Bill Gross: hacia un escenario económico y financiero "paranormal"

La recuperación económica será larga y dolorosa, por lo que los comportamientos temporales que han sido adquiridos durante la crisis van a persistir hasta convertirse en algo ‘normal’. Es la tesis de Bill Gross, cofundador y director de Pimco, que comenta en su nuevo artículo “Toward the paranormal” (hacia lo paranormal) la necesidad de redefinir el New Normal, ése que sustituye al antiguo “Normal”, del que se viene hablando ya desde hace meses.

 

En su artículo, dice que aunque se creía que el New Normal tendría forma de campana y una cola delgada en lo que representa la probabilidad de crecimiento y a los mercados financieros, la grasa se está acumulando en los extremos de la curva. “En el extremo izquierdo pesa la posibilidad de la adopción de políticas de desapalancamiento imprevistas; en el derecho, riesgos inflacionistas derivados de las políticas expansionistas de los bancos centrales”, asegura Gross.

 

Hasta que el panorama macroeconómico no se clarifique, cree que los inversores deberían considerar cubrir sus carteras ante las consecuencias que podrían acarrearles la entrada en un escenario imprevisto. Una buena forma de hacerlo sería maximizando las duraciones, invirtiendo en bonos del Tesoro estadounidense con potencial de ofrecer ganancias de capital, también mediante la adquisición de bonos del Tesoro americano ligados a la inflación –los denominados TIPS-, a través de la inversión en deuda corporativa de alta calidad (incluida la deuda bancaria senior) y mediante la selección de algunos bonos municipales de Estados Unidos.

 

En el entorno actual, el veterano inversor no descarta una posible caída del euro. Aunque éste no es el escenario central de Pimco, lo cierto es que el panorama que dibuja la firma estadounidense para 2012 no resulta nada halagüeño. En este sentido, la gestora prevé un escenario macroeconómico muy negativo en el que “muy probablemente” la economía de la Eurozona entrará de nuevo en recesión que derivará en una ralentización del crecimiento económico mundial, cuyo PIB podría avanzar este año entre el 1% y el 1,5%, lo que supondría un punto menos que en 2011.

 

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