BBVA Bancomer: “Vamos a apostar por los planes para el retiro de las empresas”

Los fondos de pensiones mexicanos (Siefores) gestionan un patrimonio de más de 250.000 millones de dólares, lo que muestra la importancia en tamaño del sistema para el retiro en el país. Una economía emergente en la que cada vez hay más clase media y con más renta destinada para el ahorro. Por eso, a imagen y semejanza de Estados Unidos y Europa, hay un número creciente de empresas que incorporan a sus trabajadores a planes colectivos para el retiro.

BBVA Bancomer pone ahora uno de sus focos en este nicho. Hasta ahora “hemos atendido el modelo de previsión social mediante mandatos”, explica el director general de la firma mexicana, Jaime Lázaro, que concreta sobre el interés de BBVA Bancomer por el segmento: “Es una apuesta porque pensamos que es un mercado que se puede desarrollar, que facilita a las empresas tener portafolios para los planes del retiro de sus trabajadores. Es algo que promete”.

Sin embargo, el brazo de asset management de la filial española no es la primera entidad en lanzar productos para esta incipiente demanda. “Hay algunos competidores que manejan este esquema, pero vamos a dedicarle esfuerzo porque queremos reforzar nuestra presencia. Además, si sigue creciendo habrá margen para todos”.

La forma de acercarse a los planes para el retiro de las empresas para sus trabajadores de BBVA Bancomer es el lanzamiento de los Fondos VIDA +, que están compuestos de cuatro portafolios diferentes según la edad de los trabajadores. El objetivo inicial es captar a corto plazo en torno a 300 millones de pesos, lo que equivale a unos 23 millones de dólares. Sin embargo, la idea a medio plazo es multiplicar esta cifra por 10, “consolidar el proyecto con 3.000 millones de pesos de forma estable”, unos 230 millones de dólares.

Tres de los fondos son balanceados con renta fija y renta variable, con más peso de éste activo cuanto menos edad: VIDA + 80 para los nacidos entre 1978 y 1993; VIDA +70 para los nacidos entre 1966 y 1977; y VIDA + 60 para los nacidos entre 1954 y 1965. Mientras que el de sólo deuda es para los nacidos en 1953 o antes.

“No hemos hecho un formato fijo con asset allocation con límites preestablecidos, sino que hemos utilizado criterios de valor máximo probable de pérdida (VaR) que van desde un 2,11% en el portafolio más agresivo hasta un 0,62% en el más conservador”, indica Jaime Lázaro, que no obstante cree que si el trabajador está todavía lejos de alcanzar la edad de jubilación es mejor posicionar gran parte de la cartera en accionariado: “Lo que da el crecimiento del portafolio en el tiempo es la renta variable, por eso es mayor el peso de este activo en los más jóvenes”.

El equipo de inversión de BBVA Bancomer, expone el director general de Asset Management, se apoya en el equipo de asset allocation basado en Madrid que determina qué activos sobreponderar. En México tiene un equipo de renta fija y de renta variable que a partir de ello establece los niveles y selecciona las posiciones.

En el caso de los nuevos portafolios de los Fondos VIDA +, “los manejamos con una estrategia que depende del cuadro macroeconómico y el horizonte temporal de inversión del producto. También tenemos una parte más táctica que representa el 30% de la gestión del fondo, haciendo ajustes en función de la política monetaria y otros factores a corto plazo. Pero no debe influir mucho porque en algunos casos el horizonte es a 30 años y le estarías quitando ganancia de capital a los trabajadores”.

Inicialmente las carteras estarán compuestas por renta variable y deuda, aunque Jaime Lázaro señala que posiblemente darán entrada a inversión en moneda, commodities o FIBRAS (fideicomisos de inversión inmobiliaria). En la parte de renta variable, predominará México. “Es el objetivo de inversión principalmente, aunque iremos abriendo la puerta a la renta variable extranjera a través de productos registrados en el Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC)”.

En cuanto a la renta variable mexicana, Lázaro se muestra positivo: “El país está entrando en un periodo de reformas estructurales que puede ser positivo para las empresas, porque les abaratará el acceso a la energía. Y esto se suma a la salud macroeconómica de México”.