Cinco años de los ODS: el nacimiento de una industria cada vez más sostenible

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Debby Hudson en Unsplash

“La inversión responsable ya no es un privilegio del inversor institucional, sino un imprescindible para el inversor minorista”. Para Sandra Crowl, de Carmignac, este es el mayor éxito de la industria de fondos en los últimos años. El pasado viernes se cumplieron cinco años de la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. 17 objetivos para hacer del mundo un lugar más sostenible que, junto a acuerdos relevantes como el del Cambio Climático de París en 2015, han cambiado las reglas del juego en el mundo de la inversión.

“Los inversores tienen que comprender el efecto tan poderoso que los factores sociales, ambientales y de gobernanza están teniendo en los flujos de capital, en la rentabilidad de las inversiones y en la remodelación de las economías a fin de alinear sus carteras”, añade en esa línea Álvaro Cabeza, responsable de UBS AM Iberia. Y apoya su argumento con cifras. A día de hoy más de 3.000 inversores institucionales, que representan más de 100 billones de dólares estadounidenses en activos invertidos, se han comprometido a seguir las recomendaciones de inversión responsable de Los Principios de Inversión Responsable de la ONU (PRI).

Y es que el hecho de que haya un consenso global, un movimiento general de los mayores inversores del mundo, hace de los ODS, en opinión de Andreas Fruschki, responsable de inversión temática en AllianzGI, un caso de inversión sólido que genere retornos sostenibles.

El capital como motor del cambio

Para las gestoras, la gran evolución y el motor del cambio es el hecho de que el dinero se ha alineado con los intereses de sostenibilidad. “El sector financiero, a menudo, se considera el eslabón vital para permitir el cambio en todo el sistema”, reconoce Hamid Amoura, director de inversión responsable de Mirabaud Asset Management. “Los inversores tienen el poder de reasignar capital al desarrollo de nuevas soluciones y tecnologías sostenibles”.

También opina así Vafa Ahmadi, director de renta variable temática de CPR AM (filial de Amundi AM): “Es el riesgo el que hace que las empresas y el sector financiero se den cuenta de que existe un problema. Los shocks climáticos pueden afectar al valor de los activos y afectar a la estabilidad de las políticas públicas. El mensaje del Acuerdo de París y los ODS se han escuchado en el sector privado y la financiación responsable tiene como objetivo reorientar los flujos de inversión”.

Son objetivos para los países, pero que no pueden cumplirse sin la contribución del sector privado”, defiende asimismo Alexander Parkinson, analista senior de inversión sostenible en La Française. Y así lo reconoce las propias Naciones Unidas con la reciente publicación de sus Business Benchmarks, que establecerán objetivos claros para las empresas. “Es un importante recordatorio de que las gestoras que desarrollan soluciones de productos de producción y consumo sostenible también deben asegurarse de que sus propias operaciones están alineadas positivamente con los objetivos”.

Y en este caso, las gestoras han tomado el timón del sector público. Entidades como PIMCO están trabajando directamente con las empresas para movilizar a los directores financieros en línea con los ODS. Porque para las gestoras como ODDO BHF, la medición del impacto es la cuestión clave. Y Nicolas Jacob, director de análisis de ASG de la firma, tiene claro las tres etapas del proceso: cuál es el valor añadido en comparación con una situación sin cambios, si existe una intencionalidad de la empresa para generar un impacto, y si este impacto se mide teniendo en cuenta las externalidades positivas y negativas. Para Olivier de Berranger, director de gestión de activos de La Financière de l'Échiquier, esta es una evolución clave porque uno de los principales pilares de la inversión de impacto es la intencionalidad que, en su opinión, sólo se consigue a través del proceso de inversión.

La transformación de la industria

Las gestoras internacionales coinciden ver el impacto en la industria de la inversión. “El concepto de materialidad se ha desarrollado incluyendo cuestiones que no se abordaron en el pasado y el impacto de esa materialidad sigue siendo objeto de escrutinio”, afirma Gianluca Manca, responsable de sostenibilidad en Eurizon. En estos cinco años la inversión ASG ha pasado de ser algo agradable de tener o secundario a un argumento de inversión en sí mismo, reconocen expertos como Sarah Norris, directora de inversiones de Aberdeen Standard Investments. Según un reciente informe del Global Impact Investing Network (GIIN) que recoge Norris, el 73% de los inversores de impacto encuestados utilizan los ODS como marco para la medición y gestión del impacto.

En España hay bancas privadas que incluso están confeccionando listas de fondos recomendados puramente sostenibles, nos cuenta Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM para Iberia. “No se trata ahora de que los fondos tradicionales son peores. Incorporan ya desde hace tiempo la aplicación de criterios ESG de forma integrada. Los fondos sostenibles van un paso más allá en la aplicación de criterios ESG al excluir ciertos sectores o prácticas y al incluir un mayor peso hacía la renta variable o emisiones de empresas que se consideran best in class", explica.

La inversión ASG es, en esencia, invertir. Como tal, es un proceso constante de trabajo hacia una mayor comprensión y una mejor implementación”, afirma Hugh Lawson, responsable de ASG e Impact Investing en GSAM. Para el experto, es una exploración en curso, que está tomando muchas formas, desde investigaciones sobre el riesgo climático en las carteras, inversiones temáticas en soluciones ambientales, hasta inversiones privadas de impacto en sectores con una fuerte conexión con los ODS.

Y es que los cambios en el sector se pueden palpar a día de hoy. Por ejemplo, la aparición de nuevos sectores de inversión temática que se centran de manera específica en áreas ASG (energía limpia, la inversión de impacto o las ciudades sostenibles, etc.), que detecta Christophe Jaubert, director de inversiones en Mediolanum International Funds. “Estas temáticas no parecen ser una moda pasajera, sino plataformas de inversión cada vez más integradas”, defiende. Y Jean-Philippe Desmartin, jefe del equipo de inversión responsable de Edmond de Rothschild Asset Management, coincide: “Los inversores están atravesando un período sin precedentes de perturbación del mercado. El cambio hacia las acciones con temática ASG ya han establecido las reglas para la competencia del mañana”.

El éxito de los ODS es cómo han sido aceptados en todas las industrias y sectores. “Incluso en los mercados emergentes, donde las normas de divulgación de información de las empresas y las prácticas ASG han quedado rezagadas respecto a algunos de los mercados más desarrollados, vemos que muchas empresas publican informes de sostenibilidad detallados que mapean sus actividades de acuerdo a los diferentes ODS”, cuenta Victoria Leggett, responsable de inversión de impacto en UBP. “De hecho, para algunos ODS como el ODS 7 (Energía Asequible y Limpia) estamos viendo que las empresas de los mercados emergentes juegan papeles de liderazgo en áreas como la energía renovable y los vehículos eléctricos”.