Bolsa europea: un activo con mala prensa pero… ¿también una oportunidad?

El programa de operaciones monetarias directas (OMT) permite al BCE realizar compras ilimitadas de bonos soberanos con vencimientos inferiores a tres años en los mercados secundarios, reduciendo así las tasas de endeudamiento insosteniblemente elevadas que pagan países como España o Italia. Pero por más positiva que haya sido esa noticia, los flujos de fondos indican que los inversores aún no quieren correr riesgos. Así al menos lo cree Bill McQuaker, director adjunto de Renta Variable de Henderson, quien considera que “las acciones europeas siguen sufriendo de mala prensa a raíz de la crisis de deuda soberana. Esto implica que los cinco años de desprestigio que vienen sufriendo estas acciones puedan prolongarse a seis”, afirma.

Según explica, la inversión en muchas clases de activos, tales como renta variable, supone un horizonte a largo plazo, si bien los flujos de fondos aún se ven afectados por lo que suceda en el corto plazo. Más concretamente, los flujos de fondos transfronterizos son un muy buen indicador de la confianza. “Normalmente, cuando hay optimismo y un nivel elevado de confianza, los inversores tienen mayor predisposición a invertir en el extranjero”, reconoce. En este sentido, los flujos de fondos transfronterizos, que habían experimentado una recuperación en el segundo trimestre de 2012, han disminuido en el tercer trimestre. McQuaker atribuye esta evolución a nuevos temores en torno al crecimiento mundial. “Es interesante que las especulaciones y las medidas adoptadas en materia de política monetaria por los bancos centrales sólo han tenido un impacto limitado en los mercados”.

Las acciones europeas no han sido las únicas castigadas por el pesimismo de los inversores, si bien han sido las más afectadas, ya que las salidas de capitales fueron más pronunciadas este año que en 2011. Según datos de EPFR y Deutsche Bank, desde enero a agosto, los capitales direccionados hacia fondos de renta variable de Estados Unidos, EMEA (Europa, Oriente Medio y África), Latinoamérica y Asia Pacífico (sin Japón) han tenido un saldo negativo. Cada una de estas categorías ha mejorado ligeramente respecto al año anterior, con la excepción de Estados Unidos, donde los flujos de fondos se mantuvieron sin cambios en 2011.

Renta fija y otras tendencias

En materia de renta fija, los fondos que invierten en bonos de Europa Occidental, Alemania, Suiza y los países emergentes europeos han registrado salidas de capitales, al igual que los fondos del mercado monetario. Sin embargo, esas salidas tan solo han empeorado en el caso de los fondos de bonos alemanes este año, lo que muy probablemente obedezca al protagonismo que tiene el país germánico en la eurozona. Pero donde hay perdedores, también hay ganadores. Los fondos de renta variable internacional, de Japón y de mercados emergentes mundiales han registrado entradas netas de capitales. Todas las categorías registran un aumento de flujos de fondos en comparación con 2011, salvo por la renta variable internacional, donde los flujos de fondos se han mantenido estables.

En otros segmentos de la renta fija, también se han registrado entradas de capitales hacia fondos que invierten en bonos internacionales, Estados Unidos, Reino Unido, Latinoamérica, Asia Pacífico (sin Japón), deuda de mercados emergentes, y bonos corporativos de alto rendimiento. Todas estas categorías han registrado mayores entradas de capitales respecto de 2011, excepto en el caso de los bonos latinoamericanos, donde las entradas de capitales se mantuvieron estables, y los bonos de Asia sin Japón donde las entradas se han desacelerado ligeramente. La renta variable de Pacífico es la única categoría que registró igual flujo de entradas que de salidas de capitales, tras haber registrado salidas netas en 2011.

El efecto de la reglamentación

Si bien la mayoría de estas decisiones de inversión obedecen a la preocupación en torno a la economía, principalmente en Europa y Estados Unidos, también hay otros factores en juego. “No debería subestimarse el efecto de la reglamentación en los mercados”, dice McQuaker. “El Reino Unido parece estar aún en un proceso secular de reducción de la exposición de los inversores institucionales a la renta variable, debido a la necesidad de los fondos de pensiones de anticiparse a pagos futuros. Esto contrasta con la situación en Estados Unidos, donde las instituciones han redescubierto parte de su interés en la renta variable”.

De hecho, las instituciones de Estados Unidos aún siguen siendo vendedores netos de acciones pero el ritmo de la venta se está desacelerando en tanto las instituciones británicas siguen siendo vendedores netos de acciones, habiendo registrado tan solo un trimestre positivo desde septiembre de 2007. Las instituciones europeas también son vendedores netos de acciones. Por su parte, las instituciones japonesas son los únicos compradores netos de acciones, donde los flujos tienen una trayectoria volátil pero positiva en general, y en ascenso. McQuaker considera que “la pregunta obligada es si esto equivale a invertir usando el espejo retrovisor dado que las oportunidades de crecimiento y de renta a mediano y largo plazo que ofrecen las acciones parecen ser superiores a las que ofrecen los bonos soberanos”.

De hecho, McQuaker indica que, dadas las malas noticias procedentes de Europa, sus acciones son atractivas para los inversores que apuesten por mantener una postura contraria al consenso, ya que la región se negocia actualmente con un descuento de valoración respecto a otras regiones. “Un análisis pormenorizado por acción individual indica que hay oportunidades muy atractivas”, concluye el experto de Henderson.