Banco Madrid se plantea como objetivo duplicar en tres años los activos gestionados

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Imagen cedida

Rafael Valera es escéptico con el mensaje que se da desde algunas bancas privadas y que tiende a separar al cliente del producto, argumentando la necesidad de centrarse en el primero tras unos años en los que se ha hecho mucha banca del segundo. Como director general de Banco Madrid desde hace nueve meses, tiene muy claro que dirige una banca en la que el cliente y el producto van de la mano, pues considera el asesoramiento como parte integrante de la gestión. "Somos una banca de cliente y producto, ambas cosas, y no concebimos un cliente sin cartera ni una cartera sin cliente".

Desde que la entidad andorrana Banca Privada d'Andorra (BPA) compró Banco Madrid en julio de 2011, e imprimió su sello en la firma, la banca privada es el ADN, la esencia, de su actividad. "La banca privada no es un segmento de clientes ni los clientes están segmentados en Banco Madrid. La banca privada es el cien por cien de nuestro trabajo", explica. Algo que no ocurre en otras entidades y que señala como su diferencial. Una banca privada en la que el cliente tiene a su alcance a todo un equipo de banqueros. Y es un cliente heterogéneo: de hecho, y aunque se recomienda que tengan un patrimonio medio de unos 500.000 euros, Banco Madrid también llega a otros de menor patrimonio.

En términos de producto, cuenta con equipos de renta variable, fija, activos alternativos y selección de fondos a través de sus tres gestoras, Banco Madrid Gestión de Activos, BPA Global Funds y la recientemente adquirida Nordkapp. Aunque los equipos ya trabajan juntos, la fusión jurídica aún está pendiente, una integración que Valera prevé culminar en el primer trimestre de 2013. También deja para los próximos meses la fusión de fondos, porque su idea es contar con una gama limitada y de buenos fondos, "sencillos, líquidos y manejados por expertos". Sin olvidar su compromiso con la arquitectura abierta, que le permite ofrecer productos de terceros. Eso sí, mantendrá las en torno a 65 sicav del grupo, que sitúan a Banco Madrid entre las 15 entidades con mayor número de sicav gestionadas en España; tres de ellas también entre las 15 más rentables en el primer semestre.

Crecer principalmente de forma orgánica

Con ese foco en el cliente, a través de los equipos de banqueros distribuidos en sus oficinas extendidas por toda España y cuyo crecimiento pretende potenciar principalmente en Madrid y Barcelona, y en la oferta de producto resultante de la integración de sus gestoras, el objetivo del banco es duplicar su volumen de activos bajo gestión, actualmente de 2.000 millones de euros, en los próximos tres años. En 2012, esos activos han crecido más de un 15% y pretende que en 2013 el porcentaje sea aún mayor. 

El plan contempla principalmente el crecimiento orgánico a través de la potenciación de la presencia en España y de contrataciones de banqueros con experiencia. En lo que va de año ya han fichado a 40 profesionales y pretenden en 2013 seguir con las contrataciones de banqueros con buena formación, experiencia y vocación. Pero, tras comprar Interdin, Banco Madrid y Nordkapp desde que entró en España, BPA no descarta hacer más adquisiciones si surgen oportunidades, aunque actualmente no tiene planes de ese tipo.

Selección natural

La apuesta para crecer en España es estratégica y lo fue desde el mismo momento en el que la entidad andorrana aterrizó en el país. En ese momento, "se abría una ventana de oportunidades en un mercado maduro debido a la necesaria reforma y catarsis en el sistema financiero español que, junto con unos mercados volátiles, requieren de un oficio muy contrastado", explica Valera. Un terreno abonado además por carencias en la industria. "La principal dolencia de la banca privada en España ha sido la falta de oficio y experiencia en los mercados financieros. En ocasiones ha adolecido de autoconfianza y autocomplacencia", dice.

Pero considera que ahora se impone la profesionalidad, porque los clientes han aumentado el nivel de exigencia, lo que llevará a una "selección natural de profesionales y prácticas". Un entorno que, a su parecer, ha propiciado el florecimiento de EAFI, agentes o figuras de asesores independientes que canalizan ese descontento y con los que Banco Madrid trabaja en ocasiones, aunque su vocación es principalmente llegar al cliente final. Entre los retos del negocio y en un potencial entorno de prohibición de retrocesiones que podría encarecer el servicio de asesoramiento, apuesta por la transparencia como alternativa a la prohibición, pero dice que Banco Madrid se adaptará a la situación.

Independencia

Para Valera, la independencia de Banco Madrid no reside sólo en el producto, donde su apuesta por la arquitectura abierta es total, sino en el hecho de ser un banco familiar que no pertenece a ningún grupo, con las cuentas saneadas y sin necesidades de financiación, lo que "le libra de verse en la necesidad de colocar sus bonos o preferentes". 

Así ha logrado destacar sus fondos de renta fija y monetarios (BM Premium Ahorro y Premium Renta Fija) en los rankings de rentabilidad, dando por conseguido el objetivo de BMGA de ser una boutique reconocida en la gestión de crédito, algo que demanda el cliente español. "En España se ha impuesto la cultura de la renta fija con bajo riesgo", dice. En renta variable, también cuentan con fondos de referencia, como el BPA Ibérico, gestionado por Gonzalo Lardiés, o el Premium Mundial, y otros productos de Nordkapp, y en gestión alternativa con dos fondos de inversión libre (de esta última y de BPA), que mantendrá entre su oferta por sus distintos perfiles de riesgo. Y, para cumplir con ese compromiso de arquitectura abierta, selecciona fondos de otras entidades.

Producto para 2013

Valera cree que el producto que triunfará en 2013 es un producto flexible y formado por carteras de fondos, seleccionando a gestores capaces de hacer en cada momento la asignación de activos adecuada. "Los mercados exigen flexibilidad y seleccionaremos gestores capaces de hacer esa gestión táctica", explica. Y es que vaticina una continuidad de la volatilidad, en línea con la de los últimos años, en un contexto que cree más favorable para Europa que EE. UU., debido al ajuste fiscal en el país y también ante las más atractivas valoraciones en los mercados del Viejo Continente, manteniendo la apuesta por el mundo emergente. Su visión sobre España es positiva a medio y largo plazo.