Cambios importantes que se han producido en el mercado de bonos verdes

Verde
Artem Beliaikin, Unsplash

Los bonos verdes son emisiones de deuda que permiten a las empresas obtener financiación para desarrollar exclusivamente proyectos amigables con el medio ambiente. Se trata de un mercado todavía muy desconocido para los inversores al tratarse de un segmento todavía pequeño si se compara con el universo global de renta fija. Sin embargo, poco a poco, el conocimiento de los inversores sobre este mercado ha ido mejorando. Algunas gestoras han ido realizando a lo largo de los últimos años un importante esfuerzo divulgativo y pedagógico en esta materia, cerrando incluso visitas con clientes para hablar de estos nuevos instrumentos que los inversores tienen a su alcance a través del vehículo fondo.

La última en hacerlo ha sido Isabelle Vic-Philippe, directora de Tipos Euro e Inflación de Amundi, quien ha aprovechado su visita a España para informar a los inversores sobre cómo se está produciendo el desarrollo del mercado global de bonos verdes. Conocer su evolución es importante para entender las oportunidades y los riesgos que ofrece puesto que se trata de un mercado que ha ido cambiando con el paso de los años. Originariamente, la mayor parte de las nuevas emisiones de bonos verdes correspondía a entidades públicas o semi-públicas. Sin embargo, en los últimos tres años esto ha ido variando hasta el punto de que, actualmente, existe un mayor equilibrio entre deuda pública y privada.

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No es, ni mucho menos, el único cambio que se ha producido en el mercado de bonos verdes en los últimos años. En 2016, la mayor parte de las nuevas emisiones estaban en dólares. A partir de 2017 se produjo un cambio radical y más del 75% de los bonos que se iban lanzando al mercado pasaron a estar denominados en euros. En el mercado primario, Europa lidera el ranking a nivel geográfico. El 32% de las nuevas emisiones son lanzadas desde el Viejo Continente, principalmente desde países como Francia, Holanda, Alemania, Suecia e incluso España. El 20% corresponde a EE.UU. y solo un 7,5% a China, país que en 2015 se convirtió en el primero en lanzar un marco regulatorio para imponer ciertas reglas a los emisores de estos bonos.

Esto significa que el mercado de bonos verdes ha ido ganando en términos de diversificación geográfica gracias al cada vez mayor interés de gobiernos y empresas en lanzar emisiones para financiar proyectos que encajan bien con la protección del medio ambiente. En este sentido, si hace tres años el número de nuevos emisores no llegaban a los 100 anuales, ahora esa cifra está en torno a los 180. Esto ha sido un factor determinante para que el tamaño del mercado primario de bonos verdes haya ido creciendo. En tres años, su volumen se ha multiplicado prácticamente por cuatro, al pasar de los 169 millones de dólares a los 649. Año tras año, ha ido creciendo a una tasa media del 60% (Fuente de los gráficos: Global Bond Initiative).

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Esto es únicamente el mercado primario. El tamaño total del universo de bonos verdes es mucho mayor. Alcanza actualmente los 317.000 millones de dólares. En él hay aproximadamente unos 400 emisores. Hoy, el 64% del mercado corresponde a deuda pública, mientras que el 34% restante es crédito. La inmensa mayoría de los bonos verdes cuentan con grado de inversión, por lo que la ratio de default es muy baja. El rating medio está en A-. Si se compara el Global Green Bond Index con el Aggregate Index la principal diferencia es una duración modificada algo superior (7,59 años frente a 7,11), una yield inferior (0,75% versus 1,18%) y una vida media del bono verde superior (10,5 años frente a 8,5). Captura_de_pantalla_2019-10-31_a_las_13