Brandywine, de Legg Mason: la improvisación europea aumenta el riesgo de turbulencias

David Hoffman, uno de los principales gestores de Brandywine, filial de Legg Mason especializada en renta fija, hace balance de la actual situación europea y no duda en advertir, entre otras cosas, de que la improvisación de algunos gobiernos puede provocar nuevas turbulencias económicas. El gestor es muy crítico también con la falta de medidas efectivas en la zona euro para dar respuestas a problemas tan acuciantes como el exceso de endeudamiento y la insolvencia. Y es que algunos países de la UE están obligados a bajar precios y salarios para lograr competitividad, dice la firma.

Así, Brandywine Global Investment cree que la Unión Europea (UE) debe poner freno a las estrategias económicas defensivas y basadas en la improvisación que imperan entre algunos de sus gobernantes. La gestora critica la actual forma de ‘gobierno a salto de mata’ de algunos países miembros de la zona euro en un intento por ganar tiempo hasta que las economías europeas se recuperen. El hecho de que la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hayan otorgado préstamos a Grecia e Irlanda y hayan establecido la Facilidad Europea de Estabilización Financiera (EFSF) son para David Hoffman, gestor del fondo Legg Mason Brandywine Global Fixed Income, medidas que pueden proporcionar liquidez operativa pero que no dan respuesta a problemas como el exceso de endeudamiento y la consecuente insolvencia.

Hasta el momento, las autoridades europeas han rechazado los mecanismos que pueden funcionar para superar la crisis, manifiesta Hoffman. Para el gestor, “no se ha adoptado ninguna medida para impulsar el crecimiento de los países con mayores dificultades económicas. En general, los gobiernos que adoptan políticas de austeridad muy severas pueden devaluar su moneda para estimular el crecimiento. Este no es el caso de Grecia, Irlanda y otros países con problemas que han adoptado el euro, para los que la única manera de aumentar la competitividad es mediante una bajada de los precios y de los salarios. El estrés que esta estrategia provoca en la economía política sólo sirve para incrementar el ritmo de los CDS, aumenta el rendimiento de los bonos y perpetúa la probabilidad de impago.”

Hoffman añade que “el Banco Central Europeo (BCE) mantiene una posición ortodoxa basada en la idea de que comprar deuda de los países insolventes es una medida inherentemente inflacionista cuando la realidad es que, si no la compran, pueden provocar la deflación. Se trata de la misma postura que hizo que la Gran Depresión de los años 30 se alargara más Europa que en otras partes del mundo. De momento, ninguno de los países parece estar dispuesto a defender la expulsión de la zona euro de los países que tienen problemas, ni ninguno de estos países con dificultades quiere abandonarla voluntariamente”.

Para la firma, la economía mundial en su conjunto está mejorando pero hay que tener en cuenta que el crecimiento gradual del PIB global enmascara un alto nivel de desigualdades entre las regiones. La brecha más acusada es la que separa la economía de China (crece con tanta rapidez que la inflación se ha convertido en un problema) de la del sur de Europa (en plena depresión deflacionista). En un contexto global, pese a que hay demanda de productos industriales europeos desde el exterior, la dinámica del crecimiento interno en Europa es débil.

Brandywine considera que las autoridades de la UE deben controlar el aumento de los tipos de interés periféricos con un plan creíble. En caso de no hacerlo, la gestora prevé una posible reacción de los mercados, obligándoles a actuar mediante acciones concretas. Una de las primeras consecuencias que podría tener el no tomar las mediadas adecuadas es el impago de deuda, una posibilidad que los mercados contemplan desde hace tiempo.

El fondo Legg Mason Brandywine Global Fixed Income infrapondera de manera significativa las monedas europeas, principalmente el euro. Como explica Hoffman, “mientras los mercados ya han tenido en cuenta en sus previsiones gran parte del sentimiento negativo hacia el euro, creemos que estaría aún más débil si no fuera porque la Reserva Federal de Estados Unidos ha vuelto a aumentar su hoja de balance. El fondo está expuesto a las monedas europeas, principalmente a través de monedas alternativas al euro como la corona sueca y noruega, el zloty polaco, el florín húngaro y la libra esterlina”. Aunque Brandywine prefiere centrarse en monedas de los países no pertenecientes al G3 (USA, Europa y Japón), actualmente infrapondera el yen y sobrepondera de manera significativa el dólar. En relación con la duración y los bonos soberanos, el fondo sobrepondera Estados Unidos, Australia, Malasia y Corea del Sur y, como países europeos periféricos, a Polonia, Suecia y Noruega.