Cinco temas en los que podrían enfocarse los inversores en 2017 con una postura activa y consciente de los riesgos

Monica
Foto cedida

Pioneer Investments ha presentado sus perspectivas para 2017, ofreciendo un resumen de las principales ideas económicas y de mercado. La firma prevé que los inversores navegarán en un entorno marcadamente diferente, respecto de la economía y de los mercados financieros en 2017. “Debido al desvanecimiento de las ventajas incrementales de unas políticas monetarias extraordinarias y la ampliación del cisma entre el establishment político y el electorado en un mayor número de países, para el próximo año se perfila un nuevo marco económico y político”, augura Monica Defend, directora de Asignación de Activos Global en Pioneer Investments. La experta considera probable que asistamos a un crecimiento de varias velocidades, con divergencias económicas más pronunciadas dentro de las regiones y un repunte moderado de la inflación, especialmente en los mercados desarrollados.

En el contexto de este nuevo escenario dinámico, son cinco los temas principales en los que –según Defend- podrían enfocarse los inversores con una postura activa y consciente de los riesgos:

1. Las tendencias de reflación hacen que sea fundamental adoptar un enfoque flexible y sin limitaciones respecto a la renta fija. “Creemos que el efecto Trump favorecerá a las operaciones basadas en la reflación que puedan ejecutarse sobre un amplio espectro de estrategias de inversión en renta fija en los mercados mundiales. Dentro del tema de la reflación, nos gustan los bonos ligados a la inflación de EE.UU. y la zona euro, ya que pensamos que siguen descontando un patrón de muy baja inflación. La curva de los títulos del Tesoro de EE.UU. seguirá positivizándose en un contexto de mejora de los fundamentales macroeconómicos, ya que posiblemente entremos en un nuevo régimen de política fiscal expansiva. Suponiendo un ritmo relativamente lento de subidas de tipos de la Fed, cabe prever una mejora de los beneficios de las empresas estadounidenses en este entorno, además de una normalización de los impagos tras el repunte vinculado a las empresas energéticas en 2016. En este contexto, la deuda corporativa posiblemente lo hará mejor que la soberana, tanto en Europa como en EE.UU., aunque la rentabilidad total de la clase de activo podría ser inferior a la de 2016. Los préstamos y otras estrategias de tipo de interés variable podrían ofrecer oportunidades atractivas”.

 2. Sacar partido a un crecimiento potencialmente más sólido con la renta variable. “La renta variable global, estadounidense y asiática podría ser la más beneficiada en un entorno general de reflación e iniciativas nacionales que siente bases favorables para el crecimiento de los beneficios. Esta mejora será menos pronunciada en la zona euro, donde las perspectivas de crecimiento son más moderadas y el riesgo político y de noticias adversas sigue siendo alto. También nos gusta la renta variable de Japón, ya que el país está siendo el escenario de experimentos para impulsar el crecimiento y la inflación, y las turbulencias políticas internas parecen más contenidas. Los esfuerzos de Abe para combinar la política monetaria con la expansión fiscal y un dólar fuerte brindarán un impulso positivo a Japón, país que podría desempeñar una función más importante dentro de Asia si EE.UU. se enfoca más a su mercado nacional”.

3. La búsqueda de rentas continuará, pero necesitará un enfoque cada vez más selectivo. “Sigue habiendo algo de valor en renta fija privada europea y estadounidense, aunque el margen de carry es más estrecho que hace un año. Los mercados emergentes pueden desempeñar un papel en la búsqueda de rentas, pero con un enfoque más selectivo y prestando más atención a la evolución posterior a las elecciones de EE.UU. También creemos que será importante ampliar las fuentes de rentas incorporando enfoques multiactivos, renta fija (especialmente, títulos de alta rentabilidad flexibles y sin restricciones), y renta variable, concediendo a su vez importancia a la selección de títulos y a la calidad. Las inversiones vinculadas a dinámicas del sector inmobiliario también podrían beneficiarse en un entorno de inflación potencialmente más alta”.

4. Divisas: dólar fuerte, oportunidades tácticas. “Creemos que el dólar estadounidense contará con el respaldo que le brinda el proceso de normalización de los tipos de interés de la Fed y la fase actual de falta de sincronización entre las políticas de los bancos centrales, que podría intensificarse si el "efecto Trump" genera crecimiento económico e inflación. La volatilidad de las divisas de mercados emergentes también podría ofrecer oportunidades. En general, consideramos que las divisas constituyen un elemento que potencia la asignación táctica de activos y un componente importante de generación de valor a través de la gestión activa de carteras”.

5. Cobertura, estrategias de protección y diversificación para abordar los riesgos geopolíticos. “Aunque prevemos un crecimiento económico ligeramente más sólido en 2017, seguimos observando diversos riesgos estructurales, como por ejemplo, el riesgo de que se cometan errores políticos, la elevada exposición a la deuda de las economías globales y los riesgos geopolíticos, especialmente en Europa, donde el calendario político está muy apretado. En este entorno, creemos que ampliar las fuentes de diversificación e incorporar estrategias de cobertura eficientes seguirá siendo fundamental para intentar proteger los activos de los inversores. A este respecto, el oro podría ayudar a suavizar los posibles repuntes de volatilidad, al igual que los activos inmobiliarios de una forma más general, que podrían ofrecer protección frente a la inflación y tener una menor correlación con clases de activo tradicionales que resultaría útil en fases de estrés en los mercados”, concluye.