muy influenciado por cómo evolucione el control de las centrales nucleares. Visto con un poco más de perspectiva y puesto que los efectos económicos de esta crisis van a ser pequeños, especialmente fuera de Japón, aprovechar los recortes para tomar posiciones en unos mercados que ya eran atractivos antes de la catástrofe parece razonable. Incluso en Japón, aún siendo mucho más complicado desde aquí hacer una valoración, es muy probable que el mercado haya puesto ya en precio un escenario para las empresas peor que el que realmente se dé, y por tanto, haya grandes oportunidades de inversión”.

Aunque considera imposible valorar los riesgos nucleares ante la información contradictoria que se maneja, cree que, los efectos económicos serán reducidos incluso si llega a perderse el control y se materializa el riesgo de fuga radioactiva a mayor escala.

El rechazo nuclear y la subida del crudo: presión en el crecimiento global

Por su parte, Jim O’Neill, presidente de Goldman Sachs Asset Management, hacía hincapié en el liderazgo de energía nuclear de Japón, y en las consecuencias energéticas que tendrá la crisis. "Con el crudo al alza y las preocupaciones sobre el calentamiento global, muchos países habían pensado en los últimos años en la vuelta a la energía nuclear, pero la crisis lo ha puesto en uda y muchos líderes han manifestado que tendrán que revisar su estrategias, incluida China", dice O'Neill.

En este contexto, con la crisis de Libia y Bahrein y los problemas en Oriente Medio, la subida del precio del petróleo podría añadir presión al crecimiento mundial. "Afortunadamente, los mercados han reducido las probabilidades tanto del grado como del momento de la subida de tipos en algunos lugares y esperemos que tengan razón", apostilla el presidente de GSAM.