Ben y los que vuelven

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Joel Filipe (Unsplash)

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Desde las heladas estepas rusas hasta la cálida sabana sudafricana, pasando por la fértil pampa y las orillas del mar de Mármara, los bancos centrales de los países emergentes no han parado esta semana. Alguien dijo que todo mal escritor cuando ya no sabe de que echar mano, se pone en plan épico. Para muestra el botón. Otra cosa es que eso sea lo que ha pasado. Porque empezamos la semana con las palabras del locutor de la radio argentina que sentenció que “la confusión estaba clara”, y la terminamos con la puntilla de Ben, que se va, dejándonos con 10.000 millones menos al mes. Es un hecho: han llegado las segundas rebajas.

Al igual que en los 90, las economías emergentes con elevados déficit de cuenta corriente y niveles significativos de deuda externa intentan hoy luchar contra la profecía autocumplida que son casi siempre los esfuerzos por defender las divisas. Los especuladores quieren irse, los organismos internacionales exigen reformas estructurales, y los bancos centrales les dan a cambio tipos más altos. Al final, el pagano ya saben quién es, ese señor turco que se lleva puesta una subida del tipo repo del ¡4,50% al 10%!. Y de golpe. No ha sido el único, porque en Sudáfrica e India los tipos también han subido, pero no de forma tan exagerada. Habrá que ver cómo va el pulso la semana que viene. Más allá y a lo largo del año, las economías emergentes se enfrentan, como nos recuerda el FMI, a un año con menos liquidez, en el que caen los precios de las materias primas y el crecimiento chino se desacelera. Y encima la Unión Europea ha decidido que su única salida es crecer exportando. De momento, cruzamos los dedos para que la profecía no degenere en contagio, que eso ya lo hemos visto antes. Al final, los fundamentales cuentan. Bueno y al principio.

Con esta música de fondo la Reserva Federal proseguía, y por unanimidad de todos sus miembros,  con la reducción de la compra de activos. Poco importaron las voces desde el FMI y otros analistas advirtiendo que por lo menos se lo pensase dos veces ante la que estaba cayendo fuera. La Fed se ha mantenido en su postura de que las recientes turbulencias no van con ellos, su economía hoy es más sólida y “los riesgos sobre las perspectivas de la economía y el mercado laboral están casi equilibrados”. Y no sólo no va con ellos el tema, sino que tal como sentenciaba Bernanke el pasado septiembre, el QE y su evolución, son buenos para todos. Aquí traemos las palabras de Bernanke en septiembre de 2013: “Lo que nosotros estamos intentado hacer con nuestra política monetaria es, creo, mis compañeros en los mercados emergentes reconocen, intentar crear una economía de Estados Unidos más fuerte. Y una economía americana más fuerte es una de las cosas más importantes que podrían ocurrir para ayudar a las economías de los mercados emergentes”.

Ahora bien, -éste es el párrafo en que nos ponemos cenizas-, un deterioro de los emergentes supondrá un aumento del dólar, lo que perjudica no sólo a los productores de materias primas, sino que también presionará a la baja sobre la inflación de Estados Unidos dificultando la aproximación a ese 2% ansiado por la Fed. Así que, ¿podría la crisis de los emergentes y la debilidad del precio de las materias primas frustrar las expectativas de la Fed de llevar la inflación al 2%?

Y así es como se despide Ben Bernanke, dejándonos su propio conundrum, bajo el cual, a pesar de haber expandido el tamaño del balance de la Fed, el riesgo de deflación sigue sin descartarse. Nosotras nos despedimos dedicándole nuestro humilde espacio fotográfico. Hasta pronto Ben. El Steve Jobs de la política monetaria.

"Tan joven y del Crash del 29 ya me lo sé todo"

 

Buena semana.