Asesor financiero, profesión de riesgo

¿Quién no ha leído una noticia o conoce a algún compañero cuyo error profesional le haya costado un desembolso económico extraordinario, capaz de lastrar sus finanzas personales y profesionales durante años? Clasificar mal a un cliente o recomendarle erróneamente un producto distinto al que su clasificación requería son errores profesionales que ocurren con más frecuencia de la que a cualquier asesor financiero le gustaría aceptar.

Equivocarse es humano, sí, pero cuando nos equivocamos actuando como profesionales y provocamos con ello un daño a nuestro cliente, el Código Civil establece la obligación de repararle el daño mediante una indemnización económica. Y esta, por costumbre, no suele ser calderilla.

En la “Era de la Responsabilidad” por excelencia, la Responsabilidad Civil Profesional ha cobrado una importancia sustancial, en parte por el desarrollo de la jurisprudencia y en parte por el asentamiento en España de lo que conocemos como la “cultura de la reclamación”. Los consumidores no sólo están cada vez más protegidos, sino también más informados, y ya no dudan de ejercer sus derechos ante los tribunales hasta ver resarcido su daño.

A diferencia de otras profesiones -como la medicina o la abogacía- en las que se reciben reclamaciones con mayor asiduidad, el asesor financiero tiene menos probabilidades de recibir una gran cantidad de reclamaciones, aunque debido a las cuantías que los jueces establecen para resarcir el daño, podría decirse que con una le basta.

Contar con un seguro de RC Profesional capaz de aportar dichas cantidades, no sólo es una herramienta útil para el asesor financiero, sino que le aporta tranquilidad en el ejercicio de su profesión. El seguro de RC Profesional que Marsh ha elaborado para el gremio en colaboración con la EFPA, ofrece al asesor la prestación de fianzas judiciales, el pago de indemnizaciones hasta un millón de euros, los daños ocasionados a los expedientes de su cliente o la pérdida de estos, y la defensa jurídica, una cobertura tremendamente útil si se tiene en cuenta que, al margen de ,lo que el juez dictamine, el asesor financiero tendrá que defenderse igualmente.

En un momento en el que empresas y profesionales de todo el mundo han llegado a conclusión de que gestionar bien sus riesgos es clave para no perder dinero, invertir en seguridad y en la protección de nuestras fianzas puede ser la mejor manera de garantizar nuestro futuro profesional.