Avalon: "El sector de las EAFI seguirá estando muy atomizado"

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Imagen cedida

Avalon Asesores de Patrimonio EAFI fue la EAFI número 100 en registrarse en la CNMV a principios de julio, un número redondo que muestra el imparable crecimiento del sector desde que en abril de 2009, hace tres años y tres meses, viera la luz la primera de ellas, Abante Consejeros Financieros Independientes EAFI. De hecho, ya son 101 las empresas registradas, tras la aprobación a Iceta Private Wealth Solutions EAFI hace unos días, aunque en realidad 99 firmas dan actualmente este servicio, dado que se dieron de baja José Carlos López Moraleja y David Gasso Puchal.

Alejandro Alarma, fundador de Avalon, tiene muy claro que “la figura de EAFI es el futuro” porque “te permite trabajar con la suficiente independencia como para ofrecer a tus clientes el mejor asesoramiento posible”. Un servicio que, dice, debe ser de notable alto. Y por eso augura un importante crecimiento hasta llegar a una cifra cercana a las 240 entidades, a partir de la cual se daría un crecimiento orgánico, lo que le lleva a descartar la consolidación del sector y a prever que siga atomizado.

Su servicio está centrado en la gestión de carteras, aunque entiende que el asesoramiento fiscal va estrechamente ligado al financiero, “ya que ambos son de suma importancia a la hora de decidir la opción más interesante”. Además, el asesoramiento corporativo es uno de sus objetivos a medio y largo plazo, que generalmente irá encaminado al asesoramiento en productos dedicados al comercio exterior. Con respecto al sistema de cobro, también tiene claro que “en el futuro más cercano, es el directo al cliente”. En esta entrevista, desvela las claves de su iniciativa.

¿Cuál es el origen y cómo surgió la EAFI?

Tras haber trabajado como analista bursátil y tras mi paso por grandes entidades del sector, entendí que la figura de EAFI es el futuro. Es un área donde se va a producir un gran crecimiento en los próximos años.

A la hora de asesorar, hay tres opciones: banca privada, agente de banco o sociedad de valores, o EAFI. Creo que la EAFI te permite trabajar con la suficiente independencia como para ofrecer a tus clientes el mejor asesoramiento posible. La independencia te la tiene que dar tu estructura y tu filosofía de trabajo. Aunando estas dos patas, estará garantizada.

¿Qué instrumentos financieros utilizan?

Acciones, carteras de fondos y productos derivados como los ETF y CFD centrarán gran parte de nuestro abanico inversor. Los fondos de inversión son muy aconsejables, pero ya centrándonos en carteras de mayor importe y donde las rotaciones se dan con menos frecuencia en el tiempo.

¿A qué tipo de clientes están dirigidos?

A clientes privados y retail, especialmente aquellos que están acostumbrados a tratar sus inversiones con profesionales del sector bancario. Creemos que hay un nicho importante de estos clientes que están demandando un asesoramiento más profesional e independiente. No obstante, va a tomar tiempo, ya que el inversor español está excesivamente bancarizado.

¿Cuál debería ser el modelo de cobro ideal de una EAFI?

Cada una ha establecido un modelo distinto y entendemos que es fruto de las particularidades de cada empresa. Creemos que se pueden cobrar retrocesiones, pero siempre en estricto cumplimiento de la normativa e informando al cliente siempre de ello. El modelo camina hacia una eliminación del cobro de retrocesiones. En el futuro más cercano en cobro será directamente al cliente.

¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento del sector? ¿Habrá más entidades o un ejercicio de consolidación y concentración?

Se van a seguir produciendo nuevas incorporaciones hasta llegar a una cifra cercana a las 240 EAFI y, a partir de ahí, el crecimiento será orgánico durante los próximos años. No creo que se vaya a dar un gran proceso de consolidación en el sector, preveo que seguirá siendo un sector muy atomizado.

¿Qué aporta la EAFI en un momento como el actual en el negocio del asesoramiento?

Una EAFI debe aportar profesionalidad en el trato, exclusividad, independencia y, sobre todo, un servicio notable. Debemos tener en cuenta la situación económica en la que vivimos, además de que el cliente no está acostumbrado a pagar por recibir asesoramiento. Por lo tanto, el servicio debe ser de notable alto.