Cinco tertulias con Mario

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Nosotras también queremos analizar los resultados de las europeas. Pues claro que sí, no vamos a ser una excepción, aunque todavía nadie nos haya ofrecido ni una mala tertulia ni nada, qué lástima. Nos encantaría ser tertulianas y que los taxistas nos reconocieran por el timbre de la voz, y quién sabe, con un poco de tiempo y algo más de aparataje ideológico, llegar a eurodiputadas. Estamos adelantando acontecimientos sí, pero claro, se supone que en parte nos dedicamos a eso. Quién sino los astrólogos y los analistas económicos se dedican a la cosa de las predicciones. Anda, pues los de las encuestas electorales y parece que con el mismo escaso éxito. Es bonito encontrar puntos en común con otros colectivos.

A ver, tendencias. La primera es la del voto anti. Aunque en la mayoría de Europa más que anti, los partidos que han dado el campanazo son más bien tirando a pro, pro-lo propio. Y de ahí la calma reacción de los mercados, esos conocedores del alma humana, que no ven claro a qué tipo de acuerdos puedan llegar los finlandeses auténticos, los daneses fetén, los griegos como Zeus manda, los franceses comme il faut y los ingleses de pata negra y güisquito desde por la mañana. A nosotras, tanta gente reclamando ser lo máximo y tanto subidón patrio nos da más cosa que a los mercados, pero ellos sabrán. En casa, nuestro anti particular tiene el signo contrario y propone que las políticas monetarias se acomoden a lo que decidan las autoridades políticas. En fin, eso ya pasa un poco, no sabemos si se habrán dando cuenta, aunque en manos de Alemania, lo que normalmente devendría en hiperinflación, deviene en corte de rollo.

Otra tendencia es la de la quijotización de Sancho y la sanchización de Don Quijote, que como recordarán ustedes de sus clases de literatura, cuando todavía no sabían nada de bancos centrales, es el fenómeno que se produce entre los dos personajes más famosos de nuestra literatura a fuerza de convivencia y cariño. Sancho cada vez más soñador y el hidalgo cada vez más cabal. En el caso de las elecciones, Italia se ha europeizado y Europa se ha italianizado. No pocos dirigentes de esos de la casta sienten una envidia más auténtica que los finlandeses ídem ante el 40% de votos obtenido por Renzi. Ay, quién lo pillara.

Lo que viene ahora es cuál será la reacción de los políticos de toda la vida en cuanto a materia económica se refiere. ¿Da alas la austeridad al multipartidismo? ¿Y Mario, que opina Don Mario?

A Mario no hemos tenido ocasión de preguntarle al respecto. Esta semana se encontraba en Sintra en la conferencia internacional del BCE, que viene siendo el Jackson Hole de aquí, y en cuya apertura compartió protagonismo con Lagarde, “mujer enjuta de labio superior muy fino”, según Jabois, que se baraja para la presidencia de la Comisión.

A una semana de la esperada reunión de junio, Draghi abonó las expectativas de todos respecto a su ansiada performance monetaria. Insistió con un discurso ya conocido: que existen riesgos de que las expectativas deflacionistas se afiancen y ello derive en un ciclo de deflación clásico (aplazamiento de las compras e inversiones por parte de familias y empresas). La deflación es pues un riesgo latente, y conviene, según señalan desde el BCE, anticiparse a ello. Pero aunque se pone el foco en el término “deflación”, en la institución tampoco están cómodos con ese escenario previo que es el de “niveles de baja inflación durante un tiempo prolongado”, y que reconoceremos como el actual cuando definamos “prolongado”. Desde Bank of America Merrill Lynch advierten que la mera desinflación pondría en duda la capacidad crediticia de la periferia amenazando con una vuelta al riesgo crediticio al engordar (más) las facturas de deuda pública, las cuales, una vez apagada la tertulia, hay que pagar.

Así que de Mario se esperan muchas cosas. En la inmediatez, el toque mágico que debilite el euro y con ello aumente la inflación, una relación causa-efecto no del todo clara teniendo en cuenta que el grueso del problema parte de que los bancos no prestan. Y no prestan porque muchos siguen reduciendo su apalancancamiento para cumplir con los requisitos de solvencia impuestos por el mismo Mario Draghi. Palo y zanahoria, ambos tan necesarios como contradictorios (al menos en el corto plazo).

Y al calor de los últimos datos de agregados monetarios y concesión de crédito avalando la flexiblización monetaria, el apetito por la deuda soberana renueva mínimos de rentabilidad, y no sólo en Europa sino también en EE.UU. ante el aumento de su atractivo en términos relativos. 

Pero hay vida más allá de Frankurt. En el resto de mercados lo que se lleva es morderse las uñas ante los niveles actuales de las bolsas, especialmente cuando la volatilidad ha vuelto a niveles de 2007… Pasamos palabra.

Mejor rendir homenaje sentido a Paz, la ganadora del rosco de Pasapalabra, una señora muy culta, muy persistente, muy discreta y muy lista. Ay Paz hija, preséntate, que te votamos.

Feliz semana