Catalizadores...o no

Catalizadores…o no

Miguel de Juan Fernández- A bordo del ARGOS 1 Noviembre 2013

Suele ser habitual en las entrevistas de gestores o analistas la preocupación por la inversión en determinados títulos que tienen un catalizador a la vista. Si no eres capaz de explicar tu “catalizador” parece que estás perdido o que vives en otro mundo…¿Son necesarios los catalizadores?

Recordemos que por catalizador no nos estamos refiriendo a ningún componente del automóvil sino que estamos hablando de qué es lo que hace que la acción de una compañía o de cualquier otro título, suba y nos otorgue la rentabilidad esperada. Como siempre, volver la vista a Graham suele ser revelador y como mínimo instructivo.

“Chairman: Otra pregunta más y termino. Cuando encuentra una situación especial y decide, sólo como ejemplo, que la puede comprar por 10 y vale 30 y toma una posición y entonces no puede realizarla hasta que otro montón de gente decida que vale 30, ¿cómo sucede ese proceso?, ¿por publicidad o qué ocurre?

Mr. Graham: Ese es uno de los misterios de nuestro negocio, y es un misterio para mí tanto como para cualquier otro. Sabemos por experiencia que eventualmente el mercado se da cuenta de ese valor. Se da cuenta de una u otra forma.”

Benjamin Graham y el Senador Fullbright (Arkansas) 1955

Hearings before the Committee on Banking anda Currency

 

En realidad sí que es factible encontrar catalizadores, pero desde mi punto de vista no ha de ser ése el foco de nuestra atención. En una inversión en bonos es bastante evidente que el catalizador por antonomasia es la fecha de vencimiento o, en otros casos, el acuerdo de acreedores para un canje o aceptación de una amortización anticipada en casos de reestructuración. En inversión en títulos de renta variable, los catalizadores pueden ser también variados: activos ocultos en el balance o mantenidos en libros a precios no actualizados, divisiones deficitarias que pueden ser cerradas o vendidas, operaciones corporativas, el proyecto de utilizar el exceso de efectivo de la compañía para retribuir al accionista,…y podríamos seguir.

La ventaja de un catalizador en nuestra inversión estriba en que podemos “prever” un escenario razonablemente corto en el que deshacer la posición,…previsiblemente con ganancias si dicho catalizador funciona a nuestro favor; que no tiene porqué ser así- lo que suele olvidarse.

Personalmente no tengo nada en contra de los catalizadores pero creo que es preferible a este respecto ser agnóstico o flexible. Hay compañías que puedo comprarlas porque existe un catalizador, otras no. En ambos casos el aspecto más importante para mí es el margen de seguridad que encuentre en ambos casos, no en si tengo un catalizador o no.

Naturalmente le daré más importancia a ello dependiendo del tipo de empresa que esté comprando para el Argos. Generalmente, desde mi punto de vista al menos, le daré más importancia al hecho de tener un catalizador “visible” cuando el tipo de empresa que esté comprando sea más bien mediocre, me refiero a que sus márgenes y resultados, su comportamiento como empresa no sea especialmente destacable o incluso sea inferior a la media. En ese tipo de empresa creo que es preferible adquirirlas con un margen de seguridad frente a su valor intrínseco lo más amplio posible. En palabras de Buffett no nos conformaríamos con comprar billetes de cien euros sólo por 50; preferiría comprarlas con un margen más amplio y, posiblemente incluso estemos hablando de situaciones especiales en las que el margen sea elevado incluso en el supuesto de una liquidación de la compañía,…como alguna de las que hemos tenido en el Argos y que tan bien nos han funcionado a los argonautas.

En relación al resto de empresas, aquellas que visiblemente se desmarcan de la media a su favor, aquellas cuyas operaciones de negocio son potentes y sostenibles en el tiempo, no intentaré o más bien no me preocupará si no contamos con un catalizador a corto plazo (1 a 3 años,…que el tiempo para los value corre más despacio; ¿estaremos viajando en una onda de luz que diría Einstein?) y estaremos al albur de que el mercado reconozca su mérito tal y como nosotros lo vemos. Como decía Graham es un misterio que nadie conoce, pero finalmente el mercado se engancha a ese valor y lo cotiza como tal. (También es cierto que en ocasiones nuestros análisis se muestran erróneos y somos nosotros los que tenemos que reconocer nuestro erro, sea por mal análisis o por una trampa de valor)

En cualquier caso y siguiendo a Buffett y sus sabios consejos: “El tiempo es enemigo de las empresas mediocres y amigo de las empresas excelentes”,…en ese caso y si el Oráculo de Omaha no se equivoca (y en temas de inversión no suele hacerlo) es preferible darles poco tiempo a las empresas mediocres- para lo que viene muy bien tener ese “catalizador” y mucho tiempo a las buenas empresas para que su catalizador sea un valor intrínseco que va creciendo con el paso de los años.

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.