Bersani, el candidato de las gestoras internacionales para liderar Italia

Bersani
Framino, Flickr, Creative Commons

Las elecciones generales en Italia ha supuesto una nueva piedra en el difícil camino que conduce a la recuperación de la confianza en la eurozona y la salida a la crisis de deuda. Ante la ausencia de encuestas, las gestoras internacionales hacen su apuesta. La mayoría apuesta claramente por una victoria del centro-izquierda que alzaría a la presidencia de la República a Pier Luigi Bersani, entendiendo además que una posible vuelta de Silvio Berlusconi resulta improbable. “Bersani mantiene una cómoda ventaja y debería ganar la Cámara Baja con una mayoría relativa”.

Así lo cree Azad Zangana, economista europeo de Schroders, quien reconoce no obstante que existe una pequeña posibilidad de que Berlusconi gane con una mayoría en la Cámara Alta. “En ese caso, Italia podría dar marcha atrás en algunas medidas de austeridad y reformas estructurales. Sin embargo, la presión de los mercados, la comunidad europea y el Banco Central Europeo forzarían al partido de Berlusconi a implementar las medidas necesarias”, asegura el experto.

Por lo pronto, en la gestora esperan que Bersani se convierta en el siguiente primer ministro de Italia aunque, probablemente, tendrá que unir fuerzas con la coalición de Monti para ganar la Cámara Alta. “Este resultado debería ayudar a impulsar la confianza de los inversores en la capacidad italiana para continuar con su tan necesaria estrategia de reformas. Incluso si las elecciones no van tan bien como estaba previsto, consideramos que la volatilidad de los mercados italianos de bonos y acciones representan una oportunidad de compra”, indica.

En la misma línea se pronuncia Thant Han, gestor en Standish, boutique de BNY Mellon, quien afirma que, aunque la nueva alianza entre el Partido del Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi y la Liga Norte parece estar ganando terreno en las encuestas, poco apunta a que ‘il Cavaliere’ vaya a ser investido nuevamente como primer ministro. No obstante, no queda descartado que Berlusconi pueda llegar a ocupar un cargo en el nuevo Ejecutivo. El escenario base con el que trabajan en la entidad, sin embargo, es la victoria de una coalición de centroizquierda que lidera Bersani. “El voto a favor de nuevas reformas es el candidato a imponerse en las próximas elecciones italianas”, aseguran.

“Bersani ha demostrado ser un reformista y ha prometido mantener a Italia en una senda estable hacia la reforma”, explica Han. “Además, durante la campaña electoral ha manifestado su deseo de colaborar con la alianza centrista de Monti, alabando al actual primer ministro por haber restaurado la credibilidad del país. De resultar elegido, Bersani continuará probablemente la labor de Monti, por lo que la reacción de los mercados ante tal resultado no nos preocupa tanto”, afirma el experto.

Como era previsible, el avance de Berlusconi en las encuestas se ha visto favorecido por unos datos de crecimiento económico de Italia negativos, algo que el ex primer ministro ha tratado de aprovechar a su valor. Pero, y si Berlusconi ganase los comicios… ¿Cómo reaccionarían los mercados? En Nordea consideran que lo más probable es que las urnas arrojen un nuevo reparto de mayorías que permita la formación de un gobierno comprometido con las reformas. “Sin embargo, desde el punto de vista del mercado, los riesgos están claramente sesgados hacia una sorpresa negativa”.

Más allá de quien sea el futuro primer ministro italiano, en AXA Investment Managers prefieren poner el acento el potencial impacto que las reformas podrían provocar el crecimiento económico del país, tanto a corto como a largo plazo, más aún si se tiene en cuenta la impresionante y preocupante disminución del crecimiento económico italiano en las últimas dos décadas. Para la gestora, esta debilidad proviene de la disminución de la fuerza laboral y, sobre todo, la drástica caída de la productividad. “Las evidencias sugieren que el país se enfrenta a un problema genuino de productividad debido a una limitada competencia (con barreras de regulación y a la entrada), rigidez del mercado laboral y debilidad institucional”, aseguran.