Cambian las tornas en el high yield: el peligro ahora viene por la duración

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Bambo, Flickr Creative Commons

Está siendo un año especialmente atípico para el crédito: las fuertes compras registradas durante el primer semestre han llevado al índice global a ofrecer tan sólo un 2,9%; por regiones, Estados Unidos – el mercado de high yield de mayor tamaño- ofrece un 4,55 y Europa, un 3,4% de media. Sin embargo, en opinión del analista de M&G Investments James Tomlins, “estos números generales enmascaran algunos cambios de giro dentro de los mercados”.

Teniendo en cuenta que en este ejercicio el dinero se está dirigiendo más al segmento de crédito que al de bonos soberanos, los últimos movimientos de la deuda gubernamental no han hecho más que dar pie a los inversores para dirigirse a los activos de alto rendimiento para conjurar el fantasma de la subida de tipos de interés. “El mercado de high yield no es enteramente inmune a esos miedos, pero necesitamos recordar que los tipos de interés son sólo uno de los motores de su evolución. Los retornos del high yield también están sujetos a factores como los cambios en los márgenes de crédito, las tasas de default y el carry”, precisa Tomlins.

La otra novedad para el mercado de bonos de alto rendimiento en opinión del experto es que el primer semestre ha sido “un raro periodo donde la duración de los tipos de interés y la prima de riesgo se movieron en tándem”. Pese a notar esta tendencia, Tomlins también constata que, durante las ventas masivas de mayo y junio, fueron no obstante los bonos de mayor duración los que más se resintieron.

Por tanto, para el analista de M&G el debate en el que se mueven los títulos de high yield, es entre la duración y el riesgo de quiebra, y considera que el segundo “es el demonio menos malo”. La recomendación que da al inversor interesado en este tipo de activos es compleja: “El punto es tomar juiciosamente más riesgo de quiebra en la forma de un cupón más elevado y/o prima de riesgo mientras al mismo tiempo se minimiza el riesgo a una subida de tipos con bonos de corta duración”. Para Tomlins, esta estrategia es útil para los inversores de renta fija que quieren protegerse de un repunte de la volatilidad.