Azvalor reafirma su compromiso con el ISR en los criterios de buen gobierno corporativo

Equipo azValor
Lupe de la Vallina

Cuando se cumplen cuatro años desde el lanzamiento de los principales fondos de AzValor AM, los resultados no responden, todavía, a sus expectativas. “Aunque la rentabilidad es positiva, no hemos logrado batir al mercado. Además, la cartera internacional e ibérica están, respectivamente, un 12% y un 18% por debajo de sus máximos de mediados de 2018”, admiten en el última carta a inversores.

Sin embargo, están convencidos de que tienen una oportunidad histórica con un fuerte potencial de revalorización. “El value investing logra rentabilidades extraordinarias pero exige algo a cambio, fundamentalmente mantener la convicción cuando el mercado parece llevarnos la contraria”, reflexionan.

Según Fernando Bernad, gestor y socio de la firma, “la dispersión en valoración entre las compañías que cotizan más caras y más baratas es la mayor registrada desde hace 20 años”. Los motivos, según indican, se explican en el explosivo crecimiento de la inversión pasiva, el creciente fenómeno del ESG (o responsabilidad social corporativa) y la ausencia de rentabilidad en el mercado de renta fija, que ha generado la búsqueda de sucedáneos en bolsa.

“Todos estos factores han provocado la división del mercado en castas, con una élite cotizando a valoraciones de vértigo, y los invisibles, compañías en sectores denostados que cotizan a valoraciones tan bajas como pocas veces hemos visto antes”, contextualizan. “Este divorcio entre los fundamentales de las compañías y su valoración en bolsa no es sostenible a largo plazo”, apuntan.

En este sentido, respecto a la inversión socialmente responsable (ISR), reafirman su compromiso con el buen gobierno corporativo. “Hemos querido convertir los principios de alineación de intereses, incentivos correctos y, en definitiva, de skin in the game (o máximo compromiso) en valores fundamentales sobre los que se asienta la cultura de Azvalor, tanto en la selección de inversiones, como en la gestión de la compañía”, manifiestan.

Actualmente, tal y como citan, "dos tercios de sus carteras están invertidas en compañías en las que sus líderes se juegan la piel con nosotros, así como el hecho de que los empleados de Azvalor, como grupo, seamos con diferencia el primer inversor por tamaño en nuestros fondos, creemos que son prueba inequívoca”.