Carmignac expone un tercio de la cartera bursátil de sus fondos insignia a los emergentes

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Joel Filipe (Unsplash)

La liquidez mundial es suficiente y satisfactoria para permitir a las economías emergentes aprovechar una sólida demanda interna, que les permitió ofrecer resultados superiores al conjunto de mercados desarrollados durante agosto y lo seguirá haciendo en el futuro. “El ajuste monetario ha llegado a su fin sin haber roto la dinámica de demanda interna de los países afectados, no más en China que en la India o en Brasil”, dice Eric Le Coz, miembro del Comité de Inversión de la gestora francesa en su carta mensual de septiembre. De ahí que el equipo de gestión exponga un tercio de los activos de renta variable de dos de sus fondos insignia, el Carmignac Investissement y el Carmignac Patrimoine, a estos mercados.

La carta, titulada Harmony Express en referencia a las líneas de tren de alta velocidad que se han construido en las provincias del interior de China, insiste en que el fuerte crecimiento económico, impulsado por las necesidades de inversión tanto en vivienda como en infraestructura, “es una realidad hoy y lo será también el día de mañana”, lo que mantendrá el crecimiento en tasas superiores al 8% en un contexto saneado por las políticas chinas.

La confianza de Carmignac con respecto a los emergentes se ve reforzada por la revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento en Estados Unidos, aunque sin temer una vuelta a la recesión, un descarte que ha hecho que la gestora haya retomado su apuesta por la renta variable (después de que su insuficiente exposición lastrara los retornos de julio en el Patrimoine), retomando una exposición cercana a la totalidad del patrimonio en riesgo en los fondos más ofensivos, como el Carmignac Investissement, el Carmignac Emergents o el Carmignac Commodities. La exposición bursátil del Carmignac Patrimoine, más conservador, se sitúa en el 30%.

España, incapacitada para aprovechar un euro débil

Con respecto a Europa, Le Coz comenta que la zona euro supone un reto, dividida entre una Europa del sur con el freno puesto y Alemania acelerando. “Alemania se beneficia de un euro débil porque su industria es ya competitiva a escala internacional. No es el caso de España, o incluso de Grecia (…) Y en medio de todo esto, nuestro valiente Jean-Claude Trichet intenta asentar una unidad monetaria. Le deseo suerte”, afirma irónico.

Por ello cree que sigue habiendo nubarrones que amenazan el cielo europeo y que el euro, en este contexto, no podrá constituir durante mucho tiempo un punto de anclaje sólido frente a las monedas de los países y zonas económicamente más dinámicas. De ahí que su exposición al euro siga siendo limitada, incluso ligeramente negativa para algunos fondos.