Aspectos en los que fijarse a la hora de elegir un gestor de renta variable europea

Roman
Foto cedida

Riesgo sí, no riesgo. En ninguna clase de activo ha sido este comportamiento más evidente los últimos años que en renta variable europea. La crisis de deuda soberana de la eurozona ha creado un entorno en el que los mercados responden al deterioro de la capacidad crediticia soberana y la agitación política e ignoran las perspectivas de crecimiento de las empresas. Ello ha generado un patrón de compra y venta indiscriminada, no particularmente amable con los gestores activos. Pero, según Pictet Asset Management, hay razones para creer que el paisaje de inversión europea está cambiando para favorecer a gestores con habilidades superiores en la selección de acciones. 

Según Romain Peltier, director de control de riesgo y análisis de resultados de la gestora, hay que tener en cuenta que los gestores activos han luchado los últimos años contra el riesgo de eventos extremos, por el que las acciones que no estaban correlacionadas se han movido en paralelo. “Pero la historia sugiere que esta situación no puede durar indefinidamente: los fundamentales pueden volver, especialmente en renta variable europea, donde muchas empresas, sobre todo aquellas con gran parte de ventas fuera de la región, cotizan con descuento respecto a valor intrínseco”. De hecho, la correlación entre acciones individuales en Europa ya está por debajo de máximos, en consonancia con la tendencia en EE. UU, lo que a su juicio aumenta las oportunidades de inversión para gestores activos.

“En este sentido, la investigación muestra que los gestores activos con éxito construyen carteras que reflejan sus más fuertes convicciones, más allá de sus índices de referencia, como en Estados Unidos los últimos 20 años, donde los que más se desviaron de su índice superaron al mercado. Por otra parte, es lenta y costosa la tarea de seleccionar un gestor capaz de ofrecer rentabilidad superior a la del mercado consistentemente y a menudo no proporciona el resultado deseado. En este punto, es útil medir el grado de convicción en el proceso de inversión”, asegura Peltier.  

Conviene medir la participación activa

En concreto, el experto cree que conviene medir la participación activa o suma de la proporción del peso de cada acción en el fondo respecto al índice de referencia. “Varía de cero a 100%. Aunque conseguir una alta participación activa es difícil en mercados de rango estrecho, como Suiza y Rusia, donde un pequeño número de grandes empresas domina el índice nacional, los gestores activos pueden distinguirse de su índice de referencia en los mercados con diversificación, como Europa, Estados Unidos, regiones y globales”. 

En este sentido los gestores con participación activa del 60% o más pueden ser descritos como activos. En los estudios se ha mostrado que los que están por encima de 80% superaron a sus índices en 1,3% por año de media, tras comisiones. Pero aquellos con 60% o menos no lo superaron en promedio. “Curiosamente hay un grupo de gestores -representan hasta 40% de la industria de gestión- que se considera activo, pero sus fondos no difieren materialmente de la composición de sus índices de referencia”, indica Peltier. 

Hay que analizar el error de seguimiento

Además, para una mejor estimación de la rentabilidad consistente a lo largo del tiempo, hay que analizar, junto con la participación activa, el tracking error –la variabilidad del exceso de rentabilidad respecto al índice-.  Así, un mayor tracking error se asocia típicamente con una cartera más activa.

“A ello se añade que es útil descomponer el tracking error en riesgo sistémico de mercado y específico de acciones individuales.  Las carteras en las que domina el riesgo sistémico son más propensas a enfoques basados en factores -estilo (valor o crecimiento), sectores o industrias-. Sin embargo, aquellas cuyo tracking error proviene principalmente de riesgo idiosincrásico suelen estar gestionadas de manera activa y por alta convicción. Además, una combinación de alta participación activa y alto tracking error idiosincrásico es coherente con alta convicción y exceso de rentabilidad a largo plazo”, señala el experto.

Cambios favorables en la estructura de la industria

Al mismo tiempo, los cambios en la estructura de la industria de gestión europea pueden mejorar las condiciones de trabajo de los gestores activos.  El crecimiento exponencial de vehículos de inversión pasiva –casi 18% del mercado, frente a 5% hace una década, según Lipper- reduce el número de participantes activos que identifican y explotan las diferencias de valoración.  De hecho recientes estudios de Universidad de Chicago han encontrado que el número creciente de fondos cotizados ETF debe traducirse en mayor número de acciones por explotar.